-          ¿Puedes mostrármelo?

-          ¿Tenemos que empezar a juro con Tyler?  -Pregunto- El tema me irrita.

-          Bueno, ¿Quieres hablarme de algo más? –Asiento.

-          Mi papá apareció y va a venir para navidad. –Sonrío de pensar en su correo de esta mañana-La verdad tenia los nervios de punta.

-          Estoy feliz de que John se haya reportado, ¿Vendrá? –Asiento nuevamente.- ¿Quieres te? –Frunzo el ceño.

-          ¿otra táctica para sacar información? –Patrick se ríe.

-          No, es solo por si querías. –Se sirve un poco.- ¿Cómo te sientes con que John venga?

-          Bien. –Tomo aire llenando mi pecho- Es un alivio.  Estar lejos de él me hace sentirme desprotegida, aunque suela decir que estoy grande y todas esas cosas, creo que siempre lo necesito.

-          Es normal eso. –Admite- Así que no creas que es por tu condición, es solo una necesidad de los hijos el tener cerca a los padres.

-          Si –sonrío.

Un mensaje entra en mi celular haciendo que lo saque del bolsillo. Leo el remitente, es el respectivo mensaje del día de Tyler, supongo que algún día se cansara.

Tyler:

He perdido la cuenta de las veces que te he llamado, que te he mandado mensajes, que he ido a tu casa. Solo... déjame saber que estás bien, por favor. Tu instituto se comunico con la academia, necesita hablar contigo y no sé de qué manera decirles que no has venido. Si decides dejar la galería lo entenderé pero creo que deberías por lo menos dejarme que hable contigo.

¿Qué es lo que se supone que quiere de mí? Suelto un suspiro sin poderlo evitar. Las manos me sudan, el recuerdo de su beso viene a mí como pequeños flashes que no puedo detener y que odio con todas mis fuerzas porque quisiera no recordar ese día, quisiera no sentir lo que sentí y quisiera solo omitir que él existe pero cada vez es más difícil.

-          ¿Está todo bien?

-          ¿Por qué crees que los seres humanos nos aferramos a algo imposible? –Patrick frunce el ceño y suelta un sonido vago desde el fondo de su garganta.

-          Creo que los seres humanos están divididos en dos versiones, los que le hacen mal al mundo y los que le hacen bien. –Dice- Los que le hacen bien se aferran a causas que creen que pueden salvar del mal pero generalmente estás personas que hacen el mal terminan siendo así por situaciones que los forjaron de esa forma.

-          Eso es una tontería. –Digo- Yo creo que es porque nos gusta sufrir.

-          Bueno, cada quien tiene su percepción. ¿Me vas a mostrar tu lista? –Pregunta con seriedad.

Suelto el aire que no sabía que estaba reteniendo. Saco el cuaderno de mi bolso pero no se lo doy, prefiero leerlo.

-          ¿Vas a leerlo? –Asiento.

-          Solo... no me vaya a interrumpir, ¿Si?

-          Está bien. –Dice cruzando sus piernas.

Bueno Alaska, esté es el momento que te diga alguien más que no eres tú que estás loca y que no necesitas ninguna lista, solo un boleto de avión y huir lo más pronto del país.

-          Uno. –Aclaro mi garganta y lo miro de reojo- No puedo sentir nada por él porque arruinaría su vida y mi vida. –Veo que una sonrisa se forma en su rostro y yo arqueo mi ceja observándole. Vuelve a su postura sería y sigo leyendo: - Dos: Realmente odio su cabello.

Diez Maneras De Odiarte.Where stories live. Discover now