Tras La Pared/Saga Behind The Souls - Parte I

Capitulo 31:Templanza

Hola!! Aquí les dejo el penúltimo capítulo...
Mañana subiré el final y el prólogo así que por favor déjenme sus comentarios y estrellitas si les gusto :P
Gracias por leer :)
Pdta: En la foto Perla, en la cena de navidad

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Debes mantener la calma... Debes estar tranquilo... Encontrarás la solución y seguirás con el plan como hasta ahora...

Eso era lo que me repetía una y otra vez para ahuyentar la desesperación que tenía mientras anudaba un par de ganchos de cabello que había encontrado en las bolsas negras cuando las estrelle contra la pared.

Intentaba convencer a mi cerebro de que haría un perfecto gancho abre puertas con el que me desharía del problema, pero aquello era tan estúpido como improbable.

Estaba llorando, y no solo por el hecho que de buenas a primeras mi plan se vino abajo, sino también por lo que le esperaba a Perla cuando vinieran por ella: era tan retorcido y repugnante que mi mente no lo toleraba.

- ¡¡¡JODER!!! - vocifere a todo pulmón lanzando los ganchillos contra la puerta

¿Que le harían? ¿Que había hecho un ser tan puro como Perla para que la vida se ensañe así con ella? ¿Cómo podría vivir con eso en mi cabeza? ¿Podría dormir por las noches pensando en todas las cosas asquerosas que le harían, en todo el dolor que sufriría?

De repente me vinieron arcadas... Por supuesto que no podría: no podría vivir sanamente imaginándome su dolor, su vida miserable... Ningún ser humano podría descansar con eso en su conciencia, claro nadie excepto el cerdo de Kauffman... Ese jodido hijo de puta no podía considerarse siquiera humano; prácticamente estaba condenando a Perla a morir y según el la ama.

Seguramente cuando ella se vaya, Nícolas entrará en desesperación y lo primero que se le ocurrirá será matarme de la forma mas sádica posible, pero yo quería que me matara... Quería morir. Si el venía a por mi no pondría resistencia, dejaría que acabe con mi agonía aun si eso dejaba a Bill solo.

Bill... Mi hermanito... Mi vida entera... Por favor perdóname...

No soportaba ni un minuto mas metido en ese pestilente nido de alimañas en forma de mansión, no podía tolerar las cosas horribles que habían sucedido aquí: esas paredes llenas de recuerdos de tortura y dolor.

Grite todo lo que pude, hasta que mi garganta se quebró y mis ojos dejaron caer libres más lágrimas que me azotaban la vista.

Me apoyé en la puerta esperando que ocurriera lo mismo que la noche que pase con Perla, que está se abriera de la nada; estaba esperando nuevamente un milagro... un milagro que sabía nunca llegaría. Le había llorado tanto a la puerta que la madera estaba húmeda y pegajosa y empezó a emanar un olor desagradable.

Me deslice hasta llegar al piso y me acurruque abrazando mis piernas y escondiendo mi cabeza entre las rodillas.

No se por cuanto tiempo me quede así, ni siquiera sabia que hora era cuando escuché un grito desgarrador proveniente de alguna parte de la casa.

Era Perla, que gritaba sin parar en todos los tonos posibles. Me pare de un brinco y pegue el oído a la puerta, con los nervios a flor de piel luchando en vano contra aquella impotencia que me embargaba.

Le estaban haciendo daño y no podía hacer nada porque estaba encerrado en una maldita alacena.

- ¡¡¡Por favor no!!!! - se oía de su voz rasposa -¡¡¡sueltenme nooo!!!!!