Capítulo 12: Cartas A Favor

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El fluido rojo que me salpicaba el rostro me daba asco pero no podía moverme.

Era como estar en la primera fila de la WWE, cuando los dos peleadores se agarraban a madrazos y podías hasta oler el sudor y la sangre con normalidad.

Así me sentía mientras veía como Matthew y Nícolas se sacaban la madre frente a mi sin que los otros dos guaruras hicieran nada aparentemente acostumbrados a ese tipo de espectáculos entre los dos.

- Sueltame ya!! — vociferó Matthew

- No te metas conmigo estúpido marica — dijo empujándolo contra el muro

- Pues entonces haz lo que tienes que hacer y deja los sentimentalismos de lado — se mordía el labio inferior en un intento bruto de calmar la hemorragia.

- No le voy a dejar a Perla a este puto

- Quiere una enfermera pinche animal, o te dijo acaso que quería una puta?

- No... Nadie la puede tocar... Nadie la puede ver

Kauffman se retoco el cabello como un tic nervioso que nunca le había visto: parecía ido, perturbado... Si que estaba loco.

La puerca curiosidad hizo mella en mi otra vez

- Ella se irá tarde o temprano ¿no Nícolas? Pues hazte cargo de esta situación

Sin más, salió cagando leches del salón con furia.

Desde mi ubicación, pendiente del espectáculo y aún con todo el cuerpo adolorido, reí con gusto.

- Creo que haz perdido a tu mano derecha Nícolas — susurré — además tiene razón, solo he pedido una enfermera... No la voy a tocar si eso es lo que te preocupa

- ¿Porque ella? — gire mi cabeza con torpeza al oír el tono de su voz, casi suplicante

Si... Esa era una buena pregunta... Porque me aferraba a la idea de volver a ver a esa niña gritona otra vez...

- Porque me recuerda a Bill — confesé

- ¿Al marica de tu hermano? — su tono denotaba incredulidad

- Si... — me queje al tratar de incorporarme sin éxito — ella se parece a el

Rió sin ganas

- Si ... Claro...

- Ella canta como el — continúe — al principio no supe porque su voz me llamo tanto la atención hasta que... Recordé que Bill tiene el mismo timbre... Dulce y romántico... Siempre cantando lo que debe, en el momento que debe...

Se quedó callado esta vez, por un rato.

- ¿Me estás diciendo que te gusta oírle cantar? — preguntó

- Si...

- Bien...

Suspiro fuertemente, empezó a dar vueltas por todo el salón y luego ordenó que me levantarán y me llevarán de nuevo a la habitación donde me tenían amarrado.

Y ahí me pase un día más.

El dolor del costado y la fiebre no paraban, ya casi deliraba por lo mucho que la calentura me golpeaba la cabeza; vomité un par de veces y no recuerdo como me dormí.

- Eh! Kaulitz! Mira que te tienen engreído... Despierta! — esa voz asquerosa otra vez

Los golpecitos que me propinaba en la mejilla ayudaron un poco a despabilarme.

- Eh!!! No toques... — al menos mi voz ya había recuperado su fuerza

- El jefe te quiere en el salón en 5 — aumento Liszak — dice que si no llegas en ese tiempo te cortara las bolas con una galleta soda... ¿Ya te puedes parar tu solo?

Tras La Pared/Saga Behind The Souls - Parte IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora