Amor Platónico

3.9K 540 405
                                    


14 horas antes...

—¡Kai! ¡Kai! ¡¡¡KAI!!

—¿Qué hacen ustedes dos siguiéndome? —Kai se dio vuelta y vio a Lola y a Hannah que le seguían muy asustadas.

Kai ya estaba en medio de la avenida, a esa hora la calle estaba muy solitaria a excepción de unos tres hombres de pie fumando cerca de un poste y que no parecían prestarle mayor atención. Lola se acercó muy molesta y empezó a regañarle:

—¡Sube ahora, pedazo de loco! ¡Harás que te maten!

—¡No me harán daño! Necesito hacer esto, Lola, entiéndelo.

—¡No! ¡No necesitas hacer esto! No vas a poder ayudar a tu tío si estás muerto. ¡No sé qué mierda tienes en la cabeza pero no puedes enfrentarte a unos maleantes sólo porque pasaste la tarde viendo videojuegos de pelea! ¿Acaso tienes ocho años? Porque ni mi hermanito menor haría semejante estupidez.

—Lola, comprendo que estés preocupada y no te parezca algo "racional" lo que estoy haciendo, pero SÉ lo que estoy haciendo. Tengo capacidades excepcionales. Poseo una memoria hipertimésica lo que quiere decir, en palabras que entiendas, "que no puedo olvidar nada". Mi mente es como una grabadora y por este motivo puedo reproducir luego lo que he visto sin equivocarme, bueno...tengo un porcentaje de error, pero es muy por debajo del 1% y tiene que ver con diversas circunstancias como el entorno, la práctica...

—¡¡¡Ya cállate, Kai!!! ¡Me tienes hasta la coronilla con tantos términos científicos incoherentes que dices! ¡ESO ES IMPOSIBLE! ¡Es mera fantasía!

—Pero la memoria hipertímesica no es una capacidad humana "irreal o fantasiosa". De hecho hay muchas personas en el mundo que siendo bicromosomáticas como tú o Hannah tienen esta habilidad extraordinaria. Yo soy humano, pero lo que para la mayoría es excepcional, para mi es algo normal...

—Chicos...—Hannah, que había estado muy callada viendo a Kai y Lola discutir, de pronto se acercó a ellos— No es que quiera meterme en esta discusión, pero deberíamos irnos de aquí. Se acercan unos hombres desde el callejón y creo que vienen hacía acá.

Kai entonces percibió la química de estos hombres y en efecto era una mezcla de ira, miedo, euforia y excitación sexual; esto último quizás les producía el ver a las dos jovenes indefensas.

—Chicas, colóquense detrás de mí. Si algo sale mal, ¡corran! No se preocupen por lo que me suceda, regresaré...pase lo que pase.

Eran tres jóvenes, de unos veintitantos años. No había que ser muy prejuicioso para notar a simple vista que no eran "chicos buenos". Uno de ellos, que era un poco más alto que Kai, trigueño, de ojos claros; se detuvo frente a él cruzando los brazos en una actitud algo prepotente.

—Oye... ¿Paseando con "tus hermanitas"? ¿Por qué no nos las presentas? Podemos divertirnos todos juntos.

—¿Van a forzarlas a tener relaciones sexuales con ustedes? —respondió Kai, quien intentaba entender la química que percibía de estos hombres.

Al escucharle hablar de ese modo, los jóvenes se echaron a reír. El joven que estaba frente a Kai le sonreía, mostraba dos dientes de oro al hacerlo y se frotó las manos mientras le miraba con extrañeza.

—¡Eres gracioso! ¿Nuevo por aquí? Pareces un niño de suburbio alto, este no es tu sitio.

—¡Tienes una buena capacidad para reconocer la procedencia de las personas! Sí, no soy de aquí. Vivía en el distrito residencial, pero me estoy quedando con estas amigas que han sido muy amables ofreciéndome hospedaje en su casa; por este motivo no puedo permitir que les hagan daño.

A.D.A.NDonde viven las historias. Descúbrelo ahora