A un verso de ti...

Estaremos juntos... por siempre

Amaneció y Stephan observaba como Ariadne respiraba lento y profundo, sumida en un sueño reconfortante luego de lo sucedido, mientras pensaba en lo bella que era, veía su nariz y por alguna extraña razón le fascinaba, sería por las pequeñas arrugas que se formaban sobre ella al sonreir levemente o al reir estrepitosamente estas se notaban mas profundas. Su piel era suave como el tercipelo y sus largas pestañas apenas rozaban sus mejillas.

Su rostro mostraba el amor que le tenia a Ariadne y todo lo que eso conllevaba, el matrimonio, una familia, hacerla feliz hasta los últimos días de su vida... era lo que mas deseaba.

Ariadne se removió al sentir las manos de Stephan sobre su rostro.

—Hola...

Se dio vuelta y lo observo mientras recorria con su mirada cada detalle de su rostro.

—Hola hermosa, ¿Cómo te encuentras?

—Mmm, dolorida, me duele un poco la cabeza. ¿Qué paso con John?

—Volvio a Surrey pero fue despedido, se supone que lo dejaban en el pueblo pero no se si estará vivo.

—Dios... fue la peor noche de mi vida, crei que me mataria...

—Shh, amor, no pienses eso, llegue a tiempo y estas aquí conmigo, juntos.

Con una sonrisa reconfortante la atrajo hacia si abrazándola.

—Eres tan lindo... enserio, no se como haces para demostrarme tanto amor y... siento que no es correcto.

—¿Por qué dices eso? Ariadne mírame. — Ariadne lo observo atentamente de una forma cariñosa innegable. — Me enamoré de ti... me enamoré perdidamente de ti Ariadne, no crei que fuera posible pero no puedo estar lejos de ti, quiero pasar cada momento del dia a tu lado y parezco un poco acosador pero no me importa necesito que sepas que me enamore de ti.

—No digas eso Stephan... sabes que no es correcto, no quiero ilusionarme... e estado enamorada de ti desde que eramos pequeños... simplemente te amo y se que no es posible, por eso intento recordarlo cada dia, porque perderé la cabeza por ti Stephan.

Ariadne no termino de hablar cuando Stephan tomo su rostro entre sus manos y lo besó profundamente sintiendo las terminaciones nerviosas recorrer su cuerpo como una red electrificada, el simple roce de sus labios provocó que ambos quisieran más, Stephan se alejó para observar su rostro por temor a que sintiera miedo de la cercanía de un hombre, pero no ella lo acercó hacia si y lo besó con una profundidad increíble, lo deseaba de una forma irreal, creía que estaba completamente loca, locamente enamorada...

Fue tan solo un momento en el cual Stephan se quitó la camisa y el pantalón. Ella lo atrajo hacia si acariciando cada parte de su torso logrando que la piel de Stephan se erizara.

—Me volveras loco cariño... quieres que pare?

—¡No! Ayer lo hiciste, y casi mori... Stephan quiero todo de ti, ¿No te das cuenta? No tengo miedo de mi reputación... mi importa un comino lo que suceda luego, quiero que me demuestres tu amor.

Esas pocas palabras fueron suficiente para que Stephan se abalanzara sobre ella besando cada rincón de su rostro, bajó sobre su cuello dejando pequeño besos y lamiendo ocasionalmente, los gemidos de Ariadne lo hacían sentir vivo, recordándole el placer que eso traía consigo. Las manos de ella bajaron bruscamente a la ropa interior de el, bajando instintivamente la poca ropa que quedaba. Ya estaban completamente desnudos mientras Stephan acariciaba a lo largo de su cuerpo cada centimetro expuesto.