Ultra mega súper mejores amigas

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Capítulo 10

Cinco días llevaba en el calabozo.

Por suerte para Regina, Jack y Richard fueron los guardias designados para aquella tarea, por lo que entre ellos y Emma, le llevaban comida y le hacían su estancia alli un poco más reconfortante.

Emma en esos días se enteró de muchas fechorías que había cometido el rey y que solo algunos de sus guardias sabían, como el que abusara de las jóvenes doncellas que comenzaban a trabajar en el castillo, una de esas jovencitas, la prometida de Jack que resultaba ser la hermana de Richard, de ahí el odio para que ambos se unieran a la guardia real, para un día lograr su venganza contra el rey.

Prefirieron no contarle nada de esto a Regina, ella en cambio se enamoraba cada día más de Emma, de sus cuidados, de sus sonrisas sinceras y sus ocurrencias para sacarle una sonrisa. El rey no había aparecido por el calabozo y tampoco sus padres, luego recordó haber lanzado a Cora por el espejo que le había dado Rumpelstilskin, así que ella no iba a aparecer. Le costó mucho contarle a Emma lo que había hecho con su madre, por temor a que ésta la viera como un monstruo o como una mala hija pero ella solo la abrazó y le dijo que hubiera echo exactamente lo mismo.

Ahora estaban en la celda y Regina acababa de contarle que iba a tomar clases de magia, inmediatamente sintió a Emma tensarse en su lugar con su rostro reflejando su extrañez.

-Pero tú odias la magia…

-Odio en lo que se convirtió mi madre por ella, a mi no me pasará… no si te tengo a ti-.dijo muy segura y sonriéndole, sonrisa que se le contagio a Emma.

-Tienes razón… no voy a dejar que te vuelvas como ella, además… yo…

-Además tú…?

-Pronto aprenderé a pelear con espadas, para así protegerte… los chicos me enseñarán…

-Pero Emma, eso…

-Lo sé, lo sé… -La interrumpió, sabiendo lo que le diría. –No es de damas el utilizar espadas. Pero… asumo que ya te habrás dado cuenta que yo no soy como las demás chicas-.dijo guiñándole un ojo, haciendo que la morena sonriera y se sonrojara.

-Si, tienes razón-. Dijo bajando la mirada a sus manos.

-Hey-.dijo tomando su barbilla con el índice y pulgar. –De donde vengo, esto es muy normal… el que las mujeres puedan hacer las mismas cosas que los hombres…

-O sea que ya recuerdas… De donde vienes?-. Dijo arrugando el entrecejo.

-De un lugar lejano-. Dijo después de soltar un suspiro. –De uno donde la magia no existe.

-Me gustaría conocerlo… ¿tal vez algún día puedas llevarme?

-Me encantaría, aunque… no sé como volver.

-¿Como que no sabes? ¿Y de que forma llegaste aquí?

-No lo sé, yo… en un momento estaba en el lago Tempe en Phoenix, salvándole la vida a un niño, cuando comencé  a hundirme porque me dio un calambre, creí que moriría. Luego estaba despertando en el bosque encantado con un hermoso ángel de ojos marrones cuidándome.

Regina sonrió –Ya te he dicho que no soy un ángel.

-Para mi lo eres…-. Dijo cogiéndola de las mejillas – Y siempre lo serás-. Terminó dándole un pequeño beso en la frente, haciendo que Regina lo deseara en los labios.

-¿Dime que hacemos?

-¿A que te refieres?-. Preguntó Emma mirándola a los ojos.

-A esto… yo te beso, luego tú me besas pero… somos amigas, las amigas no hacen eso.

-Bueno, somos… ¡ultra mega súper mejores amigas!…-. Intentó escapar haciéndose la graciosa.

-¡Emma…!-. Exclamó la reina sonriendo.

-Vale… tal vez… ¿amigas con derechos?

-¿Amigas con que?

-Amigas con… amigas que se besan-. Simplificó pero Regina aún la miraba con la duda reflejada en los ojos. Por lo que volvió a tomarle del rostro y acercándose para mirarla bien a los ojos.

-Regina yo…-. Suspiró. –Me enamoré de ti.

Regina abrió sorprendida los ojos, nunca se le pasó por la cabeza que Emma sintiera lo mismo por ella. Ella ya había aceptado sus sentimientos por la rubia, pero temía que le hicieran algo, ya no por su madre, después de todo ya no estaba cerca, pero si por lo que el rey podría hacerle.

-Emma…

-No tienes que decir nada-. La interrumpió. –Soy yo la que lo siente, de hecho siento esto desde que te conocí, y sé que estabas con Daniel y yo no debería de mirarte así, no después de todas las cosas buenas que has hecho por mi, pero lo siento y no puedo evitarlo, no es necesario que tu…

Dejó de lado su verborrea al sentir los labios de Regina cubrir los suyos, de la misma manera que había hecho la primera vez que la había besado. Luego separándose lentamente cogiéndole ella esta vez la cara a Emma haciendo que la mirara.

-Yo también me enamoré de ti-. Y la volvió a besar.

Destinada a amarte (SwanQueen)Where stories live. Discover now