Capítulo 4: Una revelación importante.

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—No quiero esperar Castiel, —lloriqueo con tristeza. —Quiero ser fuerte ahora, quiero protegerte ahora, perdimos a pa, no podría perderte a ti también. —Externo arrugando la nariz.

—Estaré siempre junto a ti Giulian, siempre, siempre, no me vas a perder ¿Entendido? —Repitió aquella promesa mentalmente hasta quedarse dormido, Giulian se agotaba rápido y llorar era una cosa terriblemente cansadora.

Castiel tendió a su hermano en la cama, limpio sus lágrimas y beso suavemente las mejillas del menor para luego sonreír al verle de lejos. Aun postrado y enfermo, su hermano menor era más alto que el, seguro hasta más fuerte si pudiera usar sus propias energías, si tan solo Giulian estuviera sano las cosas serían muy diferentes.

Soltó un suspiro resignado, no estaba arrepentido de sus decisiones, incluso con aquel bebé que aún no engendraba, y por mucho que ya lo amasé como suyo, sabía bien que crecería mucho mejor con el cariño y las atenciones de Christopher, por eso tampoco se arrepentía de aquella decisión.

Camino a la cocina meditando sobre su vida, de la misma forma preparo el almuerzo, tenía algunas verduras que estaban prontas a estropearse, ya que su congelador era antiguo y no funcionaba muy bien, las cocino haciendo un pobre estofado de pollo junto al resto de arroz que quedaba en la alacena.

Observo su hogar, tan pequeño, tan húmedo, le faltaba claridad y desearía tener algunos adornos bonitos también, pintar las viajas paredes de algún color más vibrante, cambiar los muebles no estaría mal, sabía que era algo imposible y aun así se imaginó a sí mismo en su casa bonita invitando a su hijo a visitarle, tan solo por un fin de semana, luego, por supuesto, de aquella imaginación, volvió a suspirar con aun mas resignación. Todas esas fantasías se encontraban fuera de su alcance.

Sintió el cuerpo crispársele, corrió apresurado a la habitación de Giulian, desde la sala había oído aquella tos seca, rasposa, parecía que su hermano apenas respiraba y no se equivocó, al ingresar en el cuarto el muchacho se agarraba el pecho dolorido y dejaba escapar el aire con dificultad cada vez que tocia.

_Tranquilo, yo... —Sus manos temblorosas buscaron un vaso junto a la cama y volvió a correr a la cocina para llenarlo de agua, de regreso en la habitación cogió a su hermano por la espalda y le brindo su ayuda para facilitar los costosos sorbos —Giulian. —Sus manitas nerviosas daban palmadas en la espalda de su hermano, con lentitud exasperante volvía a respirar y pausaba un poco la tos.

—Estoy bien —Le dijo su hermano apenas pudo. Veía el rostro de Castiel contraído solo de miedo, y sentía estrujarse su corazón al pensar en el sufrimiento de su hermano mayor.

—Te vez agotado ¿Quieres comer? —Consulto con su voz quebrada —Hice estofado, como a ti te gusta —Una sonrisa se posó en sus labios y miro a su hermanito queriendo llorar.

—De tan solo oírlo se me haber el apetito. —Su voz parecía reseca, pero sonreía con el objetivo de calmar a su hermano. —Ya paso Castiel, tráeme un poco de comida ¿Sí? —El mayor asintió y salió con recelo de la habitación para traer un modesto plato de comida —¿Tu no almuerzas? — Pregunto el menor de inmediato.

—Tengo un poco en la cocina, lo traeré. —Se levantó de la silla junto al catre de su hermano y volvió a la cocina por su plato, tenía menos arroz, y no había nada de pollo en el, Giulian le miro molesto, pero no dijo absolutamente nada, ya habían tenido esa discusión cientos de veces y su hermano ya estaba muy alterado como para asustarlo más.

—Se te hizo tarde ¿No iras a trabajar hoy? —Pregunto Giulian, Castiel acostumbraba a salir de su casa cerca de las 14:00hrs, sin embargo, ese día se había pasado por bastante de su horario habitual.

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