Connor gritaba con todas sus fuerzas mientras sentía como el mordisco era cada vez más fuerte. Pero en cuestión de segundos, sus chillidos se detuvieron en seco. Hayden apretaba con muchísima fuerza su cuello, impidiéndole respirar.

Connor sacudía enérgicamente sus brazos y piernas fruto del pánico. Notaba como perdía cada vez más el conocimiento y como su vista comenzaba a volverse borrosa.

Todo se oscurecia ante sus ojos, mientras un terrible ardor recorría su ensangretada mano.

Parecía que todo iba a acabar allí para Connor, pero, segundos antes de caer insconsciente, sintió su cuello liberado y cayó de rodillas contra el suelo.

Colocó ambas manos sobre su cuello, mientras una tosca y dolorosa tos se apoderaba de su garganta. Tosía y tosía violentamente a causa del ensanchamiento de su tráquea, la cual había sido fuertemente apretada. Poco a poco comenzó a recuperar la visión y a recibir el aire, que entraba en sus pulmones a grandes bocanadas.

Una gran mancha de sangre se encontraba a sus pies, la cual había manchado ya sus pantalones. Al mirarse la mano, vio en ella una gran cantidad de agujeros, los cuales encajaban a la perfección con una mandíbula humana. De ellos brotaba la sangre sin parar y escocian como el diablo.

De pronto, una fuerte patada golpeó el vientre de Connor, haciendo que este se encogiera sobre el suelo entre jadeos. Connor había sentido como si un mazo hubiera chocado de lleno contra él. La fuerza de Hayden era desmedida y era obvio que algo la controlaba.

Connor trataba de ponerse de nuevo a gatas, pero el dolor y la angustia paralizaban su cuerpo. No podía hacer nada, resistirse era absurdo. Estaba totalmente a la merced de aquel ser.

Notó como una fuerza increíble lo levantaba del suelo y lo colocaba de nuevo en pie. Y otra vez, como si de una pesadilla interminable se tratara, volvía a tener la asesina mirada de Hayden clavada sobre él.

- ¡¿Dónde está la entrada?!- gritó furiosa.- ¡¿Dónde está?!

Connor quedó extrañado ante esa pregunta. Al hablar, Hayden mostraba sus ensagrentados dientes, de los cuales todavía caía la sangre, dándole un aspecto horripilante.

- ¡Dime dónde está!- repitió.

- ¿Qué-qué entrada?- preguntó Connor con un hilo de voz. A penas era capaz de articular palabra.

- ¡La entrada! ¡Quiero entrar! ¡Quiero verla! ¡Quiero ver a mi...!

De pronto, la mirada de Hayden perdió su rabia y ira, y quedó con sus pupilas mirando hacia el techo, a la vez que su boca quedaba abierta de par en par.

Connor notó como el agarre de Hayden se había quedado sin fuerzas y logró liberarse de ella sin dificultades. Al hacerlo, el cuerpo de esta, como si no tuviera vida, se tambaleó y cayó de espaldas contra el suelo. Parecía como si el cuerpo de Hayden hubiera quedado vacío.

Connor trató de andar hacia la salida pero sus piernas fallaron y volvió a caer de rodillas. Su mano le ardía en un inmenso picor y dolor. No podía aguantarlo.

Gateaba en dirección a la puerta, cuando escuchó, desde la lejanía, como se abría la puerta del pasillo. Lo siguiente que escuchó fue el gran bullicio que formaba un gran grupo de personas al correr por el estrecho pasillo.

Primero Hayden había caído desvanecida contra el suelo y ahora la puerta volvía a quedar desbloqueada. Parecía que aquello que controlaba a la joven rubia había desaparecido momentaneamente.

En apenas unos segundos, notó como unos cálidos brazos rodeaban su cuerpo.

- ¡Connor! ¡Connor!- gritaba Eve histérica.- ¿Qué ha pasado?

Connor levantó la vista y vio a todos mirarle atentamente. Pero no tenía fuerzas para responder, estaba destrozado.

Un gritó ahogado y lleno de conmoción nació desde lo más profundo de Eve al ver la impactante herida que Connor presentaba en su mano. Todos al verla, quedaron sorprendidos ante la gran cantidad de sangre.

- ¡Hay que vendarle ya!- gritó John.- ¡Si no lo hacemos rápido infectara!

Entre John y Zack cargaron a Connor y lo levantaron del suelo, pero mientras lo hacían, escucharon una voz a sus espaldas.

- ¿Qué ha pasado?- preguntó Hayden sentada sobre el suelo, mientras frotaba enérgicamente su cabeza.

Todos miraron asustados a Hayden al ver como tenía los dientes y sabiendo lo que había hecho hacia escasos minutos.

Hayden vio a Connor, el cual estaba casi insconsciente en brazos de su padre y después vio el gran charco de sangre que se encontraba muy cerca de ella.

Retrocedió arrastrándose sobre el suelo a gran velocidad, mientras tapaba su boca con ambas manos.

- ¿Qué he hecho?- preguntó asustada mientras una lágrima recorria su mejilla.

- ¿Qué he hecho?- preguntó asustada mientras una lágrima recorria su mejilla

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