Capítulo 34

450 48 7
                                    

-¡Están aquí!

El grito de un hombre me sobresalto y me encogí debido al miedo que sentía. Sé que es normal tener miedo, pero lo que no es normal y, mucho menos aceptable, es congelarte por dicho miedo. Así que me obligue a tragar el enorme bulto de emociones que, iban desde la ira al terror puro y crudo, por mi garganta. Me solté del agarre de Elemiah y caminé hasta el balcón por el cual se asomaban los chicos

En la Piazza Pitti, debajo del corredor Vasariano, un caballero de la Orden agitaba su mano hacia nosotros. Por la oscuridad de la noche no veía sus ojos, pero iba a hacer una suposición salvaje y decir que sus ojos estaban muy abiertos por el pánico y estaba pálido, así como yo me sentía

-¡Detalles! – respondió Vlad

-¡Se están moviendo alrededor del Palazzo, creando una barricada de al menos dos manzanas! ¡En las calles estallo el caos, y Velkan ha visto a varios por los jardines de camino hacia aquí!

-¡Reúne a todos, Louis! ¡No dejes que nadie entre al Palazzo! – Vlad grito de vuelta sus órdenes. Sus nudillos están blancos por lo fuerte que apretaba los puños - ¡Sigue actuando de acuerdo al plan!

El hombre asintió y yo me pregunte ¿Cuál plan?

Salte un poco fuera de mi piel cuando una mano se posó en mi hombro, pero me relaje cuando di media vuelta, encontrándome con los ojos ambarinos de Elemiah. El saco de su gabardina el anillo de Anathiel, aquel que habíamos encontrado en Babilonia, y me lo entrego. El frio metal parecía quemar en mi piel, cuando el cerro mis dedos entrono a el

-Eres la única que puede resolver este misterio, así que ten el anillo. Ve al salón de los Quinientos, encuentra lo que sea que este ahí, y nos encontraremos en la Piazza del Duomo para irnos de aquí cuanto antes

-Espera... ¿Qué? – dije aturdida, y con los ojos muy abiertos

Elemiah coloco ambas manos en mis hombros y se inclinó un poco para que estuviéramos al mismo nivel visual. Determinación fija en sus facciones cuando hablo

-Escúchame atentamente, Cielo – dijo con voz suave, pero había un filo de desesperación también allí – sabes quienes están aquí, sabes los poderosos que son, y también sabes, que los guerreros, aunque sean muy capaces y fuertes, no podrán detenerlos solos. Me necesitan aquí para que les ayude a mantenerlos fuera mientras tu haces lo tuyo ¿Comprendes? - empecé a negar, pero el tomo mis mejillas para que no sacudiera la cabeza. No quería que él me dejara. Estaba siendo una tonta, pero no podía evitarlo – sabes que es necesario. Iras con Slaven, que es el único que conoce este lugar, y con Adrik; y yo me quedare aquí con Vlad para detenerlos. Cuando termines, te prometo que estaré esperándote en la Piazza

-No quiero que me dejes – apreté sus muñecas con mis manos. Las lágrimas llenaron mis ojos – te necesito

El apoyo su frente en la mía y suspiro

-Solo será un momento, Jade. Estaré contigo pronto

Un chillido proveniente de los jardines nos hizo saltar a ambos, como un doloroso recordatorio de lo que estábamos haciendo

-¿Me crees cuando te digo que estaré allí? – pregunto con la voz ronca

Asentí, y después el me beso de manera dulce, pero el beso se acabó muy rápido para mi gusto. Él se separó de mí y prácticamente me arrojo a los brazos de Slaven. Elemiah lo miro a los ojos fijamente y miro a Adrik que se movió a nuestro lado

-No dejes que la lastimen, Cazador – le dijo con voz firme – quiero verlos a todos en la Piazza sin importar que

Adrik asintió de manera brusca

EL LIBRO DE LOS CONDENADOSTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang