La tormenta

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Capítulo 26
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Habían pasado ya dos días desde la boda. Y obviamente fue muuuuuuy consumado el matrimonio. Granny por poco tuvo que separarlas con un balde de agua, e inventarle miles de excusas a Blancanieves para ocultar donde se encontraba la acaramelada pareja de casadas.

Blancanieves, por muy joven que fuera no era tonta del todo, y se daba cuenta de sus desapariciones. Aunque no sabia de la naturaleza de su relación. Estaba celosa de que Regina pasara más tiempo con la guardia que con ella. La niña aun no entendía por que no volvían al castillo, ella solo quería saber de su padre, y volver a la comodidad de su palacio, para que la atendieran. No entendía porque Regina estaba tan cómoda haciendo lo mismo que los campesinos. Incluso cocinando junto a Granny.

Richard y Jack, estaban más que encantados de ver feliz a su reina con su amiga Emma. Esas dos se habían convertido en algo mas que amigas para ellos, y las trataban como si fueran sus hermanas pequeñas. Definitivamente estos dos harían lo que fuera por ellas y su amor.

Red, cada día intentaba agradar a Nieves, y aunque no era fácil de tratar, y perdía muy fácil la paciencia con la niña. Estaba dispuesta a alejarla siempre de las cercanías de su casa para que la reina y Emma tuvieran mas intimidad sin la niña inmiscuyéndose en cada momento.

Del Rey no se había oído nada. Si estaba vivo o muerto nadie lo sabría.  Tampoco era como si estuvieran tan entusiasmados de volver a palacio. Granny les había dicho que eran bienvenidos los cinco en su hogar, que en su compañía se sentía mucho más segura y querida. La vieja tenia un especial cariño por la joven reina, y comenzó a tratarla de manera más maternal cuando se dio cuenta que la morena se sentía especial y querida cada vez que lo hacía. Era realmente adorable cada que la anciana la llamaba “hija” y ella se volvía tímida. Eran pequeños detalles los que hacían que su corazón quisiera estallas de alegría.

-Lo voy a extrañar…

-Enserio? –Preguntó riendo –Aún recuerdo cuando le tenias asco.

-Bueno, que puedo decir… me encariñe con él-. Le dijo con un giño y una sonrisa ladeada.

-Si la verdad es que yo también… pero lo disfrutamos todo lo que duró. Eso ni se niega-. Y cogiéndola de la cintura la acercó a su cuerpo para besarla profundamente –Ya extraño a “Gino”, pero… por otro lado, me encantará hacerte venir innumerables veces solo con mi boca…

-Mmmm, que propuesta tan indecente viniendo de mi guardia real. No se supone que debe de cuidar de su reina?-. Y sonriendo lobunamente

-Y la voy a cuidar… me aseguraré personalmente de que esa propuesta sea una realidad-. La besó con ganas de hacerle olvidar el mundo entero. Saboreando y jugando con la lengua.

En ese momento aferradas la una en la otra, no se dieron cuenta que en la tienda acababa de entrar Nieves, quien se quedó atónita ante lo que vio. Solo salió de su transe cuando escucho un gemido procedente de la reina, y asustada de que la vieran se escabulló silenciosamente fuera. Corriendo en dirección al lago.

...

No podía creer lo que había visto. No podía ser cierto. Regina y Emma. Las dos. Ambas. Besándose como si eso fuera lo más normal del mundo. Como si todos los días las chicas se besaran con chicas. Y peor… como si Regina no estuviera casada con su padre. Dios, su padre!. Estaba aterrada. Donde estaba su padre?.

Llevaba un buen rato ahí, caminando de un lado a otro desesperada, cuando d e pronto vio algo que brillaba cerca del lago. Aún con Lágrimas cayendo por sus mejillas se acercó, temerosa. Quien sabe que podría ser.

Destinada a amarte (SwanQueen)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin