Capítulo 20: El viento se llevó los algodones del cielo.

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"Yo seré tu sueño, tu deseo, tu fantasía, seré tu esperanza, tu amor, seré todo lo que necesites y te amaré más con cada respiro, sinceramente, loca y profundamente. Seré fuerte, seré fiel, porque estoy contando con un nuevo principio, una razón para vivir, un significado más profundo.
Quiero estar contigo sobre una montaña, quiero bañarme contigo en el mar, quiero permanecer así para siempre, hasta que el cielo caiga sobre mí. Y cuando las estrellas brillen con más fuerza en el cielo aterciopelado, pediré un deseo para enviarlo al cielo; y entonces hacer que quieras llorar de alegría por todo el placer." Truly, madly, deeply- Savage Garden.

-Jovencito, jovencito.-
Louis abrió lenta y desganadamente sus ojos al sentir que una persona le movía el hombro delicadamente.

-¿Mñmm?- Abrió con dificultad sus párpados, tratando de acostumbrarlos a la luz solar que envolvía el cuarto.

-Usted no puede estar aquí, el paciente debe descansar.- La voz femenina y dulce habló y los restos de sueño de Louis se esfumaron rápidamente. De pronto recordó, aún estaba en el hospital, aún estaba en el cuarto de Harry. Sin querer se había quedado dormido allí durante toda la noche.

-¿¡Qué hora es?!- Preguntó alarmado mientras se levantaba tambaleante del frío piso.

-¿La hora? -La mujer lo observó algo extrañada y luego llevó su vista hasta el bonito reloj pulsera que llevaba. -Las 6 y 45. - Espetó y Louis soltó un suspiro aliviado, hoy no perdería un día de clases. Salió con velocidad del cuarto, agradeciéndole a la mujer y echó a correr por los fríos y lustrados pasillos del hospital hasta su casa.

Al llegar su papá lo recibió con el ceño fruncido y su cara de recién levantado. Louis sabía que era lo que venía.

-¿Dónde diablos pasaste la noche Louis? ¡Espero que ninguna muchachita venga a aquí a decirnos que nuestro hijo la dejó embarazada!- Y ahí estaba, los mismos discursos de siempre, su padre lo recibió con gritos y regaños, pero Louis hizo caso omiso a los alaridos de su padre y subió rápidamente hasta su cuarto.

-¡Louis Tomlinson! ¡Soy tu padre, te ordeno que vengas aquí y me expliques qué diablos hiciste en la noche que no viniste a dormir a tu casa!- El castaño oía a su padre seguir vociferando desde la planta baja mientras él se cambiaba sus ropas y se arreglaba el cabello para asistir al colegio. Tomó su mochila y bajó apresuradamente las escaleras, si no se daba prisa perdería un día de clases, y él no quería eso; Ya no tenía permitido más faltas.

-Escúchame una cosa mocoso, ¿Quién te crees que eres? Me está cansado tu actitud de chico rebelde, no te sorprendas si un día de estos tus pertenencias amanecen en la vereda, te estoy avisando Louis.- Habló con firmeza el hombre pero Louis no escuchó, decidió ignorar a su padre y salir velozmente por la puerta rumbo a la escuela. Hoy no estaba de humor para aguantar los alaridos de su insoportable padre.

La mañana estaba tibia, los rayos solares alumbraban con potencia toda la población, haciendo que el frío aire otoñal se entibiara levemente. Ya faltaban sólo unos días para que el invierno arribara a la ciudad, Louis sonrió levemente, también faltaba poco para su cumpleaños número diecinueve.

El día en la escuela pasó bastante rápido para su suerte. Estuvo platicando más junto a Niall, Liam y obviamente Zayn. Podría decirse que su relación con Niall había mejorado notablemente, el muchacho rubio era bastante simpático, aunque un poco rencoroso, aún lo tenía marcado cómo "el chico que había herido a su amigo", pero Louis no lo culpaba.
Al salir de clases se dirigió junto a Zayn, a la casa de éste. Debía retirar las pertenencias del rizado y las suyas que habían quedado en el baúl del auto del morocho desde el día de la excursión.

Our Star. {Larry Stylinson} TERMINADAWhere stories live. Discover now