•Algo que nadie esperaba.

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Mocosos con mocos.
[12 años]






Yuratchka observa atentamente los movimientos de su madre sin soltar el agarre de la pequeña mano a sus dedos.

Mientras Yuuri quita el pañuelo casi seco de la frente de su hermano menor para mojarlo de nuevo y volver a colocarlo en la piel caliente, Yurio se remueve incómodo.

Está preocupado, está muy preocupado. Katsudon jamás había tenido una fiebre tan alta y no ayuda el hecho de que el médico no llegue gracias a la tormenta invernal que azota Hasetsu.

En Yu-topia la familia Nikiforov-Katsuki se mueve de un lugar a otro buscando remedios y formas para lograr que la temperatura de Yullian baje un poco.

Y él se siente un poco inutil por no poder hacer algo más que agarrar la mano de Ian y es que el pequeño de ojos azules se niega rotundamente a soltarlo aún estando tan débil.

Al escuchar un suspiro saliendo de labios de su madre Yura dirige su atención hacia él. Yuuri se ve preocupado, pero no parece tan desesperado como él.

-¿Katsudon estará bien, mamá?

-Claro que sí -responde Yuuri y Yurio quiere creerle.

-Pero se ve tan mal...

El bebé de un año duerme ahora gracias a que el llanto lo dejó agotado.

Yullian le dio un susto mortal cuando, al pasar junto a la recámara de sus padres -quienes estaban en la sala confiados de que su hijo pequeño dormía plácidamente -, escuchó a su hermano pequeño llorar. Sin embargo no era como el lloriqueo usual de Yullian, se escucha adolorido.

Y efectivamente, cuando entró y sostuvo al pequeño en brazos la piel de su hermano ardía y sus regordetas mejillas estaban muy rojas. Corrió en busca de sus padres con el bebé aferrado a él.

Vió claramente como la mirada de su padre se llenaba de terror, y su madre actuaba con prontitud junto a su abuela.

Minutos después Yullian descansaba en la cama de sus padres con un pañuelo húmedo en la frente después de haber tomado un biberón con agua y gotas para la fiebre.

Su padre había sido enviado por el médico de la familia, pero aún no llegaban y la fiebre no cedía.

-Tranqulizate un poco, gatito. -La dulce voz de su madre lo distrajo de su inspección al rostro de su hermano pequeño.

-Pero...

Se calló al sentir al azabache sentándose junto a él y abrazarlo, ambos cuidando el sueño del bebé.

-Puede que no lo parezca, pero la temperatura está bajando y cuando el doctor llegue le dará medicamentos para que se cure pronto. Él estará bien.

A veces olvida que su madre parece tener todas las respuestas del universo escritas bajo la manga de sus suéteres.

Y también olvida que la mayor parte de las cosas que pasan con Yullian ya las vivieron con él.

-¿Cómo fue mi primer resfriado? -pregunta, acurrucandose mejor en los brazos de Yuuri sin soltar los deditos de Katsudon.

Su madre parece pensar su respuesta antes de soltar un suspiro combinado con una ligera risa.

-Tu padre y yo casi nos matamos entre nosotros en esa ocasión.

Yuratchka frunce el ceño ante esa nueva información.

-¿Por culpa de papá?

-En gran parte, sí.

Somos tu familia. Where stories live. Discover now