Capitulo 4: Celeste como el cielo de verano.

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"Mira las estrellas, mira cómo brillan para ti." Yellow - Coldplay.

Después de que Harry tuviera una larga charla con Niall, tratando de convencerlo que él estaría bien al quedarse con aquel muchacho castaño, y luego de unas cuantas muecas de preocupación por parte del rubio dudando en si irse o no, finalmente le entregó su número celular al rizado diciéndole que si algún inconveniente se presentara, lo llamara con urgencia, solo de esa manera pudo marcharse con algo de tranquilidad.


Harry no tenía miedo de quedarse solo con el castaño, no lo veía capaz de hacerle algún daño físico. Al menos eso esperaba.
Pero si temía por las palabras que pudiese llegar a decirle. Después de todo, él había narrado acerca de su enfermedad a la rectora enfrente de él. El ojiazul sabía con lujo de detalles su situación. Harry tenía miedo de que pudiese llegar a decir algo hiriente. Algunas palabras crueles, como las que todo el mundo le decía y que por más que él tratara duro de restarles importancia, igualmente se iban acumulando una por una en algún rincón de su ser para luego estallar en u momento determinado.


Harry se sentó en uno de los pupitres, esperando por la llegada del ojiazul. Observó por la ventana que daba hacia el patio de la escuela y suspiro. Este estaba completamente desértico. La suave y tranquila luz naranja del atardecer daba contra las grises y tristes baldosas. El rizado supuso que serían algo más de las seis de la tarde. Le pareció raro el hecho de que su madre aún no había pasado a buscarlo como lo hacía todos los días, así que sacó su celular fijándose si había algún texto de ella y efectivamente allí había uno. Anne le explicaba que no podría pasar por él porque debía quedarse en casa de una compañera de trabajo, que tendría que volver a casa en autobús. Harry bufó molesto, no le agradaba para nada aquel medio de transporte.
Permaneció con su vista en el fondo de pantalla de The Ramones de su celular, jugando un poco con las teclas, cuando la puerta se abrió repentinamente.
Y allí estaba el chico castaño, con su sudadera bordó, unos pantalones claros y sus tontas Vans con sonrisas dibujadas en tinta. Harry soltó un pequeño suspiro sin darse cuenta.


-No te quedes con esa cara de idiota ¿qué esperas?, vamos a buscar al conserje para que nos de sus malditos artículos de limpieza. Quiero terminar con esto lo más antes posible. - El castaño se dio la vuelta saliendo del aula y Harry asintió al mismo tiempo que daba un pequeño brinco bajándose de la mesa para seguirlo.


Una vez que ambos tuvieron los productos de limpieza en mano, se dirigieron a la planta baja para empezar a limpiar desde los salones de primaria.
A pesar de ser salones dedicados a niños pequeños, las aulas de primaria lucían tan oscuras y tristes como las suyas. Pintura gris y blanca descascarada cubría las paredes, aquel lugar le provocaba escalofríos al rizado y dudó en si algún día podría llegar a acostumbrarse a eso

.
El castaño abrió la puerta con una pequeña patada entrando con algo de dificultad mientras cargaba sus cubetas de agua y desinfectantes. Harry por su parte llevaba los secadores, esponjas y cepillos.


-Bien, todo tuyo.- Soltó el muchacho mientras apoyaba las cubetas en el frío piso.
Harry carraspeó y lo miró con incertidumbre. ¿Acaso el ojiazul planeaba dejarle todo el trabajo a él?


-No me mires de esa forma tan estúpida ¿Qué esperas?, Apúrate o estarás aquí fregando pisos hasta las diez de la noche.-
Se giró sobre sus talones para marcharse cuando Harry lo detuvo levemente tomándolo de su sudadera. El chico se dio la vuelta observándolo de manera hosca.


-¿T-te puedes quedar? Solo a hacerme compañía, yo haré todo el trabajo, no te preocupes...- Harry habló con vacilación y nerviosismo.


Una gran sonrisa arrogante apareció en el rostro del castaño al instante.

Our Star. {Larry Stylinson} TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora