구.

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Jungkook sabe moverse, repetía en su cabeza Min Yoongi mientras veía como el menor, sudado, con una camisa blanca pegada a su cuerpo bailaba una canción lenta frente a él. Parecía que era al propósito, una clase de venganza por no haber permitido que algo más hubiera pasado unos minutos atrás. Pero el mayor se equivocaba, Jeon no lo hacía por venganza, lo hacía porque quería provocarlo, quería que el pálido deje de seguir tanto las reglas y se deje llevar como él lo estaba haciendo, porque sino, jamás experimentaría lo que él.

El cuerpo de Jeon era firme en sus movimientos, seguro. Daba un aspecto que jamás había visto, uno provocativo que hacía que Yoongi sólo pudiera seguir arrugando su camiseta mientras más la apretaba en sus manos, las cuáles hormigueaban por la sensación de querer tocar el cuerpo del castaño. Comenzaba a temblarle el labio inferior mientras sentía una rara presión en la parte baja del abdomen, él jamás había experimentado esa clase de cosas, él no quería esto, no lo deseaba. Entonces, ¿por qué debía resistirse a no tocar el cuerpo del menor? ¿por qué quería agarrarlo y besarlo hasta que él no pudiera más, desgastar sus labios contra los de Jungkook?

Jeon al ver lo que provocaba, sonrió triunfal. La tensión se sentía en cada parte de la habitación y el deseo de los dos también, no sabía que era lo que frenaba a Yoongi a avanzar de una vez por todas. Se acercó a él, otra canción comenzó a sonar, y agarró la cintura del mayor.

—bailemos un Valls.— propuso el castaño, mientras atraía al pelinegro hacia él, dejando sus cuerpos totalmente pegados.—bien cerca, hyung.— susurró, agarrando ahora la parte baja de su espalda para que ninguna parte de su cuerpo se alejara de él. Sonrió al sentir al mayor tensarse.

Yoongi le permitió acercarse todo lo que quería, también sostener lo que quería, porque ya estaba perdido en sensaciones que jamás había sentido, respiraba agitado en el cuello del menor y rozaba sus labios de vez en cuando, haciendo suspirar a éste deseoso por contacto. El pelinegro quería decir que podría detenerse cuando quisiera, o que la sensación no le gustaba y solo irse. Pero sólo estaría mintiendo, además, jamás podría cuando tenía sus labios ya paseándose por el cuello de Jeon, lamiendo el lunar que tantas veces había visto en las prácticas, dejando que su olor se impregne en el cuerpo del contrario. Se preguntó que, sí esto pasaba cada vez que estaban así de cerca del otro, como harían cuando tengan que presentarse frente todo el curso, si los sentimientos vendrían como una ola de agua, o sí sabrían como soportarlo.

Succionó suavemente la pálida piel del menor, sacándole un jadeo a éste, quién lo acercó más a su cuerpo. Los dos se movían suavemente de un lado a otro como en un valls, sólo que había toques de más. Jungkook agarró el muslo derecho del mayor, conduciendolo cerca de su cintura, afirmando el agarre, él suspiró por el repentino tacto, pero siguió al menor con su danza.

El castaño, bajó suavemente la espalda de su hyung, haciendo que este ría mientras se aferraba a su cuello.

—me caeré, mocoso.— rió, mientras trataba de seguirle el juego, pero realmente se iba a caer, no había espacio para que sus pies estuvieran bien en el suelo, estaban muy cerca. Lástima que la idea de Jungkook, era hacerlo caer.

Todo pasó muy rápido para la los ojos felinos del mayor, él solo había caído más suave de lo normal al suelo, y el cuerpo del menor había caído encima suyo, con su muslo aún pegado a la cintura del anterior nombrado. Allí fue cuando vió las verdaderas intenciones del castaño, estaba por reprocharle lo caprichoso que era, pero unos suaves labios lo callaron al instante. Ya no estaba sorprendido, sólo envolvió sus brazos al cuello del menor, mientras su otro muslo era agarrado por las fuertes manos de Jungkook y llevado a su cintura, invitándolo a aferrarse a ella. Y eso fue lo que hizo.

—mocoso caprichoso.— murmuró entre suspiros y besos del menor. Y sus manos se colaron en la húmeda camisa del menor, haciendo que este se removiera ansioso arriba de su cuerpo. El pálido jadeó.

Tal vez está vez, no sería el único que se quedaría con un extraño hormigueo en las zonas tocadas por el contrario.

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DANSETahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon