Capítulo 22

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Tenía a las mejores amigas y a un novio extraordinario. Unos excelentes padres y un hermano incondicional, la vida me dio siempre lo que mi corazón deseó era como una especie de atracción universal que no lograba comprender, era como pedir algo con la intensidad de mi mente y en pocos días lo que deseaba se hacía realidad. Claro que lo único que no podía tener de vuelta aunque lo pidiera con todas las fuerzas de mi alma era a Allan, el tiempo continuaba transcurriendo y aunque mi pérdida estaba bastante superada yo seguía extrañando su dulzura y su ternura, muchas veces mi ser se llenaba de melancolía y de nostalgia al recordar lo inmensamente feliz que logró hacerme en tan poco tiempo. David también me hacía sentir bien, pero era diferente era una especie de relación madura que se conducía en una sola dirección y que me hacía sentir afortunada sabía que el amor era verdadero sin embargo me faltaban esas alas que Allan colocaba en mi espalda para volar con total libertad a través de un sentimiento tan puro y transparente y entonces me confundía porque sabía que lo que había vivido con él era una relación donde nunca me hizo sentir menospreciada en ningún instante era como un perfecto cuento de hadas. En cambio con David era todo más real, nuestro pasado estaba marcado por las diferencias de ambos, por las humillaciones que me había hecho vivir y por cada mal momento que recordaba y era eso lo que me llevaba a la certeza de que duraría para siempre ya que era una relación imperfecta donde los dos planeabamos complementarnos día a día. Con Allan la historia como todo buen cuento tuvo su final aunque no uno feliz y tampoco perfecto, pero agradecía por nuestra pequeña burbuja de amor que fue más que maravilosa y por tal razón tuvo que terminar.

David me invitó a cenar y minutos más tarde pasó a recogerme, mientras el conducía yo pensaba en lo afortunada que era de tenerlo en mi vida y me imaginaba un futuro a su lado, fantaseaba con nuestra boda, nuestra casa y nuestros hijos y de pronto una sonrisa apareció en mi rostro.
—¿En qué piensas? ¿Qué te ha hecho sonreír? —me preguntó mi novio lleno de curiosidad.
—Sueño despierta —le respondí casi sin pensarlo.
—¿Estoy en tus sueños? —me cuestionó celoso.
—Eres el único que está en ellos -le respondí —ahh... y nuestros hijos —añadí.
—¿Cuantos son? —volvió a interrogar con su rostro lleno de emociones.
—Cinco —le dije bromeando.
—¿Cinco? —preguntó sorprendido —¿Y como le hago para ganar tanto dinero y poder sustentarlos? —preguntó nuevamente un poco asustado.
—Eres dueño de una cadena de hoteles —le contesté y él solo sonrió.
—Eres muy imaginativa, deberías intentar ser escritora —me sugirió.
—Me lo pensaré —le respondí.
Continuamos la marcha hasta el restaurante y en eso vimos un anuncio publicitario del estreno de una película romántica, le dije que quizá era bueno que fuéramos al cine antes de ir a cenar y él me secundo así que tomó una calle diferente.
Una señora bastante mayor se veía agotada, estaba atendiendo un puesto de venta de flores, me distraje tanto pensando en como la gente lucha por sobrevivir y por llevar un poco de dinero a sus casas. Pensaba y ¿Si no vende todo eso? seguro para el día siguiente estarán muy marchitas, sentía pena por ella y quería ayudarla. Le pedí a David que detuviera el auto y caminé hasta ella; quise ser amable y pregunté como había estado su día, respondió que las ventas habían sido escasas y que en su casa la esperaban sus dos nietos con hambre. Me imaginé que algo así estaba pasando y quise llorar de la angustia por no saber que hacer. David escuchó parte de la conversación y se dió cuenta de mi gentileza así que le compró unas hermosas gerberas que más tarde me regaló y le pidió que lo buscará al día siguiente en una dirección que anotó en una hoja de papel del pequeño cuaderno que siempre llevo en mi cartera, tomé un poco de dinero de mi monedero y se lo obsequié, pensé en aquellos pobres niños que quizá necesitarían un poco de comida y pues a mi no me sobraba el dinero, no obstante podía compartir un poco del que llevaba conmigo.
En seguida David me tomó de la mano y me condujo hasta el auto, entramos en el y nos pusimos en marcha faltaban sólo unos minutos para el inicio de la película quizá los justos para la compra de las entradas, las palomitas, los nachos y las bebidas y unos cuantos segundos para buscar la sala y acomodarnos en nuestros asientos.
—Tienes un corazón muy noble y bondadoso—. El tono de voz con que David me dijo aquellas palabras hizo que me pusiera un poco sensible. Me quedé en silencio observando hacia el horizonte donde ya no había nada que buscar con la mirada, tan solo una mezcla de colores entre las lejanas montañas y un cielo pintado en color de atardecer de verano.
—Hay momentos en los que quisiera tener una varita mágica para poder cambiar la vida de muchas personas que sufren dándole una mayor prioridad a los niños—. Supe que David no esperaba mis palabras ya que se quedó muy sorprendido y en silencio. —Es por ello que cuando puedo me gusta ayudar a las demás personas.
—Eres una combinación de muchas cualidades, la más perfecta entre tantos humanos imperfectos—. Sus palabras fueron como música para mis oídos, sonreí y él sonrió para mí.

 Sus palabras fueron como música para mis oídos, sonreí y él sonrió para mí

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Besos AzucaradosOn viuen les histories. Descobreix ara