-          Está bien. –Resopla resignado.

Alaska:

Siento lo de mi papá, bajo en cinco minutos.

Tyler:

He lidiado con cosas peores, créeme. Aun tenemos tiempo, si quieres quedarte con tu papá, lo entenderé.

Alaska:

Dije que iría. Iré.

Tyler:

Tú mandas. J

            Suelto el teléfono y me cambio lo más rápido que una mujer puede hacerlo. Unos Jeans son mi elección de hoy, chaqueta negra de cuero y una trenza francesa así que estoy lista en los cinco minutos exactos que le dije a Tyler.  Salgo de la habitación y veo a mí papá sacando algunas cosas de su bolso, no puedo evitar sentirme un poco mal por la reciente bienvenida que le di pero ¡Vamos! Él le dijo a Peter donde estaba viviendo y ya eso es una traición de alto mando.

-          ¿Estás lista? –Pregunta sin mirarme y yo asiento.  Su mirada sube a mí y me sonríe de costado como suele hacerlo, me recuerda un poco a Tyler así que le devuelvo la sonrisa y aparto la mirada.

-          Te puedes acomodar en mi cuarto. –Le digo.

-          No, iré con Peter a su hotel. –Replica con normalidad.

¿Es en serio?

-          ¿Peter? –Asiente- Está bien.

No quiero discutir más con él.

-          Sabes que estamos arreglando las cosas, Alaska, es importante para mí.

-          Papá, está bien. –Digo intentando tranquilizarlo- Tú no tienes nada que ver con lo que paso entre nosotros, así que puedes hacer lo que quieras, sin embargo por favor, no me pidas que volvamos  a ser una familia, ambos sabemos que no va a poder ser.

-          ¿Vino?

-          No fue su mejor elección, pensaba que era una persona más cuerda. –Comento- Como sea, tengo que irme, ¿Vienes?

-          Sí, creo que le debo una disculpa al tipo guapo. –Sonríe.

-          ¿Guapo? –Pregunto sin poder evitar reírme.

-          Sí, lo es.

Abro la puerta y la tensión bajo considerablemente. Lo extrañaba demasiado, quiero sentarme a oír sus anécdotas de la guerra, desde chiquita era algo que me gustaba demasiado y que no podía dejar, quizás eran las mejores crónicas que una persona puede escuchar, además al parecer mi papá siempre tuvo el sueño de ser escritor, así que relata bastante bien.

-          ¿En qué estás pensando? –Me pregunta cuando abre el ascensor.

-          En que me contabas todas aquellas historias cuando apenas tenía conocimiento sobre las guerras, ¿Recuerdas? Era joven y me encantaba oírte.

-          Eras demasiado pequeña de tamaño, Alaska. –Sonríe con cierta melancolía- Pero siempre fuiste lo suficientemente madura para todas esas cosas. Incluso para las relaciones.

Aquí va de nuevo.

-          Nunca pensé que fueras a tener una relación después de lo de Stephen.

-          Ni yo. –Confieso- Fui a buscar ayuda.

Las puertas del ascensor se abren y ambos salimos de este. Diviso el auto de Tyler estacionado enfrente de nosotros, no sé si él puede verme pero quiero huir de esta conversación rápido.

Diez Maneras De Odiarte.Where stories live. Discover now