Capítulo 27

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Luisa no sabía que decir respecto a la carta, estaba tan impresionada como lo estaba yo, sin embargo parecía tener más calma y quería darle la oportunidad de la duda a David.
—Debo admitir que esto parece de telenovela, pero debes ser fuerte y afrontar las cosas como son, si es cierto que todo inició de una manera muy extraña con Allan, pero con David las cosas han sido distintas. No digo que no tiene culpa en todo esto porque si la tiene no obstante parece estar enamorado realmente de ti.
—Allan también lo parecía y nunca lo estuvo —me quejé.
—Paula, Allan te explica que se enamoró de verdad —me expresó.
—No se que hacer Luisa, me siento muy utilizada ¿Cómo es posible que me hayan elegido a mi,  ¿Qué les hice para que jugaran así conmigo? —cuestionaba a mi amiga sin reparo.
Tocarón la puerta y Luisa salió a ver de quien se trataba, no quería hablar con nadie y no quería ver a nadie.
—¡Ya regresé—! Era Tania quien había regresado de su luna de miel junto a Olvin, la emoción no cabía en ella y era obvio que quería contarnos como la había pasado. Se acercó hasta mi para saludarme y entonces la tranquilidad que había en mí se esfumó, comencé a llorar llena de angustia y ella solo me abrazó sin preguntar nada. No se cuanto tiempo pasé así y cuando desperté pude darme cuenta que Luisa ponía al tanto de todo lo ocurrido a nuestra amiga.
—¿Cómo te sientes? —preguntó Tania acercándose a mi.
—Me duele mucho la cabeza —le dije.
—Debes estar tranquila y en cuanto puedas habla con David, seguro el tiene mucho que contarte —me sugirió.
—Yo no quiero ver a David y tampoco quiero hablar con él, no me insistan más por favor.
—No ahora, tómate un tiempo y piensa las cosas, trata de entender que todo en la vida pasa por algo y pues ya luego sí hazlo, no es bueno que se queden así para siempre, ustedes dos hacen una hermosa pareja y eso no puede acabar así tan fácilmente—. Tania me hablaba llena de sabiduría y madurez, una vez más me demostraba que ella era un mundo muy interesante.
—Por ahora sólo quiero alejarme de aquí y olvidarme de todo esto —confesé.
—Tengo una idea; aprovechemos las vacaciones y vamos un tiempo; las tres juntas —sugirió Luisa.
—¿Pero a dónde iremos? —preguntó Tania.
—No lo sé a cualquier lugar, uno tranquilo que nos permita compartir a las tres y guardar hermosos recuerdos en nuestra memoria.
—Me gustaría un pueblo donde haya playa y mucha calma les expresé.
—Haber prestame tu laptop, buscaremos un lugar que nos guste a las tres—. Tania quería de algún modo hacer que me olvidara de lo que me estaba pasando. Tomé mi computadora y se la di, lo del viaje me parecía perfecto para no tener que encontrarme con David. Además sabía que el no iba a parar de insistir hasta que consiguiera hablar conmigo.
Después de varias opciones encontramos el lugar perfecto justo como lo deseaba un pueblo donde había playa, cuatro horas de distancia eran las indicadas.

Después de varias opciones encontramos el lugar perfecto justo como lo deseaba un pueblo donde había playa, cuatro horas de distancia eran las indicadas

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Besos AzucaradosWhere stories live. Discover now