Capítulo 37

2.7K 209 14
                                    

Observé el pequeño cuarto del hotel al que me había traído el taxista. Era un modesto hospedaje, agradecí infinitamente que la mujer de la recepción fuera una anciana tan mayor que jamás me reconoció. Sabia que Harry tenia muchos contactos y lo que menos necesitaba era que llegara al hotel a buscarme.

Las paredes de la habitación eran de aun azul pálido, al igual que las de la habitación de Harry. Me encontré deseando volver el tiempo atrás, de vuelta a la noche de año nuevo en la que aun no me enteraba de su engaño y era feliz ignorándolo.

Recordé sus manos recorriendo mi cuerpo la noche anterior, sus labios sobre los míos, su aliento sobre mi rostro y sentí asco de mi misma, asco por haber sido tan ilusa. Me levanté de la cama y me dirigí al baño. Cuando me vi al espejo ya no vi a la misma chica enamorada e ilusionada que había visto esa mañana en casa de Harry: vi a una chica rota.

Las marcas moradas que atravesaban mi cuello me hacían recordar todo lo ocurrido y quise eliminarlas, tal y como deseaba eliminar los recuerdos de Harry de mi mente.

Salí del baño y tomé mi billetera de encima de la cama, busqué en su interior hasta dar con la pequeña tarjeta que Liam me había dado el día que nos conocimos. Pensé en botarla tantas veces, pero agradecí no haberlo hecho, supuse que involuntariamente sabia que algún día necesitaría de su ayuda y que nadie mas que él podría salvarme.

—Diga —contestó con su voz grave, eso me hizo recordar las tantas veces que me había regañado y advertido sobre Harry, pero yo estaba tan cegada por su carisma y esa maldita sonrisa, que no quise oírlo; y ahora pagaba las consecuencias.

—Liam, habla Madison.

— ¡Madison! ¡gracias a Dios! ¿donde estás? Harry me llamó, dijo que no tenias tu teléfono.

Con tan solo escuchar su nombre mi corazón volvió a estrujarse. Liam no parecía tan alterado como yo imaginaba que iba a estarlo, lo que me indicaba que Harry no le había contado nada acerca de nuestra pelea y menos de su engaño.

—Si —respondí—. ¿Puedes venir por mi?

—Claro. ¿Donde estás?

—En Holmes Chapel —dije con un nudo en la garganta. Nuevamente no podía creer como había sido tan crédula e ingenua como para haber cruzado el país con un chico al que conocía por solo unos meses. Había sido una de las cosas mas ridículas que había hecho en mi vida.

— ¿Estés jugando conmigo?

—No. Liam necesito que vengas, necesito salir de aquí.

— ¿Estás en la casa de Harry? ¿tuvieron una pelea?

—Estoy en un hotel a las afueras de la ciudad. Prometo que te contaré todo cuando llegues.

—Necesitaré un avión privado.

—Solo date prisa, por favor —le pedí, aguantando el llanto. Corté el teléfono antes de romper a llorar en el oido de Liam. No quería preocuparlo más. Solo necesitaba que llegara, me abrazara y me dijera que todo iba a estar bien: que nunca más volvería a ver a Harry.

Me recosté en la cama y me permití llorar. No quería guardármelo más, necesitaba sacar todo el dolor que sentía, toda mi tristeza y decepción.

Lloré por lo que parecieron horas y aún seguían saliendo lagrimas descontroladas de mis ojos, temí que no terminara de llorar nunca.

¿Qué diablos haría sin Harry? Me encontraba sola, sin amigos ni familia que me apoyara. Sentí miedo. Miedo de nunca encontrar a otra persona como él, de nunca volver a tener compañía, de nunca volver a sentirme de la manera que me sentía cuando estaba a su lado.

Pensé en mamá, en papá y en Caleb. Recordé mi primera ruptura en la secundaria con el idiota de mi primer novio que me había engañado con una de las porristas mas populares del instituto. Parecía el fin del mundo en ese momento, pero comparado con lo que sentía ahora, lo de Adam Evans parecía la ruptura más insignificante del mundo.

Me acordé de cuando estaba en mi cama llorando y mamá llegó para acariciar mi pelo, abrazarme y decirme que todo iba a estar bien; que ese idiota no me merecía, que era la chica más linda del instituto y que seguramente muchos chicos se morían por mi.

También recordé cuando papá se sentó junto a mi y me preguntó si sabia si alguno de mis amigos vendía droga para que la pusiera en la mochila de Adam y el pudiera meterlo a la cárcel. Me hizo reír tan fuerte que me di cuenta de que Adam era tan idiota, que no era necesario que papá lo metiera preso, ya que él lo haría por si mismo; además la ética de mi padre era tan intachable, que no podía imaginarlo en una situación como esa.

Y por ultimo, recordé a Caleb. Mi hermano se había infiltrado en mi cama y me abrazó durante toda la noche mientras lloraba y al día siguiente, había golpeado a Adam frente a toda la escuela y aunque solo fue un puñetazo, la venganza me hizo sentir mucho mejor.

Traté de revivir como se sentían las manos de mi madre peinando mi cabello; los chistes de papá irradiando calor por todo mi pecho; y el espíritu protector de Caleb, haciéndome sentir segura y protegida.

Pero no pude rememorarlo.

La ruptura con Adam había sido superada en un día con la ayuda de mi familia y los que eran mis amigos en ese entonces, pero no sabia cuanto tiempo me iba a tomar superar a Harry completamente sola. Era absurdo necesitar a mi ex para que me acompañara a superarlo.

Volví a llorar; esta vez por mi familia. Había cometido el peor error de mi vida dejándolos ir tan fácilmente, huyendo de ellos como si no los necesitara.

Liam llegó al anochecer. Yo ya había derramado todas las lagrimas que tenía; en ese momento era tan solo una chica que no podía sentir nada más que decepción, y cuando Liam me pidió una explicación de lo que había sucedido, no balbuceé ni lloré al contarle todo.

—Ese hijo de puta —exclamó con rabia—. Esto no se va a quedar así, llamaré al abogado ahora mismo —dijo tomando su celular.

—No lo hagas —pedí.

— ¿No quieres tu venganza? —me preguntó anonadado, alejando su celular de su oido.

—No. No quiero oír de Harry Styles nunca más en mi vida. Solo quiero irme de este maldito lugar.

—Está bien. Nos iremos a casa ahora mismo. No me sorprendería que Harry y sus contactos averiguaran donde estamos.

—No quiero ir a Londres, Harry va a encontrarme.

— ¿De que estás hablando? —cuestionó confundido—. ¿Donde quieres ir?

—Quiero ir a casa, en Massachusetts. Renuncio.

—Madison, no estas pensando con claridad. No puedes irte así como así solo porque rompiste con un idiota.

— ¡Si puedo! ¡Porque ya no soporto esta vida de mierda! ¡Tu jefe lleva años amenazándome con mandarme de regreso y tu también lo has hecho! ¡Solo quiero irme a casa, de donde nunca debí haber salido! —grité con todas mis fuerzas y rompí en llanto otra vez, cuando pensaba que no podía derramar una sola lagrima más.

—Lo siento —susurró Liam y me envolvió en sus brazos—. Es solo que voy a echar de menos a la niñita mimada de la que me enamoré y a su estúpido y alérgeno conejo.

—También voy a echar de menos al idiota mandón y gruñón más tierno del mundo —dije por lo bajo y Liam rió.

— ¿No vas a cambiar de opinión verdad?

—No —simplemente respondí. Estaba decidida a recuperar a mi familia...


Madison se va a su casaaaaaaaaaaaa! 

Que creen que va a pasar? 

Como la recibirán sus papás y Caleb? 

Si se devuelve a EEUU como va a volver a ver a Harry?

CHAN CHAN 

Calculo que quedan como dos capitulos mas el epilogo y se acaba Paparazzi :(((( gracias a todas las que comentaron en mi aviso y obvio consideraré lo que me dijeron, beeeeesos :*

Paparazzi » Harry Styles (COMPLETA)Where stories live. Discover now