Storybrooke

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Capítulo 29

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Volvió a fijar su mirada a su derecha en el asiento del copiloto, por quinta vez en lo que iba el los últimos 30 minutos de viaje.

Miraba y miraba, pero aun no encontraba lógica a lo que estaba frente a ella.

Y es que… Bueno. No es algo a lo que alguien estaría preparado.

No todos los días un pequeño de diez años se te aparece en la puerta diciendo que es tu hijo. Y te amenaza diciendo que le dirá a la policía que lo secuestraste, si no vas con él y lo ayudas…

Así que aquí estaba, en su automóvil de camino a Storybrooke, en Maine.

Qué nombre mas ridículo… pensó.

-Tengo hambre… podemos parar a comer?

-No, esto no es un paseo, no podemos hacer eso.

-Porque no?

-Deja de quejarte, no olvides que podría enviarte en autobús si quisiera, niño.

-Yo tengo un nombre. Es Henry-. Dijo el pequeño haciendo sentir mal a la rubia por ser tan cortante con él.

Pero, es que aun estaba sacudida por el shock, además ella no quería encariñarse. Debía entregar este chico con sus padres y asunto arreglado. Mientras más rápido, más pronto se olvidaría de esto.

-Que eso?-. Pregunto por el libro de cuentos que cargaba el chico.

-No creo que estés lista.

-Para unos cuentos de hadas?

-No son de hadas… es real. Cada historia de este libro ocurrió de verdad!

-Claro que si-. Respondió. Mejor no discutir. Que niño más raro se dijo.

-Usa tu superpoder para ver si miento…

-Tú puedes creer en algo pero no por eso es cierto…

-Y justo por eso es cierto. Tú lo sabes más que nadie.

-Porque lo dices?

-Porque tú estas en el libro.

-Ah niño… tienes problemas…

-Sip, y tú lo vas a arreglar-. Respondió tajante.

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¿Enserio este niño creía que las personas de este pueblo eran personajes de cuentos?

Pero… Demonios! ¿Esta era su casa? Se preguntó mientras aparcaba el coche fuera de esa inmensa mansión. Porque eso es lo que era. ¿Pero porque el chico querría irse de aquí? Su psicólogo dijo que su madre era la alcaldesa. Seguro la mujer estaba casada con un tipo forrado.

Pero esa conjetura fue eliminada inmediatamente cuando el chico dijo que solo tenía madre. Osea que era ella la forrada. Pero  entre otras cosas que dijo fue que era “malvada”.

Ahora viendo la mansión se imaginó una mujer cuarentona, estirada, de esas que se operan para verse más jóvenes y pierden la movilidad del rostro y quedaban si expresión. Quizás por eso el decía que era malvada. Recordó a aquella mujer que se operó para parecer un gato. Reprimió una sonrisa y miró al niño. Vestía impecable y parecía un buen chico. Algo trastornado. Pero buen chico.

Destinada a amarte (SwanQueen)Where stories live. Discover now