Aquel dia quien toco a mi puerta fue Golden, o por lo menos lo que recuerdo. Una pelea de gran magnitud se desato en el apartamento. Pude escapar, pero de nada sirvió. Hiciera lo que hiciera Golden planeaba seguirme, fuera donde fuera. No podía involucrar a mas gente.
-Puedes correr y esconderte, pero un dia te cansaras de escapar ese dia te darás cuenta de lo débil que eres, acepta mi oferta, ven conmigo y prometo no tocar a nadie mas de tus amigos. -Grito Golden, mientras yo me escondía en una esquina a pocas manzanas de la casa de Scott. -Ven conmigo y te daré poder, poder para proteger a cualquiera, solo ven.
Sali de mi escondite, en aquel momento pensé que me había cansado de aquel juego, pero ahora creo que fue la palabra poder la que hizo que me diera curiosidad sobre él y su manada de cazadores/lobos. Quizás ya entonces quería el poder.
-Si voy contigo, no quiero que mates a nadie de aquí, nunca!-Dije, quien me esperaba afuera era un hombre a quien apenas se le podía ver el rostro.
-Si vienes conmigo no te hara falta hacerme prometer tal cosa, podrás protegerlos tu sola.
Golden...quien es Golden? Un hombre que cubre su rostro, un hombre que intento matarme y que ahora quiere darme poder, un asesino. Golden era mas de lo que esperaba, pero entonces no pude verlo, estaba cegada por el rencor, el odio y el temor.
3 MESES DESPUES
Beka Lupus era como me llamaban todos en la aldea en la cual vivir toda la manada de Golden. Había tanta gente que cuando llegue pensé que nunca los llegaría a conocer a todos, pero luego de esos tres meses con ellos, pude conocerlos a fondo. A pesar de que algunas vez me atacaran o mataran a alguien, eran normales. No eran tan malos como pensé. Según lo que investigue en esos meses, esa no era la única aldea. Golden tenia poder en mas sitios, sitios en otros países.
En esos tres meses, aprendi suficiente sobre criaturas, muchas criaturas, tantas que me preguntaba si aun quedaban humanos. Aprendi a utilizar armas de todo tipo, aprendi historia sobre los cazadores lobos, también sobre los lupus.
-Los Lupus exterminaron muchas manadas, eran siempre llamados para acabar con los lobos, mas ellos nunca confesaron su verdadera naturaleza, ellos podía controlarse en luna llena, todo gracias a su determinación y fuerza interior. -Dijo una mujer mayor que solía contar historias, mientras comíamos alrededor de una fogata.
-Por que ellos pueden vivir y no los hombres lobos, al final son la misma cosa, incluso conozco a un hombre lobo que es capaz de controlar su rabia. -Conteste, pensando en Derek, recordando cuantas veces lo maltratamos con comentarios, acusándolo de asesino, mientras el se mantenía firme, controlando el dolor, la rabia.
-Esos hombres lobos matan por places, nosotros no hacemos mal a nadie, solo nos encargamos de ellos.
-Mis padres adoptivos eran humanos, no hicieron nada a nadie, Mark fue mordido por uno de vosotros y aun así murió, no veo la diferencia entre ellos y vosotros.
-Deberías saber... -Interrumpió Golden, a quien en esos tres meses solo dos veces le había podido ver, al parecer era alguien que no tenia mucha cercanía con los demás, un líder que se escondía en la oscuridad. -Que si ellos murieron fue por ti, no eres igual que los hombres lobos, ni que la mayoría que esta aquí, eres descendiente de los Lupus, las muertes que cargues no son nada, tu vida es mas importante que la de ellos, eres la ultima de tu linaje, ellos no murieron en vano.
-Dicen que los villanos se creen héroes en su propia mente.
Aquel mismo dia me escape del campamento. No estaba enojada, ni nada parecido, simplemente recibí un mensaje de Allison, en el cual me decía la situación de Stiles, al parecer estaba en peligro, él y Lydia. No pude entender bien la historia, solo entendí que un demonio o algo parecido habitaba en el cuerpo de Stiles. En cuanto lo vi me fui de inmediato. Cuando llegue a Beacon Hills quien me esperaba era Derek.
-Donde has estado estos tres meses? Te envie mensajes....
-Los vi todos, me ayudaron mucho, pero me temo que si te dijera donde estuve no me creerías, quizás me odiarías.
-He intentado odiarte, créeme es algo que no pasara. Al menos has estado bien?
-Solo puedo estar bien a tu lado. -Dije, y al momento lo abrace tan fuerte como pude.
-Cristal te amo.
-Yo también te amo.
-Cristal!! Hey Cristal!!
Desperte en una realidad mas dura.
-Si, lo siento me decías?
-Te pregunte si al menos has estado bien?
-........Si.
Derek y yo nos subimos a su coche y fuimos de camino a su casa. Durante la primera parte del viaje, me contó lo sucedido en Beacon hills. Me senti mal por Stiles y por Scott, pero ya no podía remediar nada. Pero cuando Derek ya no tenia mas que contarme, la situación se volvió algo incomoda. Pero incluso adentro de aquel coche, podía sentirme mejor.
-Ahora me diras donde has estado?
-Pensé que me buscarias, pensé que me encontrarías fuera donde fuera.
-Créeme si te digo que te busque, pero surgieron muchas cosas... aun así quiero saber donde estabas, te siento algo rara
-Me fui con Golden.
Entonces el coche se paro, Derek me miro repentinamente, no dijo nada, solo me miraba, y cuando intento decir algo, simplemente me agarro de la mano. Gire mi cabeza para mirarlo. Me abrazo. No me dio nada, fue lo que quizás me sorprendió mas. no entendí porque me abrazaba.
-Algunas veces siento que vuelas sola, intento darte alcance pero por mas rápido que vaya, siempre llega la lluvia y me gana.
-Ahora eres poeta?
-Puede que tu y yo ya no estemos juntos, pero ambos seguimos sintiendo lo mismo, por esa razón debes saber mejor que nadie, que soy el primero a quien le duele el corazón cuando sé que has estado en peligro y que no he podido hacer nada.
-En ningún momento estuve en peligro, es mas aprendi mucho mas sobre Golden, créeme lo odio, pero hay algo que me hace sentir cercana a él. Podemos hablar sobre él luego, ahora debemos ayudar a los demás.
-Cristal...solo deja que te proteja.
-Una vez lo hice, pero no pudiste, no es culpa tuya, es solo que nadie puede proteger a nadie, solo yo puedo salvarme.
-Algún dia volveremos a...
-Terminemos antes con nuestros enemigos y luego, solo luego dejemos que el tiempo nos guíe. Hoy tenemos que luchar por alguien.
