Parte 40

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—Hubo una fiesta en el departamento de arriba y la música estaba muy fuerte. Nadie pudo escuchar lo que sucedía en el departamento de Andraya —informó Edigar al leer el informe policial de la denuncia que había presentado una vecina a causa del exceso barullo de los invitados.

—¿Alguna otra cosa? —preguntó Noctua, demasiado enfadado por haber llegado tarde.

—Tengo que informar de su desaparición —comentó el policía, adivinando la reacción del inmortal. No por nada Noctua lo había llamado a su celular para obtener información.

—No lo hagas —ordenó—. Esto ya no es un asunto de los tuyos.

—No tardará mucho para que alguien quiera hablar con ella y se dé cuenta de que no está.

—No lo harán —colgó el teléfono.

El departamento de Andraya estaba prácticamente volteado. Varios muebles estaban astillados y estaba claro que allí se había desarrollado una pelea. Andraya no se había rendido sin darle lucha al renegado.

El inmortal cerró la puerta para que nadie pudiera ver lo que sucedía dentro. Con la ayuda del azaba pudo encontrar la medusa bajo uno de los sillones. Lo apagó y una especie de angustia invadió su cuerpo.

—¿Es la medusa de Luna? —preguntó Hubiera sorprendido—. Quizá estuvo aquí intentando ayudar a Andraya.

—¿Cómo es que la conoces?

—La conocí cuando estaba en mi otra zona. Es muy buena en "el ojo".

Noctua recorrió cada rincón del departamento para encontrar alguna pista. Se sorprendió al no encontrar ningún objeto personal de Andraya. Si el departamento no estuviera a su nombre, ese lugar podría haber estado rentado por cualquier otra persona.

—Es extraño que no haya una gota de sangre —comentó al terminar con la búsqueda.

Noctua maldijo al encontrar réplicas de acutos incrustados en el sofá. De haber tenido acutos verdaderos,  Luna hubiera tenido más ventaja al pelear con otro inmortal ¿Por qué se sentía culpable si no era su culpa? Alucar era el protector de la inmortal y no él.

—Apaga las luces un segundo. Llegó algo a la computadora del sótano y sigo conectado a ella —informó al ver una luz verde parpadear en su reloj.

La sala quedó a oscuras y del reloj de Hubiera se proyectaron unas series de imágenes en dirección al techo.

—Ella es Andraya —Noctua apretó los puños debido a la impotencia que sintió.

En una de las fotos, la castaña estaba amarrada a los postes de una cama. Finic había abierto su blusa para hacer enfurecer a Zack. Ella parecía estar inconsciente porque tenía la cabeza ladeada y los ojos cerrados. No se podía distinguir nada de la habitación en donde estaba cautiva.

—¿Y Luna?

—No lo sé —respondió.

—Podemos encontrarla si tenemos un dispositivo Epi —señaló Hubiera, buscando algo en sus bolsillos.

—¿Cómo?

—No pasó mucho tiempo de que Luna fue sometida a uno de los parches de regresión.

Noctua comprendió todo. Si el cuerpo de Luna seguía cargado entonces podría encontrarla si hacía unas rápidas modificaciones al azaba y lo utilizaba como un Epi. Tardaron media hora en encontrar la ubicación de la pelirroja y otra media hora en llegar hasta allí. La hallaron en una cabaña muy descuidada en Tierra de Fuego.

Ambos inmortales rodearon el lugar y verificaron si había señales del renegado. Noctua entró primero y fue directo a buscar a Andraya. Hubiera se quedó un poco más para hacer reconocimiento.

𝐂𝐚𝐬𝐭𝐚𝐧̃𝐨 𝔸𝕫𝕒𝕓𝕒𝕔𝕙𝕖 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora