Extras• 1&2

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Extra 1.
Apuesta: Primera palabra.

[1 año 5 meses]





Yuri observa suplicante al bebé frente a él.

Como si supiera con exactitud el motivo de su desasosiego, Yurio le devuelve la mirada unos segundos antes de dejar salir una risa burbujeante y agitar las manitas regordetas que tenía metidas en la papilla, ensuciando todo a su alrededor con zanahorias molidas.

El azabache suspira y le sonríe al niño antes de estirar las manos hacia él y sacarlo de la silla alta.

—Vamos a bañarte, gatito. —Dice enternecido cuando el bebé se abraza a su cuello.

Una vez limpios y listos para adentrarse en las cálidas aguas del Onsen, Yurio toma un patito de hule entre sus manos y lo aprieta para escucharlo chillar antes de soltarlo.

El esposo de Nikiforov disimula su risa ante el acto. No importa cuántas veces lo haga; Yuratchka siempre se asusta con el chillido del juguete y, aún así, lo sigue haciendo.

—Vamos, nene —toma al bebé en brazos. Bebé que ve de mala manera a la pequeña figura de plástico —. No lo veas así, el pato no te ha hecho nada.

—'Ato.

Yuri se agacha lo suficiente para tomar un par de juguetes con la mano libre y se adentra al agua riendo encantado cuando Yurio se estremece por el placer del agua caliente.

—Pato —repite, mostrándole el objeto —. Es un pato, Yurio, «Pato».

El niño vuelve a ver de mala gana al juguete, como si éste fuese su peor enemigo sobre la tierra.

—'Ato.

—Pato. Pa–to.

Los ojos verdes dejan de ver el plástico para buscar las orbes cafés con el ceño fruncido. Unos segundos después dice con determinación —: Pa'o.

—Probemos con otra cosa —propone Yuri dejando al pato a un lado para placer del bebé. Con los dedos salpica un poco de agua, haciendo ligeras ondas a su alrededor —. Agua. Dilo, Yuratchka, Agua.

El rubio aplaude risueño y agita las manos salpicando más.

—¡Agua!

El Nikiforov mayor ríe y moja una toalla pequeña para pasarla por la cabeza de su hijo.

—¿Cómo puedes decir eso y no «Pato»?

Por supuesto, el bebé lo ignora llevando sus propias manitas a su rostro, disfrutando del líquido.

Lo cierto es que Yuratchka puede decir más palabras, simples, pero ya ha comenzado a ampliar su vocabulario.

Y de alguna manera Víctor y él se han enfrascado en una sana competencia por saber a quién llamará Yurio primero; ¿Será "Mamá" o "Papá"?

—Gatito —llama y al instante los enormes ojos verdes lo buscan —¿Puedes decir "Mamá", Yurio?

El aludido parpadea y ladea la cabeza, confundido.

Señalándose a sí mismo, Yuri sonríe —: Soy yo. Dilo, «Mamá». Ma—má.

Yurio sonríe y balbucea sin llegar a decir algo coherente.

—Supongo que no puedes.

Quiere que el bebé aprenda a decirlo. Pronto si es mejor.

Por supuesto, una parte de él quiere escuchar al pequeño llamando por él de esa manera, así quizás se sienta un poco más real el hecho de que son madre e hijo.

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