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—¿Y esa sonrisa tan grande de dónde salió? —comentó la pelirroja cereza.

—¿Qué? —Estaba notablemente distraída—. Ah, no, nada. —No había podido ocultarlo, la felicidad por fin estaba de su lado.

—¿Te acostaste con alguien? —la rubia sonrió emocionada.

—No, claro que no. Bueno no justo ahora —las tres fruncieron el entrecejo confundidas mirándose entre sí.

—Es...ta bien —alargó Melody.

Se recostó sobre su cama envolviéndose con su sábana morada. Amara ya no pasaba mucho tiempo con ellas, hablaban sólo por las noches en la habitación. Mientras que el resto del día sólo estaba con Ronnie. De vez en cuando se encontraba a Ashley o James acosándola.

Vanessa aparecía esporádicamente en los pasillos junto a Giddel Harrison, sí la misma chica morena que la ofendió el primer día. En el transcurso del tiempo se habían hecho prácticamente mejores amigas. Amara no podía mentir, le hervía la sangre cada vez que las veía juntas.

—Ya, dime qué te hace tan feliz. Soy capaz de hacerlo todos los días para que no estés triste nunca —Jade se posó a un lado de Amara abrazándola.

—Él me llamará —comentó sin más.

No quería hacerse falsas esperanzas, pero Thomas siempre cumplía su palabra. Miraba su móvil con una sonrisa tonta, esperando que lo hiciera.

—¿Quién es él? ¿Es el misterioso "él" que amas? —suspiró sabiendo que Jade no se refería Thomas.

—No, se trata de mi ex-novio. Thomas, es una persona muy especial a mí.

—Vaya no sabía que los ex-novios seguían llamándose después de terminar —comentó Melody.

—Bueno, Thomas es demasiado maduro como para pelearse conmigo. A pesar de no haber terminado para nada bien.

—¿Qué sucedió? —preguntó Jade inocente.

—Yo... amm... —vaciló—, lo engañé con alguien más.

—Wow, eso no lo vi venir —Melody abrió los ojos a tope parpadeando repetidamente.

Justo antes de cualquiera de las tres pudiera decir algo el móvil comenzó a sonar y Amara dió un salto tomándolo de la mesa. Suspiro recargándose sobre la ventana y contestó.

—Creí que nunca volvería a escuchar tu voz —se puso cabello detrás de su oreja para escuchar mejor.

Te dije que te llamaría ¿no? —escuchó una leve risita de otro lado del móvil.

Tenía escalofrío de por oírlo reír de nuevo y una gran sonrisa imposible de ocultar.

Se sentó en el borde de la ventana, con el móvil pegado a la cara, disfrutando el sonido de su respiración.

Jade y Melody se recostaron en sus respectivas camas dispuestas a dormir. Y Amara lo agradecía mentalmente, ya que así podría hablar tranquila.

—Sí, pero tenía miedo de perderte, de nuevo —confesó.

Uno; nunca me perdiste. Dos; nunca me llamaste tú antes. Y tres; te dije que a pesar de lo que sucedió entre nosotros, siempre estaría a tu lado.

—Necesitaba tanto escuchar algo así. Thomas ya no lo soporto, lo he perdido todo. —Tenía tantas ganas de hablar con alguien que conociera toda la historia eso. Alguien para quien significará algo más que una chiquilla universitaria que desfiló semidesnuda el primer día—. A ti, a Vanessa, mis padres, mi hogar. Todo, es demasiado difícil de sobrellevar sola. Te extraño, los extraño a todos —suspiró melancólica, pensando en que sí, los extrañaba, pero no tenía ganas de hablar con sus padres.

Aún no estaba lista para hacerlo, ellos fueron egoístas. Pues Amara también podía serlo.

Tranquila, Ami. Con el tiempo los recuperarás a todos. Estás hablando de tus padres y tu mejor amiga, es ilógico pensar que nunca volverán.

—Pero justo ahora es cuando me estoy yendo a la mierda, todo se está yendo a la mierda, Thommy —sus lágrimas se hacían presentes como todos los días sin falta.

No me puedo creer que todo el royo del señor O'Brien te haya afectado de esta manera. Sabes que odio saber que estás mal y no poder hacer nada al respecto tanto como tú, pero fue tu decisión, Ami. Y sé que quizá no es tu culpa, pero sabías en lo que estabas metida desde el comienzo, y decidiste seguir. No voy a negarlo, fue horrible enterarme de que lo nuestro ya no era lo mismo, pero sé que lo amas, lo entiendo y lo acepto. Siempre querré tu felicidad, porque te amaba.

—Nunca quise hacerte ningún daño, Thommy. Te amo —la corriente de aire de la ventana le provocó escalofrío—. Para mí es muy agobiante perderte. Eras lo único bueno que había tenido en mucho tiempo y lo arruiné horriblemente.

Lo hiciste, Ami —lo escuchó suspirar ruidosamente—. Me mentiste. Sabes que si hay algo que odio en este mundo además de las arañas, son las mentiras. He estado hablando con Vanessa, y es cierto. Cambiaste por él, ya no eras tu misma, durante mucho tiempo me engañaste, no te importo lo que sentí al respecto. Durante mucho tiempo sólo te importaste tú misma y sinceramente no creo que eso fuera bueno para nadie. —Sus palabras dolían, dolían porque eran ciertas.

Thomas siempre decía la verdad. Odiaba las mentiras desde que su padre mintió respecto a tener una relación con otra mujer además de su propia madre, pero también mentía siempre en cómo se sentía al respecto de todo y más si hablan de cosas que lo habían sentir mal.

—¿Por qué se empeñan en decir eso siempre? —su tono fue desesperado, no tenía ganas de escuchar reproches. Quería ayuda, que alguien la consolara—. No era diferente, yo te amaba tanto como siempre e igual a Vanessa. Ustedes era mi prioridad y siempre lo serán.

Vaya que no estoy poniendo en duda que nos amaras, pero dejaste de ser tú, esa rebeldía y arrogancia que todos amamos no estaba. Tenías miedo, miedo a vivir como siempre lo habías hecho —hizo una leve pausa—. Te dejaste sucumbir ante él, te sodomizo de una mala manera, Amara. 

—¿Por qué no dejan de culparlo? No tiene la culpa de nada, yo tomé mis decisiones, quizá no fueron las mejores, pero me hizo feliz.

¿Pero dime qué tal ahora, Ami? Me estás diciendo que ya no lo soportas. Cuando siempre lo has hecho, siempre resistes todo lo que te sucede. Eres la gran Amara Gillies, todo va a bien para ti.

—Estoy tan harta de escuchar eso —escupió—. Qué sea una persona fuerte emocionalmente no quiere decir que merezca todo lo malo —entre las lágrimas y la molestia no sabía que era más doloroso.

¿Todo lo malo? Amara, lo tienes todo. Vas a una de las mejores universidades de Arte del país, tienes comida y techo sobre tu cabeza. Tiene tanto dinero y prestigio como quieras.

—No todo es dinero y prestigio, Thommy, eso lo sabes.

Lo sé, Amara —volvió a suspirar ruidosamente—. No planeo molestarte, sólo estamos hablando. No quiero pelear contigo, así que te dejó, tengo clase mañana y tú igual, así que descansa. Te llamaré mañana en la noche.

—Adiós, descansa Thommy.

La llamada se cortó y de nuevo sintió ahogarse en lo profundo se su propio agobio, como ya era costumbre.

Hablar con Thomas ya no pareció una buena idea, pues él le había dicho todo lo que ella no quería escuchar.

Come back, Mr. O'Brien (+21)Where stories live. Discover now