Parte 21

2.2K 243 18
                                    

—¿Y bien? —Raya dio una vuelta para que pudieran verla.

Ivonne y Siro entrecerraron los ojos y se miraron como hablando entre ellos, utilizando solamente los ojos. Andraya empezó a dudar de su elección. Sabía que la vestimenta para ir a club nocturno no era tan formal, pero al tratarse de una inauguración, complementó el vestido negro que había elegido con un recogido de media trenza al costado izquierdo.

—Muy linda —concluyó Ivonne en nombre de la pareja.

—Gracias.

—¿Estás segura de que solamente es una cita de trabajo? —interrogó la rubia con una mueca.

—Ya te lo dije, la invitación proviene de un huésped muy importante y no la he podido rechazar —le mintió a la pareja.

Miró el reloj que estaba colgado en la pared y buscó su pequeño bolso. Antes de salir de su departamento controló que todo lo que necesitaba estuviera adentro. Zack ya estaba esperándola abajo, parado frente a su convertible negro.

—Te ves bien —fue el máximo halago que pudo sacarle al hombre.

—Tú no estás nada mal —le sonrió con expresión coqueta.

Zack se veía tan apuesto como siempre. No entendía cómo un solo hombre podía provocarle tantas sensaciones con solo mirarlo. Se acercó lentamente y se subió al auto cuando él le abrió la puerta.

—No creí que hubieran convertibles en el país —comentó mientras se ponía el cinturón de seguridad.

—Lo importé desde Holanda, aunque esta es la primera vez que lo saco del garaje. Por las mañanas el sol es muy intenso...

—Y la ciudad es insegura por la noche, no puedes dejarlo en cualquier lugar —completó Andraya asintiendo.

—Me gustaría conversar acerca de nosotros. Estoy casi seguro que quieres mantener en secreto que estamos saliendo y quiero saber el motivo.

La castaña pensó bien antes de responder.

—El hecho de que trabajo para ti podría complicar las cosas, en el caso de que todos se enteraran que estamos saliendo.

—No sabía que las habladurías te importaran tanto.

—Lo que digan los que no me conocen no me importa, pero no quiero que mis amigos más cercanos se entrometan.

—¿Por qué lo harían?

—La verdad es que tienen la tonta idea de que en el fondo soy una romántica y soy tan frágil como un pétalo —dramatizó la última parte llevando su mano al pecho.

En ese momento se detuvieron en un semáforo. Zack se volteó hacia ella y le robó un beso. Andraya lo tomó de la corbata para que no se apartara tan deprisa.

—Yo conozco tus espinas —aseguró él después de separarse— y te puedo prometer que conmigo estás a salvo.

Ella recordó la cachetada que le había dado en la boda de Tricia y por primera vez, se alegró de haberlo golpeado.

—Tienes que saber que no estoy buscando amor —susurró volviendo a recostarse en el asiento.

—Solo quieres sentirte bien. Te entiendo.

Era refrescante saber que Zack comprendía su situación. Quizá él pasó por lo mismo en algún momento de su vida. Ella había estado buscando sentir algo con algún hombre y ahora se sentía bien. No había mucho que explicar. Pero no deseaba que los demás supieran que Bale salía con ella. No quería que el rumor llegara a oídos de Alucar ¿Y si le impedía volver a ver a Zack? Ella aún no podía decidir por sí misma.

𝐂𝐚𝐬𝐭𝐚𝐧̃𝐨 𝔸𝕫𝕒𝕓𝕒𝕔𝕙𝕖 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora