Noche de horror

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Advertencia: Este capítulo contiene una descriptiva escena de agresión sexual.
Léalo bajo su propio riesgo.

Capítulo 8

La boda fue por todo lo alto, un montón de invitados, mucha comida y hermosas flores. Todo hubiera sido perfecto si la novia hubiera estado realmente feliz y no adornando una sonrisa demasiado falsa para quienes la conocen.
Emma estuvo presenciando la ceremonia desde un alejado escondite, donde podía ver claramente el rostro sin emoción de Regina. Se sintió morir por dentro cuando el cura los nombraba marido y mujer. Porque ella amaba a esa mujer, a su amiga, a esa mujer que la había besado hace unos pocos días. Odiaba a Cora y realmente no culparía a Regina si quisiera matar a Blancanieves, porque eso es lo que ella misma quería ahora, pero luego miraba a la niña, y la encontraba ciertamente adorable, pero era demasiado esperanzadora que llegaba a ser insoportable. Como para vomitar arcoiris.

Y aquí estaba ahora, preparando a la joven reina para su noche de bodas. Ella sabia que era virgen, porque la misma Regina le había dicho que jamás había pasado de besos con Daniel y porque la tradición era llegar virgen hasta esta misma noche. Pero ella sabia que lo que venía no era muy agradable, ella misma lo vivió no hace mucho con Neal, y aunque él intento hacerlo agradable, eso no evitó que a Emma le doliera un infierno en cuanto desgarro su virginidad.

-Emma…

Regina se volteo a verla a los ojos y Emma sintió su alma quebrarse al ver sus ojos asustadizos.

-Tengo miedo…- Reveló

-Lo sé… yo también. Pero el rey no se ve como una mala persona.

-Eso no me tranquiliza en nada.

Emma la cogió de las mejillas con toda la delicadeza que podía ofrecerle debido a los nervios y besó sus labios con todo el amor que sentía por ella. Regina se tensó por un momento pero respondió el beso. La lengua de la rubia acaricio su labio y Regina los abrió levemente sintiendo la cálida lengua de Emma en su interior, provocando un revuelo en su estomago y un calor en su bajo vientre, haciendo que un gemido brotara desde lo profundo de su garganta, solo se separaron por la falta de oxigeno.

Regina aun mantenía los ojos cerrados y tenia las mejillas sonrojadas tratando de recuperar el aliento robado en ese beso.

-Pase lo que pase, yo estoy aquí-. Regina levantó la mirada y se encontró con la hermosa sonrisa de la rubia. Y no pudo evitar sonreír devuelta. Incluso se acercó para besarla nuevamente cuando se escuchó que se habría la puerta y se alejaron rápidamente.

-Puedes irte muchacha-. Era el rey quien había entrado, por consiguiente Emma debía dejar la habitación, por lo que bajando la mirada se dirigió a la puerta, no sin antes darle una última mirada a Regina. Rezándole a dios para que el rey fuera amable con Regina.

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-Espero que la habitación sea de tu agrado.-Dijo el rey paseándose por la habitación.

-Lo es, muchas gracias su majestad.

-Eso es bueno.-dijo acercándose a Regina.

Regina le ofreció una pequeña sonrisa.

-No estés nerviosa, no te haré nada malo… si te portas bien.

-Eh?-. No alcanzó a decir nada más, cuando el rey estampó su boca con la suya, tomando su mentón con una mano, mientras que con la otra le tomó de la cintura acercándola a él, Regina trato de alejarse y él le jaló del cabello haciendo que Regina abriera la boca para colar su lengua.

La fuerza y la brusquedad que ejercía el rey, solo hacían que Regina se asustara más a cada momento. Este beso era todo lo opuesto al que había compartido con Emma minutos atrás, el de la rubia le provocó sensaciones exquisitas que jamás había sentido, mientras que éste solo le provocaba asco.

-Desnúdate.-Le dijo a penas soltarla.

-Su majestad…-.Trato Regina.

-DESNÚDATE DIJE!-.Gritó haciendo que Regina pegara un brinco y con manos temblorosas comenzó a desnudarse.

-Deberás aprender a no contradecir a tu rey...

Regina quedo completamente desnuda, mientras que el rey caminaba entorno a ella, como una fiera rodeando a su presa. Se pegó contra su espalda, agarrando sus pechos y restregando su media erección contra el trasero de Regina, mientras que ella trataba de no quejarse de la brusquedad de sus manos y cerrando los ojos rogando para que nada de esto fuera real.

El rey se separó de ella solo para deshacerse de su ropa, cuando estuvo libre de ella, volteó a Regina mirándola de frente e hizo que se arrodillara frente a él.

-Abre la boca.

-Su majestad…-.Trato en vano nuevamente, estaba asustada y sorprendida, después de todo era la primera vez que veía a un hombre desnudo.

-QUE TE DIJE DE CONTRADECIRME!-gritó abofeteándola y lanzándola al suelo por la fuerza que ejerció. –Ven acá -.dijo jalándola del cabello para ponerla de rodillas nuevamente. –Tú harás lo que YO diga… entendido? –Regina solo asintió con la cabeza –ENTENDIDO?!

-Si su majestad!

-Bien… ahora, abre la boca-. Le dijo lentamente con la lujuria bailando en sus ojos. Regina no tuvo elección e hizo lo que le exigía. El rey tomo su erección y penetro en la boca de la joven reina sin contemplaciones, ayudándose de tener una mano en su cabello para aterrarse y salir. Gimiendo una y otra vez, gruñendo obscenidades. Cuando se cansó, la separó de él y sujetándola aún del cabello, la arrastró hasta la cama, donde la lanzó y se colocó encima de ella aplastando su frágil cuerpo.

Alli, se concentró en su cuello y sus pechos, chupando y mordiendo sin una pizca de ternura o bondad, haciendo que Regina gimiese de dolor y soltara lágrimas silenciosas.

El rey al ver que lloraba, le asestó otro golpe, esta vez con el puño cerrado en la mandíbula haciéndola sangrar.

-Deberías estar complacida de que el rey te este tocando!-.Escupió abriéndole las piernas bruscamente y posicionándose en su entrada. Regina no lo escuchó ni lo sintió, aún estaba desorientada por el golpe.

-AAHHHHHH!-.Un grito desgarrador escapó de la joven, cuando el rey sin siquiera prepararla la penetro con fuerza, desgarrando sus músculos internos al desvirgarla de forma brusca.

Ni siquiera se detuvo a que se acostumbrara al intruso, solo siguió moviéndose buscando su propia liberación, excitándose con sus gritos de dolor que cortaban la tranquilidad de la noche, escuchándose hasta en los lugares más apartados del castillo, provocando un sentimiento de impotencia por el destino de la joven reina en todo aquel que escuchó sus gritos.

Mientras que acurrucada en una esquina de su habitación una joven de cabellera dorada lloraba sin consuelo por el sufrimiento de su amada.





Que les pareció?😢yo lloré mucho haciéndolo, espero sus comentarios.

Destinada a amarte (SwanQueen)Where stories live. Discover now