Quédate

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-¡Noticias! ¡Tenemos noticias!-

-¿Qué ha pasado? ¿Por qué gritas tanto?-

-Aquel pitcher zurdo, el que se lesionó en un juego-

-¿Qué pasa con él?-

-Pues, no sé porque, pero se dice que pedirán su transferencia de escuela, parece que su familia no quiere dejarlo volver a Seido-

La sonrisa del entrenador cambió y se levantó para tomar un papel y escribir algo, era una buena oportunidad, porque después de todo, el menor había crecido rápidamente.

Mientras que en otra escuela, otro hombre recibe la misma noticia de su asistente y decide escribir otra carta, pese a que todos sus alumnos estaban en desacuerdo.

Los chicos se reunieron en la noche, cuando el entrenador no los escuchaba para hablar de lo que les habían dicho, el que estaba en peor estado era Miyuki, que se sentía adolorido porque no podía retener a Sawamura en contra de la voluntad de su abuelo, de su familia, tendría que dejarlo ir, y era doloroso saberlo, sobre todo porque pensó que ese chico inocente siempre iba a permanecer a su lado pidiéndole que atrapara sus lanzamientos.

No se imaginó que después de un problema como ese le dijeran que iban a llevarse su mejor creación, su mejor obra maestra y el recuerdo del hombre al que tanto admiraba, es decir, el recuerdo de Chris Yuu Takigawa.

-No podemos permitir que se lo lleven, a pesar de lo escandaloso que es, siempre ha sido quien más ha animado al equipo-

-Yo opino lo mismo, siempre ha crecido al instante forzándose a cumplir nuestras expectativas para ayudarnos a cumplir nuestras metas-

Miyuki sintió el vacío en su corazón, pero... se armó de valor para pronunciar lo siguiente

-No importa si no queremos, su familia puede llevárselo porque no está en condiciones de decidir por el mismo, no nos queda otra más que aceptarlo-

Con lo último se mordió el labio, no, él no quería aceptar esa idea, estaba más renuente que los demás a que lo alejaran de él, de la escuela, renuente a perder a su pitcher.

Después de hablarlo y no llegar a ningún lado en los últimos 3 días, el nerviosismo del viernes llegó, porque era el día en el que se llevarían a Eijun de vuelta a Nagano, al parecer, el abuelo consiguió que su hijo expidiera la transferencia, y en Seido, todos se enteraron de la amarga realidad, dejando así el corazón roto de algunos que le apreciaban más que los demás, es decir, lo más cercanos amigos del castaño.

-Mamá, quiero ir con esos dos, los que me fueron a ver al hospital-

-Eijun... creo que...-

-Por favor, deja que vaya a despedirme y les dé las gracias por haber cuidado tanto de mí-

Su abuelo no estaba de acuerdo en que se acercara a esa escuela, pero los ojos del menor le obligaron a aceptar su petición, con la mente en que probablemente sería la última vez que los viera.

Dicho esto, se dirigieron a la escuela y entraron por esa enorme puerta, que le causó un tremendo dolor en el pecho al menor, por un momento sintió algo que provenía de lo más profundo de su corazón, y estaba a punto de preguntar, pero... guardó silencio cuando vio una enorme cancha de béisbol, donde muchos chicos jugaban, y sin preguntar, comenzó a caminar directo a donde su mente le llamaba.

Al estar de frente a ese lugar, el sudor en su frente se hizo más pronunciado, tenía una sensación de intranquilidad, hasta que alguien lo vio y le señaló, todos los presentes voltearon a verlo, se acercaron lentamente dejando sus cosas, todos menos Miyuki, a quien el castaño había ido a buscar.

Ojos brillantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora