No seré lo que buscas Bennet.

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Ariadne se encontraba dormida sobre el regazo de Clare mientras esta le acariciaba la frente distraída, observaba como afuera estaba amaneciendo pero no había querido dejar a su amiga sola en aquel estado, la ansiedad y angustia habían sido remplazadas por un sueño profundo y eso la tranquilizo profundamente.

La puerta se abrió suavemente dejando ver a un Stephan desvelado, como si hacia días llevara un peso en su espalda, siendo que hacia unas horas se llevo la peor noticia de su corta vida.

—Clare, ve, me quedaré con ella hasta que despierte. Ve a mi habitación, así estarás cerca y podrás descansar.

Clare asintió hacia Stephan saliendo desganada de la habitación, deseando que esa tormenta cesase de una vez.

Mientras Stephan se encontraba observando a su amada descansando pacíficamente, no queriendo quitarla de ese estado se acomodó a su lado acariciando su rostro triqueño, fuera de lo común pero mas hermoso aún.

Quería quitarle todos esos miedos y todas las aberraciones que estaban cometiendo sobre los dos. Ella no se merecia nada de lo que en ese momento le estaba sucediendo. Recordaba los días en los que la hacia rabiar y se divertia a no dar mas, pero ya no era el caso, la amaba... la amaba como nunca creyó conocer el amor, en su momento fue un libertino, supo lo que era la pasión sin amor, pero eso nunca lo llenó. Y solo algunas frases en un trozo de papel alcanzó para abrirle los ojos y demostrarle que el amor te llena, te complementa y te da una visión totalmente distinta de lo que es la vida.

Queria eso para el, y para ella... para ambos. Porque se lo merecían.,.

Las horas pasaron, y la mañana se vio con todo su esplendor, se podía observar el cielo encapotado con inmensas ganas de llover como cada dia por medio.

Comenzó a removerse en su sitio suspirando levemente. Stephan se sobresaltó dejando que pudiera desperezarse a su modo.

—Buen dia amor. ¿Cómo estas?

No alcanzó a terminar la frase cuando Ariadne comenzó a sollozar recordando la noche anterior

—¿Qué haces aquí Stephan? No tengo energías para seguir, quisiera que todo acabase ya... ¿Por qué sucedió esto?

No acabó de hablar cuando la puerta de la habitación se abrió estrepitosamente dejando entrar a una Elizabeth encolerizada y fuera de si, seguida de tres sirvientas mas quienes sin previo aviso comenzaron a guardar vestidos de Ariadne en grandes baúles seguido de sus perfumes y joyas en pequeños alajeros.

Elizabeth a pesar de su rostro desencajado no emitió ni una sola palabra, simplemente comenzó a dirigir a todas las sirvientas para que dejaran la habitación semivacía.

—Madre ¿Qué diabos haces? ¿Qué crees que estas haciendo?

—Matthew esta esperando a Ariadne abajo, ya tiene el carruaje esperándola y sus pertenencia deben ir en el carruaje detrás de ellos, Ariadne vístete como puedas, ya debes irte. Y no quiero escuchar decir ni una sola palabra, vístete con ayuda de Clare y juntas se iran con el señor Matthew.

Sus palabras se clavaron como espinas en su corazon, no quería irse, dejar a Stephan y todo lo que estaba recién comenzando a vivir... tenía mucho mas para si misma y no podía lograrlo por esta mujer.

—Madre tu no eres quien ara obligar a Ariadne a hacer esto, tu...

—No Stephan, es verdad, no soy quien, pero los Bennet tienen un acuerdo con nosotros, y no voy a quedar en la calle por caprichos tuyos, si quieres poder irte también, no es necesario que te quedes, en cuanto podamos estarás casado con la otra joven que... rayos ni siquiera recuerdo su nombre... lo que si se es que esto entre ustedes es enfermo y jamas sucederá, sus vidas serán miserables si no hacen lo que decimos y hemos dejado escrito.

—Stephan, ya... deja, escúchame bien... te escribiré, le escribiré a Edward para que te comunique a ti, no estaremos fuera de contato. Te prometo que a pesar de todo estaré aquí, no desapareceré.

—Tengo miedo cariño... Bennet es un hombre enfermo y Sadico, se como es el... temo por ti amor. Nunca olvides cuanto te amo. Yo... buscaré la manera de sacarte de allí, el matrimonio no será hasta dentro de unas semanas... estaré para ti, nunca lo olvides.

Y sin mas que poder decir Ariadne fue arrastrada hacia el carruaje que la esperaba en las afueras de la gran mansión. Al abrir la puerta observó a Matthew serio y con unos ojos helados y sin vida, ella temblaba sin poder evitarlo porque estaba aterrada a mas no poder.

Clare la siguió con ojos furiosos y escupiendo fuego por la boca. No le dirigió la palabra al señor Bennet simplemente acomodó a Ariadne y se sentó a su lado sin mirarlo.

Todo parecía surreal, en dos días sus vidas dieron un vuelco estrepitoso y sin mucho que poder hacer.

—Buen dia damas, espero que este pequeño viaje sea de su agrado. Pronto llegaremos a Caimbrige y nos alojaremos en nuestra mansión. Estaremos aquí en Inglaterra unos días y luego viajaremos a Glasgow donde nos quedaremos oficialmente.

—No gastes palabras Bennet, no puedo hacer mas por mi vida, me da igual a donde me lleves, dejes, o si me matas... haz lo que se te plazca.

El aludido apretó la mandíbula fuertemente observando hacia la ventanilla como comenzaba a caer las primeras gotas de un dia lluvioso.

En la mansión de los Rothgar Stephan estaba fuera de si, caminando como un león enjaulado en la biblioteca donde todo el desatre comenzó pensando en que haría para que ese infeliz no la tocara, no se atreviera a ponerle un solo dedo encima... y como haría todo son levantar sospechas de lo que podría suceder...

Todo era demasiada presión, pero por Ariadne, su vida, su amada y todo lo que lo representaba... iría hasta el infinito.

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Es cortito pero poco a poco iré escribiendo nuevamente, ya va quedando menos de esta hermosa novela !!!

gracias por sus lecturas gente:)

besotessss!

 Noelle

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⏰ Última actualización: Apr 15, 2017 ⏰

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