IV

156 36 21
                                    

El aroma a libro viejo llenó sus fosas y eso fue suficiente para hacerlo sonreír. De todos los libros sobre simbología que había leído y consultado, ese era el que más le gustaba por ser tan viejo y grande.

Sacó su libreta de notas para consultar el número de página donde se había quedado el día anterior y, al tenerlo, recargó el lomo del libro sobre la mesa y con ayuda de las yemas de sus dedos, deslizó las páginas hacia el número que buscaba. Sin embargo, antes de que pudiera llegar a la página, una esquina azul pastel saliendo del libro llamó su atención, frunció el entrecejo y abrió el libro en la página de la que salía dicha esquina.

Sus ojos se abrieron más de lo normal cuando descubrió que se trataba de la esquina de un sobre perfectamente cerrado, pero su sorpresa fue mayor cuando leyó su nombre en chino en la parte inferior del sobre. Algo indeciso, lo tomó y comenzó a jugar con él entre sus manos tratando de adivinar el contenido sin tener que abrirlo; pero fue vencido por la curiosidad cuando, al sentirlo, notó que lo que había dentro, no era algo de papel. Encogió los hombros y abrió el sobre tratando de romperlo lo menos posible y una sonrisa apareció en su rostro junto con ese hoyuelo en su mejilla al sacar de éste un pañuelo de tela en color blanco y que, además, tenía sus iniciales bordadas. Dejó el pañuelo en la mesa y se asomó de nuevo en el sobre tratando de obtener más pistas, pero lo único que vio fueron algunas letras escritas dentro; así que, no teniendo más remedio, rompió el sobre por los costados y lo extendió como una carta para poder leerlo...

No he sido capaz de secar tus lágrimas como quisiera, pero, al menos, me gustaría poder hacerlo con esto... aunque preferiría no verte llorar tanto nunca más.

Una parte de Yixing se sintió conmovida, otra alagada, otra confundida y una última... asustada. El tener un obsequio como ese, significaba que había alguien que lo había estado observando tan detalladamente como para darse cuenta de que él solía llorar demasiado, y no sólo eso, sino que además era alguien que sabía que pasaba mucho tiempo en la biblioteca, justo en esa sección y con ese libro... y eso era algo perturbador, para ser sinceros. Sin embargo, sabía también, que debía ser alguien que se sentía preocupado por él y eso era, de cierto modo, bastante agradable.

Tomó la resolución de conservar el pañuelo y decidió que no averiguaría quién se lo había dejado ahí, aunque el remitente estuviera observándolo a tan solo unas mesas de distancia.

****

Yixing sintió el cuerpo sumamente pesado antes de despertar, cuando trató de moverse, se escuchó una risita cerca de sí y eso lo hizo abrir los ojos repentinamente.

—¡¡¡AHHHHH!!!–. gritó cuando al abrirlos, lo primero que vio fue a Baekhyun sobre sí, con la cara demasiado cerca de la suya, los ojos muy abiertos y una sonrisa grande... parecía un psicópata.

Baekhyun se levantó con una carcajada y esperó a que Yixing se recuperara del susto antes de gritar lleno de emoción.

—¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HYUNG!!–. Yixing, frunció el entrecejo y se apuró a tomar su teléfono de la mesita de noche y poder ver la fecha... siete de octubre. Se había olvidado de su cumpleaños.

—Yo... gracias Baek–. Le sonrió a su hermano menor y luego se estiró mientras Baekhyun comenzaba a hablar sin parar.

—Pedí comida al delivery chino para desayunar, luego debemos ducharnos y arreglarnos porque iremos de compras, regresaremos y merendaremos tarta de chocolate y...

—Baek, más lento, me quedé en el delivery...–. Dijo con una suave risita y Baekhyun rió también.

—Vale, vale... tan solo vístete y baja a almorzar–. Yixing asintió y Baekhyun salió corriendo de la ordenada habitación de Yixing, quien sonrió de nuevo cuando escuchó las pisadas de Baekhyun en la escalera y luego ruidos de platos a lo lejos. Se levantó, tendió la cama, se lavó la cara y bajó a la cocina a desayunar con su hermano.

RecomenzarDove le storie prendono vita. Scoprilo ora