Capítulo 34

3.3K 357 37
                                    


POV Anastasia

Me quedo totalmente pálida, se me hiela la sangre y el miedo invade mi cuerpo. No puedo creer que Kate esté haciendo esto.

— ¡Kate! Esto no tiene nada que ver contigo.

La fulmino con una mirada ponzoñosa, la ira ha reemplazado al miedo. ¿Cómo se atreve a hacer esto? Sorprendida ante mi respuesta, ella abre de par en par sus ojos verdes y parpadea.

— ¿Qué te hizo él? —Pregunta Kate y parece muy preocupada.

En mi mente aparece una sucesión de multitud de imágenes eróticas, y me ruborizo.

— Eso no es asunto tuyo, Kate. — No puedo evitar el tono de exasperación que tiene mi voz. — ¿De dónde sacaste esto? —pregunto

Kate se sonroja.

—Eso es irrelevante. —Pero, al ver mi mirada, prosigue enseguida —Estaba en el bolsillo de una americana, que supongo era de Christian, y que encontré detrás de la puerta de tu dormitorio.

— ¿Se lo has contado a alguien? —Le pregunto.

— ¡No! Claro que no. —replica Kate, ofendida.

— ¿Ni siquiera a Elliot? —Le pregunto a Kate.

—A nadie. — Afirma enfáticamente ella, que por primera vez parece dolida y desconcertada —Yo solo quiero saber si lo que dice aquí es cierto, Ana ¿Qué te hizo ese hombre?, ¿se atrevió a lastimarte con las cosas que dice aquí? ¿Por eso llorabas tanto antes de irme a babados? —Me pregunta con aprensión.

—No es lo que parece Kate. Christian me amaba, y yo a él.

— ¡No es verdad, Ana! ese idiota era un maldito sádico pervertido, y tú caíste en sus garras como una presa fácil. Eso piensas por que fue tu primera experiencia con un hombre, pero no es así. —Dice ella se ve dolida. – ¿Sabes que me da más rabia? Que no confiaras en mí, ¿Por qué no me lo dijiste, Ana?

— ¡Ya te he dicho que no es lo que parece, Kate! —Le digo irritada, siento que la sangre se me va a volver a subir a la cabeza.

—POR SUPUESTO QUE LO ÉS. —Me grita – ¡CHRISTIAN GREY ERA UN MALDITO PERVERTIDO QUE LE GUSTABA PEGARLE A LAS MUJERES INDEFENSAS COMO TÚ!... NO VALE LA PENA QUE SIGAS LLORANDO CADA NOCHE POR ÉL HASTA QUEDARTE DORMIDA, COMO TODAS ESTOS DÍAS. —Me dice. — ¡ES MÁS DEBERÍAMOS DE HACER UNA FIESTA POR SU MUERTE! ¡UN PERVERTIDO MENOS EN EL MUN...!

No dejo que termine la frase, instintivamente alzo mi mano y le cruzo la cara lo más fuerte que puedo en una bofetada y hago que se tambalee un momento.

-¡No te atrevas a volver a hablar de esa manera de Christian, Kate! —De mi rostro salen unas lágrimas involuntarias, por todas las cosas horribles que me ha dicho. Ella se queda atónita ante mi arrebato. — ¡Ni tan siguiera te atrevas a mencionar su nombre!... ¡YO LO AMABA, KATE! ¿Me entiendes?... No, claro que no... tu solo te quieres a ti misma y solo te importa lo que tú pienses... Desde que te conozco has metido en tu cama a no sé cuántos hombres, y nunca me atreví a decirte nada de ninguno de ellos, ¡aun cuando uno de ellos intento acercarme a mí para que fuera su novia! ¡El muy patán! —Le digo rabiosa. — Christian tenía tus defectos, pero nada de lo que te imaginas, eso solo fue un juego, un juego entre adultos y era privado. No le veo lo malo a eso. Él me propuso que me casara con él, y yo iba a decirle que sí. —Le digo mientras veo que se soba la mejilla con la mano, se está poniendo colorada.

No me percate que mientras estábamos discutiendo abrieron la puerta de la casa, era Ethan muy abrumado acompañado de un Elliot furioso.

— ¿De qué demonios están hablando? ¿Qué está pasando aquí? ¡Sus gritos se escuchan por todo el edificio! —Dice Elliot Furioso —¿Qué fue todo eso que dijiste sobre mi hermano Kate?

Aprendiendo a Vivir Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora