Pesadillas en el Argo III

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Cuando Percy se levantó de la cama de su camarote en el Argo III todavía era de noche. Jadeaba y estaba todo empapado, tanto por sudor como por la cañería de su baño, la cual ya había roto involuntariamente por cuarta vez en los cinco días que llevaban de viaje. Percy había vuelto a tener la misma pesadilla que la noche anterior, que era la misma que la noche anterior a esa y también la anterior esa y la anterior a las otras dos.

Las pesadillas empezaron cuando volvió al campamento mestizo en verano, pero estas eran débiles y superficiales, como si de simple vaho se tratasen. No fue sino hasta el mismo día en que Leo acabó de construir el nuevo Argo e invitase a todos los héroes del Olimpo a hacer un viaje al Caribe para celebrar el fin del curso, el inicio de las vacaciones o lo que fuera con tal de poder volar toda la pandilla juntos de nuevo; no fue hasta ese día que las pesadillas empezaron a volverse cada vez más fuertes, el vaho poco a poco iba condensándose en agua. Esa noche se congeló directamente en una horrible escultura de hielo.

Nadie lo diría, pero, Percy Jackson, héroe del Olimpo, hijo del dios del mar y superviviente a la ira del mismísimo Tártaro, tenía miedo de sus sueños, mucho miedo. El sueño como tal no era excesivamente terrorífico. Un gran cielo azul que empezaba a nublarse, llovía y caían rayos sobre un majestuoso templo de mármol, entonces se oyó una risa, profunda como el cielo infinito, que, instantes después, cesaba de manera repentina con el inocente balbucear de un bebé que estaba jugando en el barro. Siendo el sueño como era no resultaba terrorífico, no era, sin embargo, el sueño en si lo que aterraba al héroe, sino el significado del mismo. Temía que ese sueño fuese una advertencia. Temía que ese sueño significase una nueva aventura, el fin de la paz.

Percy se levantó, fue al baño y con un gesto de la mano ordenó al agua que parase de salir del váter, que sin querer había reventado; luego de devolver toda el agua a su sitio con sus poderes, empezó a desnudarse y preparar una ducha fría para templarse de aquel sueño. El agua empezaba a huir por las cañerías, después de recorrer todo su cuerpo, cuando un ciclópeo estruendo sacudió el barco. Un momento después Percy corría por el barco, avisando a los demás tal y como dios (bueno, Sally, dios es su padre, no su madre) le trajo el mundo.

Jason y Nico también estaban despiertos, los tres habían tenido el mismo sueño, de hecho, los tres llevaban teniéndolo mucho tiempo, pero no se lo habían comentado a nadie para evitar preocuparles. Es por esa pesadilla que los tres adolescentes más poderosos del mundo estaban despiertos, cuando, lo que fuese sacudió el barco de esa forma.

También los tres salieron corriendo de sus camarotes, con una pequeña diferencia, Nico y Jason llevaban ropa, un detalle pequeño pero fundamental, sobre todo para el pobre Nico, pero tenía cosas más importantes que contemplar a su primo en tan... curioso estado. Así que despertaron a todos y subieron a la cubierta (ya todos vestidos) para enfrentar a lo que fuese que fuera capaz de propinar semejantes golpes al Argo.

Grandes tentáculos transparentes se alzaban desde las profundidades del océano y combatían ferozmente contra el imponente dragón de bronce que les había seguido desde el campamento y que ahora mordía y arañaba la carne de los tentáculos y esquivaba con maestría los golpes que la criatura intentaba propinarle.


Fueron momentos de confusión, las olas que chocaban contra el casco les impedían caminar sin caerse y el detalle de tener una medusa gigante delante no ayudaba mucho, la verdad. Aun así actuaron con la rapidez y seguridad de quien ha enfrentado muchas cosas.

-Rápido Percy, salta al agua y distrae al monstruo desde abajo- ordenó el hijo de Júpiter-. Mientras yo apoyaré a Festus desde arriba- luego se giró a los demás y añadió-. Los demás combatidle desde aquí.

Tal y como Jason había dicho, Percy se sumergió en las aguas y el primero, creando un torbellino a su alrededor, voló directo a Festus que había sido apresado por uno de los tentáculos de la criatura mientras mordía otro distinto. El gladius de Jason rebanó limpiamente el tentáculo de un corte, mientras alejó con un rayo a otro apéndice que trataba de vengar a su compañero caído.

El Trono de OthrysWhere stories live. Discover now