Capítulo 15

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POV Carrick (Recordando el pasado)

Habíamos pasado más de 4 horas buscando a Christian por todo Lynden, recorrí parte de la carretera a Seattle preguntando si habían visto a mi niño, pero nadie parecía saber de él, es como si la tierra se lo hubiera tragado.

Theo, inició un grupo de búsqueda, entre sus empleados y vecinos para localizarlo, todos estaban advertidos que podían tocarlo ni asustarlo de algún modo. Las autoridades no podían hacer nada. Según el estatuto de la policía tienen que pasar 24 horas para declarar la desaparición de un menor, y en nuestro caso ya se sabe que el niño huyó. Por lo que debíamos esperar a que se cumpla las horas para iniciar la búsqueda policial.

Mi suegro, que conocía a la gente influyente habló con el alcalde, quien hizo que la búsqueda de mi hijo fuera una prioridad, mi hijo no conocía de Lynden más que la finca de sus abuelos, podría estar en cualquier parte, y mientras más pasaba el tiempo de espera, más mi corazón se oprimía.

Elliot, pasó todo ese día en la ciudad, recorriendo cada calle, viendo por las esquinas para ver si veía a su hermano, pero nada. Y Grace... Mi pobre Grace, nunca en la vida la he visto de esta manera, ella siempre ha sido el pilar de la casa, la mujer que nos sostiene a todos y a la que todos amamos, ahora se siente devastada, no ha parado de llorar desde que Christian huyó.

Le sirvo un vaso de agua y me acerco a ella. Está abrazando a nuestra hija que se ha quedado dormida de tanto llorar.

— ¡Ven aquí dulzura! —Dice mi suegro tomando a Mia. —La abuela preparó un cuarto para que descansaras. —Y se lleva a nuestra hija en brazos.

Le doy el vaso con agua a Grace.

—Cariño debes mantener la calma. Por Christian. No necesita verte así en este momento, eso solo empeoraría las cosas más de lo que ya están.

— ¡Lo traicioné, Carrick! ¡Le prometí que lo cuidaría y que nadie le haría daño! ¡Y soy yo misma la que lo arrastró a escapar de todo esto!

— ¡Eso no es así, Grace! — Le digo. —Te estabas desahogando... yo también he tenido el deseo de hacerlo, te sentías frustrada con él. ¿Por qué crees que le pegue en primer lugar? también lastime a mi hijo, y además me siento culpable por eso.

— ¡Esto es diferente Carrick, él siempre acude a mi cuando necesita a alguno de los dos! Yo siempre lo he procurado y protegido, incluso si tú tienes que regañarlo o castigarlo, siempre le he dado la vuelta para proteger a mi hijo. Pero ahora escuchó todas esas cosas horribles que dije... — y vuelve a derrumbarse. — ¡Tengo miedo de perder a mi hijo! Simplemente no lo soportaría.

— ¡Y no lo vamos a perder, mi vida! Está molesto, y tal vez confundido, en lo que se calme de seguro nos llamará para ir buscarlo, y podremos hablar con él de lo que ha pasado, con calma. Mientras tenemos que serenarnos. Nerviosos no le servimos a nuestro hijo que de por si también esta alterado.

— Tienes razón, Cary. Debemos estar serenos para cuando regrese nuestro hijo. Llamare al doctor Mayer para que nos indique como podemos proceder.

Suena el teléfono de la casa. Adele corre enseguida a atenderlo.

— Es para ti Carrick, es la policía de la ciudad. — Me dice y tomo el teléfono.

— ¡Habla Grey! — le digo a mi interlocutor.

— ¡Señor Grey! Soy el teniente Sam Williams, el encargado de llevar la búsqueda de su hijo. —Me dice. —Hemos puesto carteles por toda la ciudad con la foto que el señor Trevelyan nos proporcionó.

Aprendiendo a Vivir Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora