Destinada a amarte (SwanQueen)

Novias

Capítulo 13

Se despertó feliz. Ligera. Como si le hubiesen quitado el peso del mundo que cargaba sobre sus hombros.
Sentía su piel mucho mas sensible, podía sentir el suave rose de las sabanas de seda, las plumas de las almohadas, el sol en su cara, el viento de la mañana, el brazo protector cubriendo su delgada cintura, la suave respiración en su nuca y el cálido cuerpo desnudo pegado al suyo.

Se volteó entre los brazos, solo para encontrarse con el relajado rostro de su hermosa rubia. Y sonrió. Se sentía tan feliz. Tan plena. Tan... enamorada.

Una idea se le pasó por la cabeza.

Pero y si era una locura? Como reaccionaria su novia?

Novia...

Le gustaba esa palabra.

Más teniendo en cuenta como fue que se hicieron novias. Todo lo que vivió ese día... hacerse novia de la rubia fue lo único bueno.

FLASHBACK
Caminaba por los amplios pasillos del castillo, con dirección
a los jardines.

Había estado tomando el té con Blancanieves, y definitivamente necesitaba tomar un poco de aire fresco.
Cuando por su flanco derecho apareció uno de los guardias.

-Mi reina... su majestad el rey desea hablar con usted, me pidió que la escoltara.

Inmediatamente se tensó, no se le ocurría nada de lo que el rey quisiera hablar. Por lo que solo siguió al guardia. Al llegar el guardia abrió para ella la gran puerta de roble y con una ligera inclinación de su mano le permitió la entrada.

-Oh aquí estás mi querida reina-. Dijo el rey apartándose de la chimenea.

Regina tuvo que reprimir la mueca de irritación.

-Me habéis llamado su majestad?

-Si, toma asiento, hay muchas cosas de las que necesitamos hablar-. Dijo haciendo lo propio en un gran sillón de cuero.

-Me ha dicho el doctor, que esta vez tampoco has quedado encinta...dime Regina, como crees que espere un heredero, si tú no te quedas embarazada?-. Dijo con voz cortante y los ojos fijos en ella.

-Su majestad, yo no... no lo sé-. Respondió nerviosa y pegó un pequeño brinco cuando el rey se levantó de improviso.

-Tal vez debamos... practicar más-. Dijo poniéndose detrás del sillón donde se encontraba Regina. -Hasta que al fin lo logremos. Y si no... al menos nos habremos divertido-. Terminó susurrando cerca de su oído y luego besando su cuello.

-Y si nunca logro quedar encinta? -. Preguntó tentativamente

-Esperemos que eso no ocurra... pero si estás seca por dentro y eres tan inútil incluso para eso... solo tendrás que conformarte con criar bien a mi hija y hacerme ver bien a mi ante todos, de lo contrario pasaras el resto de tu insignificante vida en las mazmorras... eh sido claro? -. Terminó presionando sus grandes manos en los delicados hombros de la reina.

-Si su majestad.

-Bien... ahora ponte de pie, e inclínate sobre el escritorio para mi...querida esposa.

A Regina no le quedó de otra que cumplir con sus órdenes, obligándose a no pelear, y deseando en un futuro vengarse de lo que esta bestia le estaba haciendo. Cuando se sació el rey abandonó el estudio dejándola ahí tirada como una muñeca de trapo. Fue Richard el que entró y la socorrió, llevándola a sus habitaciones.