Capítulo 17

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Babilonia, la ciudad antigua en la Baja Mesopotamia, no era nada más que ruinas

Ahora, solo es una triste sombra de lo que una vez fue: una ciudad próspera, sublime y fértil; lugar donde habitaban los primeros hombres formando así la primera civilización conocida, y cuna de grandes eruditos que crearon los fundamentos para la astronomía y las matemáticas

Sin embargo, todo eso había quedado atrás y ahora solo era polvo. A pesar de que Saddam Hussein habían intentado reconstruir la ciudad, jamás pudo alzarla y llevarla a su antigua gloria. Pese al hecho de que no se encontraba en tan mal estado por las labores del mismo, seguía siendo un espectáculo deplorable y triste para las personas que, como a mí, nos gustaba la historia

Aunque la ciudad es conocida por sus brillantes aportes a la humanidad, también es conocida por ser una fuente de lascivia y soberbia llegando a ser descrita como "La Gran Ramera"

Y tenía sentido. Oh, sí que tenía sentido. Porque este lugar, antes de que existiera los imperios babilónicos, fue el lugar donde cayeron los ángeles en el declive después de la guerra desatada en el Cielo por Lucifer

Cuando los ángeles cayeron, los escritos dicen, que algunos de los ángeles se quedaron vagando por estas tierras buscando la manera de volver y, otros, simplemente se marcharon con su corazón negro lleno de rencor y odio hacia Dios marchando así hacia el Inframundo en compañía de Lucifer y; solo unos pocos, simplemente decidieron partir, tan lejos como fuera posible del lugar que les recordaba su decadencia y sus errores

Así que esta ciudad es creación de ángeles caídos que decidieron construir su hogar justo debajo de la porción de Cielo por la que cayeron con la esperanza de que Dios se apiadara de ellos y viniera a salvarlos. Pero, con el paso del tiempo, aquel propósito se vio truncado por el descubrimiento de los placeres terrenales. La bebida, la comida y el sexo, dominaron sus sentidos haciéndolos olvidar, a algunos, su naturaleza angelical y deseo de volver con el Creador

Así que tiene mucho sentido que personas tan inteligentes habitaran aquí. Todo ello es gracias a los conocimientos universales que posee todo ángel

Pero ahora no queda nada de eso porque después los humanos llegaron atraídos por los rumores de grandeza de la ciudad acabando con todo a medida que invadían la ciudad. Alejandro Magno fue uno de ellos. A decir verdad, se hubiera acabado con o sin la intervención de los humanos gracias al libertinaje que practicaban los habitantes de estas tierras que ahora distan mucho de parecerse a una gran metrópolis

Así que aquí estábamos, La Muerte, Vlad y yo, contemplando lo que una vez fue Babilonia, que ahora se encuentra ubicada en la provincia iraquí de Babil a 110 km al sur de Bagdad

El sol brillaba intensamente sobre el firmamento de un color azul pálido. No había nubes y el calor era insoportable, calentando la tierra, haciendo que las suelas de mis zapatos prácticamente se derritieran sobre el suelo terroso y árido

Vlad coloco una mano sobre su frente cubriendo sus ojos del sol abrasador. El viento azotaba su largo cabello negro, y me moví un poco, en dirección hacia La Muerte que se encontraba a mi izquierda, para que no me diera en el rostro. Con gesto serio, avanzo y subió la planicie que estaba frente a nosotros la cual nos daba una mejor vista panorámica del terreno

La Muerte asintió hacia mí y, respirando profundamente, lo seguí por el camino pedregoso para reunirnos con Vlad en la cima. Mi zapato resbalo sobre una roca demasiado lisa y estuve a punto de rodar como una pelota de ping-pong, si no fuera por la mano cálida y callosa que atrapo mi brazo

Vlad me sonrió mientras me ayudaba a poner de pie de manera segura

-Cuidado, pequeña – dijo con voz divertida alzando una ceja

EL LIBRO DE LOS CONDENADOSOnde histórias criam vida. Descubra agora