Change My Mind [SasuSaku]

Capítulo 18: Emociones Rebosantes

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Agradecimientos especiales a mi Beta: Hikari Takaishi Y

Espero que la lectura sea de su total agrado.
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Capítulo 18: Emociones Rebosantes.

—Dijiste que tenías algo para mí, ¿Qué es? No tengo todo el día para tus pretensiones, Kaguya— exigió Kizashi, mirando severamente a Kaguya del otro lado del escritorio.

—Estás más molesto que de costumbre, Kizashi— comentó ella rodeando el escritorio y situándose detrás de él —Estás tenso, socio— comenzó a darle un masaje en los hombros.

—Ya dime qué te traes entre manos, mujer— dijo con fastidio.

—Kotomi-chan, entra— pidió con dulzura.

Una joven de aproximadamente dieciocho años, se asomó tímidamente por la puerta. Ella es poseedora de una gran belleza, tiene curvas en lugares apropiados, piel de porcelana y un largo cabello azul que cae en su espalda como cascada.

—Conocí a Kotomi hace unas semanas, ella me contó que su vida no ha sido fácil— comenzó Kaguya con falso pesar —Su padre murió cuando ella era una niña, su madre se volvió a casar pero su padrastro es un hombre insufrible. La ha vuelto una chica retraída, no la deja tener amigos y mucho menos una pareja— Kizashi mostró interés en aquello —Ella está frustrada de que él no la deje ni respirar, así que hace unas semanas ella salió a dar un paseo nocturno y como era de esperarse, alguien quiso hacerle daño. Mi querido Indra la salvó y ella nos ofreció algo como agradecimiento. Yo le ofrecí libertad y ella lo aceptó.

—Muchacha, ¿eres consciente de en qué te has metido?— preguntó él.

—S-sí— respondió intimidada por la penetrante mirada del Haruno —Soy consciente de ello, pero Kaguya-sama me ofreció libertad y eso es lo único que quiero.

—Pobre alma ingenua— pensó Kizashi.

En este lugar iba a encontrar de todo, menos libertad. Pero a él no le importaba lo que pasara con esa chica frente a él.

—Me gusta tu actitud— alabó Kizashi —Haz lo que tengas que hacer, Kaguya— ordenó.

—Lo haré— respondió con una sonrisa cínica —Por cierto, ya no estoy interesada en tu patética hija. Ella no es nada comparada con esta chica, por mí puedes dejar que haga lo que quiera en dónde sea qué esté escondida.

—Oh, no, eso sí que no. Ella no va a ser feliz, no importa si solo voy a tenerla en cautiverio. Sakura vuelve aquí, ella tiene que aprender que desafiarme no es bueno— sentenció con una expresión sombría.

Kaguya se encogió de hombros, a ella no le importaba si la niña moría o no, solo que ya no la quería para sus objetivos.

Kizashi se quedó solo con sus divagaciones y comenzó a reír con burla. Dónde quiera qué esté su hija, esperaba que disfrutara sus últimos momentos de libertad, pues solo faltaba mover una última pieza para por fin poder encontrarla. Solo esperaba que su plan saliera a la perfección.

...

El accidente de la escuela se convirtió en la comidilla del pueblo, todo el mundo tenía que ver con eso. Sobre todo por los estudiantes que más salimos afectados, las chicas que estaban en la cocina, Sasuke y yo. Todo el mundo sabe cómo él me sacó del edificio, algunas personas han admirado su tan heroica labor. Karin se puso neurótica cuando llegué a casa ese día en la noche, más al ver mis brazos y piernas cubiertos por vendas. Se la pasa pendiente de cambiar mis vendas y no deja de acosarme preguntándome cómo estoy.