Parte 35

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Derek estaba probando los límites entre ser un buen amigo y ser un buen esposo. Todavía no estaba autorizado a revelarle a Tricia quienes eran los demás inmortales, por lo que no le podía exponer los verdaderos motivos de Zack para no presentarse a su boda. Tampoco podía dejar a su amigo solo, Zack se veía muy afectado por su decisión.

—¿Sabes cómo hizo tu padre para conseguir algo con la Corte? No es fácil convencerlos a todos para que tomen una decisión tan pronto sin una reunión oficial.

Zack negó con la cabeza.

—Creo que Alucar está de su lado —dijo algo frustrado—. Aún desconozco sus motivos...

El recién nombrado ingresó al despacho de la casa de Bale. No había tenido tiempo de hablar con el muchacho, así que había ido a buscarlo.

—Hablando del diablo —dijo Derek con curiosidad.

Alucar se sentó al lado de Blanco, frente al escritorio de Zack.

—Entiendo que tengas tus dudas, pero a la larga entenderás mis motivos para estar de parte de tu padre —señaló esperando alguna expresión que le dijera lo que pensaba él.

Zack se removió incómodo en su silla.

—Creí conocerte por lo menos para predecir que no apoyarías una tontería como esta. Tú estuviste casado con una mortal, ¿por qué impediste que yo pudiera hacer lo mismo?

—No es sabio ir echando culpas por ahí. Tomaste tu decisión, hijo. La Corte dejó claro que no era una imposición, espero que tu padre te lo haya ofrecido y no impuesto.

Bale no dijo nada. Era cierto que él había elegido la propuesta de Nithan.

Por su parte, Alucar había hablado mucho tiempo con el líder de los noctividus sobre una posible situación como esa. No se había dado de la forma que habían pensado, pero había sucedido algo similar.

Zack y Andraya eran inmortales, y los de su especie normalmente no tenían dificultades al casarse. El problema estaba en que Andraya no era libre y su sangre todavía no había sido estudiada por completo. La Corte no conocía la habilidad de Andraya de transformarse en Luna, pero sí conocía el peculiar caso de Luna, una mortal que regresó a la vida como inmortal. Lo cual implicaba, saber que su sangre era especial.

Cualquier relación, ya sea romántica o sexual, entre Zack y Luna había sido prohibida. No se arriesgarían a perder a un inmortal con el linaje de un Bale. 

Alucar se había llevado una sorpresa al enterarse de la boda de ambos y decidió actuar de inmediato. Andraya le importaba, le había tomado cariño, así que no había disfrutado para nada arruinar su día especial.

Él debía defenderla, ya que los demás inmortales no se preocupaban por ella, sino por las consecuencias de que Zack bebiera de ella. El más joven de los Bale estaba condenado a contenerse con mujeres inmortales, el problema era que su sangre era letal para los de su especie. Lo había comprobado de niño, cuando casi asesinó a su hermano.

Entonces, Zack y Andraya seguirían pensando que decidieron lo mejor para el otro, cuando en realidad estaban siguiendo órdenes de la Corte; por lo menos hasta que se supiera más acerca de ella.

—¿Alguna otra cosa? —preguntó el azabache con falsa amabilidad.

—Una más: se ha decidido que cualquier relación entre tú y Luna está prohibida.

—No la deseo de esa forma —aclaró casi con indignación—. Y no tienen derecho a prohibirme algo así.

Cuando volvieron a quedarse solos, Derek no ocultó su nueva teoría debida a la nueva información.

𝐂𝐚𝐬𝐭𝐚𝐧̃𝐨 𝔸𝕫𝕒𝕓𝕒𝕔𝕙𝕖 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora