Capítulo 21

228 28 2
                                    

El ritmo pegajoso de la canción 10 para las 10 de Playa Limbo sonando en mi celular me hizo dar un respingo en mi cama. Sentí a Tania moverse, pero volvió a caer profunda. Era bastante temprano aún ¿Quién llamaba a las 6:00 a.m.? Observé medio adormilada la pantalla de mi celular, era David.

— ¡Buenos días! —saludé.

—Buenos días hermosa —contestó él al otro lado de la línea.

— ¿Pasa algo? —Pregunté —es bastante temprano aún —añadí.

—Lamento haberte despertado, puedes asomar por tu ventana un momento por favor —suplicó.

—Está bien, dame un momento.

Salí apresurada de mi cama y entré al baño; cepillé mis dientes y lavé mi cara. Me encaminé hacia el ventanal y lo que a continuación vi me dejó lo suficiente sorprendida como para no volver a conciliar el sueño en el resto de la mañana. Había muchos pétalos de rosas, incontables para ser exacta; todos juntos formaban un enorme corazón y en el centro un joven guapo y atractivo; alto, con su cabello negro revuelto, sus ojos cafés bastante claros y su miraba profunda y coqueta, sus labios rosa bien definidos y su típica forma de vestir con solo unos jeans un poco ajustados y camiseta polo.

Sobre sus manos sostenía un bonito rótulo impreso que decía: ¿Quieres ser mi novia?

—Que loco —pensé. Lo contemplé por un instante, abrí el cristal de la ventana y con el ruido que producía, Tania se puso en pie para asegurarse que todo estuviera bien.

— Sí —afirmé llena de emoción.

— ¿Has dicho que sí? —Cuestionó dudoso.

—He dicho que acepto —le dije —espera un momento.

Cuando me giré mi amiga estaba a mi lado y tan contenta como yo, no dudó un segundo en abrazarme y sonreír conmigo.

Salí hacia mi jardín, estaba segura que mis padres eran cómplices de aquel espectáculo ¿Pero cuánto tiempo llevaba David ahí? ¿Desde qué horas estaba en el jardín de mi casa? Las preguntas no importaban en aquel momento, sólo quería estar a su lado, nunca antes sentí tan largo el trayecto de mi habitación hasta el jardín como en aquella mañana; los segundos eran largos y las agujas en el reloj parecían moverse con pereza.

Corrí a sus brazos y cuando estuve lo suficiente cerca me tomó por la cintura para elevarme besándome en la boca mientras me sostenía y al instante me regresó al suelo y volvió a unir sus húmedos labios con los míos de una manera muy dulce.

—Paula eres mi vida —dijo.

—Te quiero —le respondí.

—Estoy tan alegre de que hayas dicho que sí —expresó.

—Y yo contenta de que tú me lo hayas pedido —contesté.

—Paula, prometo que voy a hacerte feliz por el resto de mi vida.

— ¿Y si un día terminamos? —interrogué.

—Jamás va a pasar ¿Sabes por qué? Porque nunca te daré motivos para romper. Esperé tanto tiempo que ahora solo deseo que dure para siempre.

—Gracias por estar en mi mundo, por endulzarme la vida con tus besos azucarados y por este momento.

—Habrán muchos otros iguales o aún mejores.

—Los esperaré ansiosa —le dije.

Cuando me di la vuelta noté que Tania nos estaba grabando con la cámara de mi celular desde el balcón de mi ventana, la saludamos y posamos para ella. Sin duda sabía que observaría ese video más de una vez por el resto de mi vida, me encantó tener una amiga en aquel instante a la que se le ocurriera grabar un bonito momento como el que acababa de vivir.

No olvides lo importante que es para el escritor que al final de cada capítulo pinches en la estrellita, hasta que esta, esté en color naranja, valora el esfuerzo si la historia te agrada, de lo contrario puedes escribir en privado o dejar comentarios con críticas constructivas. En lo personal te lo agradeceré.

 En lo personal te lo agradeceré

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Besos AzucaradosWhere stories live. Discover now