Destinada a amarte

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Capítulo 36

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Había pasado un mes desde que la maldición se rompió. Y las cosas en Storybrooke habían vuelto a su ritmo normal.

Todo el mundo reclamó en un principio el estar en este mundo. Pero luego todos se dieron cuenta que era por mucho, beneficioso para todos, el tener luz eléctrica, agua potable, medicina, escuela, e incluso baños decentes.

Regina había cumplido su palaba y le había regresado el corazón al cazador. Emma estuvo todo el tiempo presente cuando eso sucedió. No quería que el hombre le hiciera ningún daño a su mujer. Lo quería de preferencia a diez kilómetros lejos de ella.

Henry siguió yendo a la escuela, Emma siguió como Sheriff, con David como su ayudante, Regina en la alcaldía. Todos en sus lugares. Donde deberían estar.

Nieves, se quedaba en casa. Acudía fielmente a sus sesiones con Archie, quien ya la veía haciendo progresos. Lentos. Pero progresos al fin y al cabo.

Ese dia volvían Gold, Belle y Baelfire.

Henry estaba súper emocionado por conocer a su tío. Y Regina igual. Ella siempre quiso tener hermanos.

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-¿En serio pensabas que era una bomba sexy?-. Le preguntó la morena a su esposa.

-Mmm si… entre otros apodos-. Respondió la rubia, paseando sus dedos por la espalda desnuda de la reina.

-Que otros.

-Diosa latina, morena hot, bomboncito…-. Enumeró haciéndola reír –Pero el primero que te di, fue cuando te conocí por segunda vez, cuando nos vimos en la puerta aquella vez que Henry me trajo.

-¿A si? ¿Y cual era?-. Dijo cerrando los ojos disfrutando de las caricias.

- Ángel-. Dijo y Regina abrió sus ojos enfocando su mirada en la suya.

-Como la primera vez…

-Será por que es cierto.

-No soy un ángel… ahora menos que nunca. He matado a tanta gente-. Dijo tristemente y bajando su mirada.

-Hey-. La cogió de la barbilla haciendo que la mirara. –Eras, eres y siempre serás mi ángel. No importa qué. Quiero que te lo grabes a fuego. No me importa lo que hayas hecho, ni como te vean los demás. Eres mi hermoso, pequeño y perfecto ángel, el cual voy amar toda la vida e incluso más.

-Cariño… hablando así haces que cualquiera se enamore-. Dijo la morena volviendo a sonreír como una boba enamorada.

-No quiero a cualquiera… quiero a Regina Mills-. Dijo Emma antes de lanzarse a los labios de su hermosa esposa, quien la recibió gustosa.

Pronto los besos se volvieron más hambrientos. Más osados. Las manos de Emma bajaron lentamente por el cuerpo de Regina, visitando y re explorando aquellas montañas y valles en los cuales le encantaba perderse.

Regina, gimió profundo, cuando sintió al pequeño Emmet presionando contra su cadera. Por lo que abrió las piernas encajando a Emma entremedio, Moviendo sus caderas, cubriendo con su humedad el miembro endurecido de la rubia, ya más que preparadas para otra entrega total de su amor.

Con un solo empujón, la rubia se introdujo haciéndolas gemir a ambas. Cuando estaban juntas eran dinamita pura, no paraban hasta explotar. Lenguas lamiendo, uñas rasguñando, dientes mordiendo y cuerpos sudando, era todo lo que había en esa cama, en aquella habitación donde el único sonido, eran los gemidos y jadeos de dos amantes reencontradas.

Destinada a amarte (SwanQueen)Where stories live. Discover now