—Ven por favor, Mille —escucho a Nelson que me habla desde su oficina y me exalto al saber que estaba allí y no me había fijado. Entro a su oficina con cierto temor sobre todo al recordar que dijo que debíamos hablar cuando regresara y no pensé que sería tan pronto. Al entrar lo veo sirviéndose un trago.

—¿Deseas uno? —señala la botella.

—No, gracias.

—Debemos celebrar, Mille. Todo ha sido un éxito total. Cuando me vine no había por donde caminar, todos están felices. Y todo esto se debe a ti —Levanta el vaso y lo eleva hacia mí para luego beber.

Sonrío al ver lo contento y satisfecho que está, es cierto que tuve esa idea, pero él fue quien la materializó. Al final todos contribuimos para el bien de la Agencia. Lo veo levantarse del escritorio caminando hacia mi dirección, a medida que se acerca voy retrocediendo. Cuando me tiene a su alcance e intenta besarme giro mi rostro para que no lo haga. No soporto que me bese después de lo que ha hecho aquí con Nicolle. Con lo único que se conforma es con un beso en la mejilla. Me abraza y luego suspira.

—¿Se puede saber cómo hiciste para convencer a tres excelentes diseñadores, que prescindan de Nicolle en sus diseños exclusivos? —pregunta al girar mi rostro para que lo mire. Intento sonreír, pero no lo hago.

—No he hecho nada y me enoja que prefieras creerle a ella —dialogo mientras me deshago de su agarre. Doy la espalda, pero enseguida me toma de los hombros y me hace girar para quedar frente a él.

—No le creo a ella. Tuve que llamarlos para comprobar la loca teoría de Nicolle. Sabes que estás por encima de mis prioridades, y que siempre voy a creer en ti, aunque me mientas descaradamente —dice con seriedad. No puedo evitar soltar la risa al escucharlo.

—Nunca te he metido descaradamente —le aseguro, pero entrecierra los ojos al escucharme.

—A mí no me engañas, Guillermo y Leonard hablaron conmigo personalmente diciendo que querían a Nicolle en sus diseños. Y Erick siempre lo hace. Por eso le dije a ella con seguridad que sería modelo exclusiva de ellos.

—Pues no sé cuál es el drama. —Me encojo de hombros —. Ella va a estar en el desfile con ellos —concluyo.

—Desde luego que estará, pero no como modelo principal.

—Pues ellos están en todo el derecho de cambiar de opinión. Tal vez se dieron cuenta que Nicolle no cumplía con todas sus expectativas y decidieron que Lucianna y Caroline les va mejor —hablo sin dejar de mirarlo. Sus ojos escrutadores y sus brazos cruzados me informan que no me cree.

—Ahora cuéntame una de vaqueros.

—Está bien —admito —. Hice unos arreglos para persuadir a alguien... porque me debían unos favores y se los cobré —confieso.

—Eres una bruja muy malvada —sonríe —. Aun no entiendo la razón de tanta rivalidad entre ustedes dos. Les juro que en cualquier momento no voy a soportar sus arrebatos y van a hacerme enojar de verdad.

—Ella es la culpable. Se cree la última gaseosa del desierto y como es tu favorita piensa que todos deben de rendirle adoración, o que puede hacer lo que ella quiere.

—Quien las entiende a ustedes ―bufa ―. Nicolle me acusa todo el tiempo que dejo que hagas lo que te da la gana, según ella eres la consentida. Ahora tú me dices que Nicolle es mi favorita. Definitivamente voy a volverme loco con ustedes dos. Me encojo de hombros al escucharlo y lo veo negar mientras se acerca a beber otro trago. Luego se queda recostado en el escritorio mirándome fijamente.

—Por cierto —Se acerca y acaricia mis manos —. Nicolle no es mi favorita ¿Quieres saber quién es? —asiento ligeramente con la cabeza ante su pregunta.

—Tú eres mi persona favorita, es más, todos saben en la Agencia que eres mi favorita.

En el fondo sé que iba a decir eso, pero escucharlo salir de su boca es cautivador. Quizás no debo alegrarme porque aquello también podría habérselo dicho a Nicolle, pero, la sinceridad que veo en sus intensos ojos me hace creerle. Sus manos suben perezosamente por mis brazos hasta llegar a mi cuello y acariciarlo lentamente. Siento como si me fuera a derretir. Pero no puedo evitar decirle algo que he querido expresarle hace mucho.

—Pero no soy modelo —susurro con mi voz entrecortada.

—No necesitas ser modelo para que seas mi favorita, eres perfecta para mí, así como eres. Si me dejaras hacer con tu cuerpo lo que quiero hacer, sin duda serías la envidia de cualquier súper modelo.

No sé cómo saber las intención o extensión de sus palabras, lo único que hago es lo mismo que él; mirarnos a la cara y luego sucesivamente a sus ojos y labios. No me importa lo que hayan hecho con Nicolle, pero en este momento quiero besarlo, aunque sepa que no está bien. Mi celular suena y aunque es un aviso de correo considero que es el mejor momento para separarnos. La excusa perfecta para huir nuevamente. Al salir y sentarme en el escritorio para revisar el e-mail en la computadora, veo que es la lista de la que me dijo Nelson. Al momento que descargo el documento para imprimirlo leo lo que ya me imaginaba, Nicolle está de modelo con Guille y Leonard menos de Erik.

Quito la mirada de la pantalla y miro hacia otra dirección. No entiendo porque me afecta tanto si era de suponer que Nicolle se había encargado de todo, para que Nelson volviera a cumplir con su capricho.

Inesperado IWhere stories live. Discover now