-Hola a todos...-

-Eijun-kun-

El pelirosa no pudo hacer otra cosa más que soltar su nombre, cosa que confundió a su amigo, al no saber cómo era que lo sabía, si él no le recordaba.

-Bueno... yo... vine a buscar a los dos que me vieron en el hospital-

Kuramochi se acercó jalando invisiblemente a Miyuki, que no se atrevió a darle la cara al menor, hasta que escuchó algunas palabras que le destruyeron el corazón.

-Esto... muchas gracias por haber cuidado de mí, es hora de que me vaya, no quería irme sin agradecerles por sus cuidados-

El menor agachó su cabeza y justo cuando estaba a punto de irse, dándose la vuelta

-Sawamura... ¿quieres lanzar la pelota? Solo para despedirte-

El menor no sabía a qué venía la alegría de su corazón, justo en ese momento, y dada su reacción, decidió que la lanzaría al menos una vez

-Claro, lo haré-

Contestó con una enorme sonrisa, esa que a todos deslumbraba siempre.

No pensó en la forma de lanzar, ni siquiera sabía cómo tomar la pelota, así que cuando la arrojó al guante del capitán, fue como ver al Eijun que conoció en su enfrentamiento con Azuma-san.

Después de ese lanzamiento, el menor se dio la vuelta para irse con su familia, su abuelo estaba algo molesto porque Miyuki había pedido lo que no quería que su nieto volviera a hacer para Seido, sin embargo, ya podían irse.

Miyuki tenía en sus manos una hoja de papel y un lápiz por haber estado trabajando en los registros, escribió algo y lo puso sin que se diera cuenta el menor en su chamarra, mientras los demás lo entretenían, después de eso, lo dejó partir, sin siquiera voltear a mirarlo, no sentía derecho alguno de levantar la vista.

-No es tu culpa que no notáramos que estaba lesionado-

-Yo pasaba más tiempo con él que todos ustedes, siempre estaba corriendo detrás de mí, lo conocía como pitcher y aun después de que debí saber que él no haría esa clase de cosas, no le creí y lo malinterpreté, es mi culpa no haber notado su lesión, mi deber era proteger a mi pitcher, y fallé como cátcher-

Kuramochi no quiso seguir con el tema porque a él también le dolía su partida, los tramites de trasferencia empezarían en cuento el menor encontrara una escuela a la que ingresar.

Una semana después de aquella despedida, llegó la noticia al entrenador, sus ojos se abrieron cuando vio el papel que estaba en su mesa, la solicitud era... ¡Tenía que ser una broma de muy mal gusto!

-Takashima-san investigue este papel, no pienso firmar hasta que me lo confirme-

-Está bien, lo confirmaré-

La mujer investigó tratando de que fuera una mentira, porque lo que ese papel decía, no podía ser cierto, se sentirían traicionados si fuese cierto, más si el menor lo había decidido, y su corazón se rompió en pedazos cuando encontró la verdad en su búsqueda.

-¿Qué pasó?-

-Es cierto, habrá que hablarlo con los chicos para que no les tome por sorpresa, será mejor decírselos de una vez por todas-

-¿Cómo voy a enfrentar a Miyuki y decirle que yo voy a firmar esto?-

-No es su culpa entrenador, a decir verdad, es mejor que sea con ellos que con los otros-

-Supongo que tienes razón-

Los dos reunieron al equipo que estaba entrenando afuera y entonces, justo entonces los chicos se formaron para recibir la amarga noticia, que le pesaría al castaño más que a los demás.

-¿Pasa algo entrenador?-

-Hemos recibido la hoja de trasferencia de Sawamura-

El corazón de Miyuki se estrujó, estaba a punto de perderlo, de perder a quien le había obedecido en todo este tiempo, pese a su mala actitud.

-Sawamura será trasferido a...-

Tomó un respiro fuerte y mordiéndose por dentro soltó la noticia

-Otra escuela de Tokyo, se irá a Yakushi-

Los chicos abrieron la boca mientras Miyuki agachaba la cabeza, ese era un fuerte golpe para su orgullo, el menor los dejaba por el enemigo, la asistente habló con fuerza y seguridad para que la escucharan.

-Al parecer, dos escuelas se enteraron de que Sawamura estaba en problemas debido a lo que se considera un descuido, no saben lo de su amnesia, pero sí que sus familiares decidieron cambiarlo de escuela, así que enviaron invitaciones a su familia para que ingresara a su escuela-

-¿dos? ¿Quiénes invitaron a Bakamura?-

-Yakushi e Inashiro, tengo entendido que Sawamura lo decidió y escogió ir a Yakushi-

Mientras tanto, en otra parte de Japón, había tres personas sentadas a la mesa y uno que gritaba a todo pulmón.

-¡¿Por qué no me dijeron que tenían que transferirme?!-

-Eijun ¡siéntate y cállate!-

-Hijo, ¿Qué es lo que te preocupa?-

-¡Eso significa que ya tenía una escuela! ¡¿Qué no tengo amigos en ella?! ¡¿Qué no crecí en la escuela en la que estaba?!-

-¡Es peligrosa! ¡Esa escuela es peligrosa!-

-¡¿Por qué?! ¡No lo entiendo!-

El menor estaba molesto porque le habían dicho que había permanecido mucho tiempo dormido y que no tenía escuela, que debía escoger una para iniciar la preparatoria.

-¡Si esa otra escuela es peligrosa, entonces quiero ir a esa escuela en la que me despedí de esos chicos!-

-¡No!-

-¡¿Por qué no?! ¡Fueron amables conmigo! ¡Todos me trataron bien!-

-Porque no y ya, fin de la discusión-

Hasta ahora, su padre no había tratado de contradecir al abuelo, porque estaba algo tenso, preocupado de que a su hijo le pasaron tantas cosas que si el golpe hubiese sido un poco más arriba, se abrían llevado lo más valioso de su vida, otra cosa que le molestaba era que su hijo hubiese tenido problemas emocionales, lo que indicaba que no estaba en buenos términos con sus compañeros, pero... ahora, al verlo de esa forma, con esa insistencia por ir con ellos, su corazón titubeaba de alejarlo de sus compañeros, a los que el extrañaría cuando recuperase la memoria, seguro que se enfadaría con ellos por alejarlo de sus amigos.

Entró a su habitación y la cerró con fuerza, se lanzó a su cama y la cara de alguien le llenó la cabeza, mientras trataba de no pensar en ello, el sueño comenzó a abrazarlo, aunque, jaló su chamarra, la que no había usado desde ese día y al acercarla un papel salió de la bolsa, se enderezó para leer lo que había escrito y unas lágrimas en su mejilla cayeron sin que pudiera entender la razón.

"Sawamura, quédate" M.K.

Ojos brillantesWhere stories live. Discover now