Destinada a amarte (SwanQueen)

Tortura

Quien haya visto juego de tronos, se dará cuenta de esta parte, que es básicamente en lo que me base para la tortura del vejete, así que el vídeo obviamente es como se ve la tortura en sí. Espero que lo disfruten.

Capítulo 20
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El rey se despertó desorientado, aún con el saco cubriendo su cabeza. Se encontraba de pie, con los brazos y piernas extendidos hacia los lados, las manos por encima de su cabeza, atado desde las muñecas y las pantorrillas, en lo que parecían ser unos troncos madera cruzados en forma de X. Se encontraba descalzo y desnudo de torso. El lugar era frio y maloliente.

De pronto sintió que le quitaban el saco de la cabeza y trato débilmente de levantar la cabeza. Lo último que recordaba era haber salido de la jaula en el que lo metieron, un fuerte golpe en su cabeza y luego oscuridad.
Se despertó de golpe al sentir el frio del agua que le lanzaron a la espalda. Trato de mirar por encima de su hombro, pero aun estaba un poco mareado.

-¿Donde estoy?-. Le preguntó a un tipo que alcanzó a vislumbrar frente a él.

-¿Quien eres tú?-. Volvió a preguntar, cuando vio que el tipo sacaba un cuchillo, sin poder dejar de temblar por el frio y el miedo.

-¿Que es lo que quieres?-. Exigió cuando el tipo se le acercó y cogió uno de sus dedos de la mano derecha.

-Quiero hacer esto-. Le dijo el hombre antes de enterrar el cuchillo en el dedo medio, por debajo de la uña. Provocando un gran grito de dolor por parte del rey.

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Emma y Regina llevaban un buen rato cabalgando para llegar al pueblo más cercano. Regina estaba nerviosa, pensando uno y mil escenarios en el que se podía estar encontrando Blancanieves. Hasta ahora no se había dado cuenta de hasta que punto se había encariñado en verdad con la niña, por mucho que debería odiarla por rebelar su secreto... no podía. Era simplemente una niña. Una niña que se encontraba sola, sufriendo quien sabe qué cosas por parte de esos malhechores.

Mientras Emma trataba de calmarla, no podía evitar sentirse orgullosa de Regina y su incapacidad para odiar a la niña. Es cierto, Blancanieves era desesperante a veces, pero era solo una chiquilla. Ella misma había conocido niños y niñas peores, Blancanieves solo era... demasiado feliz.

Aun no podía creer que hubiera vomitado después de que toda la adrenalina del momento dejara su cuerpo y se diera cuenta que todo lo que había hecho. Había matado no solo a uno, sino a varios hombres. Pero en lugar de sentirse como una asesina. Se sentía como la mayor heroína, pues salvó a su amada reina. Y por Regina, sería capaz de cualquier cosa, incluso moriría por ella.

-EH!... mira allá-. Dijo Emma apuntando con su dedo una pequeña casa en la colina repleta de arboles. -Alguien debe vivir ahí, seguro nos ayudan-. Miró a Regina sonriéndole.

La morena solo pudo asentir con la cabeza, aun con el rostro reflejando la preocupación. Y se dirigieron a la cabaña.

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-Detente!, Detente!-. Volvió a implorar el rey, habían estado torturándolo con un sacacorchos, enterrándoselo en el dorso de su pie, haciéndolo girar una y otra vez clavándolo más profundo.

-Dinos la verdad!-. Le dijo uno de los hombres.

-¿Acerca de qué?

El tipo no respondió, solo le hizo una seña con la cabeza al otro que tenia el sacacorchos, y éste lo giró un par de veces más haciendo que el rey volviera a gritar.