-Están afuera. -informa Damien mirándonos a mí y a mi hermano.

Gruño y le pego a la pego a la pared.

Lo único que me faltaba. . .

Mi hermano se levanta bruscamente y se dirige hacia afuera, lo sigo pero antes Damien se vuelve a poner entre nosotros bloqueándonos el paso.

-No sean duros. -dice mirándonos fijo.

Mi hermano lo agarra del cuello de la remera y lo trae hacia él.

-Deja de opinar porque sino vas a quedar como Renatto, ¿capisci?. -amenaza.

Damien asiente frenéticamente.

Sonrío y paso por al lado de él chocando mi hombro con el suyo.

-Será idiota. -susurra mi hermano lo bastante enojado.

Salimos afuera y vemos una camioneta estacionada. Gruño.
No los quiero ni ver y sé que mi hermano tampoco pero lo tenemos que hacer.

Nos encaminamos hacia allá; abrimos las puertas de la parte de atrás de la camioneta, nos subimos y las cerramos de un portazo.

-¿Qué quieren?. -pregunta mi gemelo.

-¿Cómo está?.

-¿Te importa?. -contraataco.

Él se da vuelta y me queda mirando fijo. Asiente.

-Bueno, no parece, Gangardi. -gruño.

-Si y lo sabes muy bien, Ginoccio.

-Está bien, entonces bájense, Giorgio.

-¿O tienen miedo, Giuseppe?. -dice mi hermano.

-No tenemos miedo pero no nos permiten. No podemos. -contesta el susodicho.

Gruño y le pego a la puerta.

-¡Todo esto es culpa de ustedes!. -grita mi gemelo.

-No los quiero ver nunca más allá ni cerca de mi hermana, ¿entendido?. -digo ya harto.

-O sino, ¿qué?.

-Vos odiabas que te digan eso, bueno, nosotros también así que no quieras averiguarlo. -dice Amedeo y sale del auto volviendo a cerrar la puerta de un portazo.

Ellos me miran a mí.

-Váyanse a la mismísima mierda. -escupo y salgo igual que mi hermano.

Volvemos a entrar al hospital y vamos directo a la sala de espera. Todos nos miran esperando respuestas pero por nuestras caras creo que ya saben que pasó.

-Y... ¿qué onda?. -pregunta Umberto.

Suspiro y ruedo los ojos. Se ve que no todos entendieron.

-Callate, ¿queres?. -contesta mi hermano de forma brusca.

Umberto levanta las manos en señal de paz y no vuelve a decir más nada. Gracias a Dios.

Adrienna. ©   (2º libro) - Editando. Where stories live. Discover now