Capítulo 22

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—Te quiero – susurra en mi oído haciendo que un escalofrío recorra mi cuerpo entero. Dejo soltar un suspiro y sonrío en su dirección. Acomodo mi cabello y vestido con mis manos, me re acomodo sobre él quedando acostada a su lado y así es como pasamos el tiempo restante; platicando trivialidades, besándonos de vez en cuando y riendo con nuestras respectivas palabras.

Al ver la hora en mi reloj de mano decidimos regresar para evitar indeseados contratiempos. En cuanto soy dejada de nuevo en mi hogar nos despedimos y entonces me dispongo a arreglarme.

Antes de colocarme el vestido voy al baño y lavo mis dientes y rostro, regreso de nuevo a mi cuarto y hago un intento de chongo hecho con una trenza, la cual tuve que deshacer unas dos veces antes de que me sintiese satisfecha con el resultado, maquillo mi cara aplicándole base para eliminar las imperfecciones, sombras oscuras, delineador, máscara para pestañas, rubor y labial color coral haciéndome lucir como una Olivia más madura, bonita y elegante que la normal a la cual yo acostumbro a ver todos los días en el espejo. Sonrío complacida con el resultado y prosigo en mi tarea de embellecimiento. Pinto mis uñas con esmalte color verde oscuro y detalles plateados haciendo combinación con el vestido, tomo el fijador y lo aplico sobre mi cabello para que no se deshaga rápido el laborioso trabajo anteriormente hecho por mis propias manos.

Una vez lista abro las puertas de mi ropero y saco de éste mi vestido junto con un chal haciendo juego perfectamente con la otra prenda, me calzo los zapatos de tacón alto e introduzco todo lo necesario; celular, monedero, labial, pañuelos, espejo y rímel. En la planta baja me siento sobre el sofá esperando la llegada del rizado pues increíblemente han pasado tres horas ya desde que comencé a alistarme. Mi mente comienza a divagar sobre diferentes cosas desde preguntarme si con éstos tacones de diez centímetros alcanzaría la estatura de Harry hasta el apasionado beso que nos dimos en el carro haciendo que inconscientemente el color carmesí inunde mis mejillas.

El sonido de un timbre me saca de mis cavilaciones anunciando la llegada del chico de mis pensamientos. Ansiosa de verle de nuevo me paro y prácticamente corro hacia la puerta abriéndola de golpe descubriendo a mi chico luciendo malditamente apuesto con su traje negro y camisa blanca con corbata también negra, llevaba el cabello suelto luciéndolo increíblemente bien y además me miraba y sonreía de manera tan bella y celestial que de alguna forma me hizo sentir afortunada de tenerle. Me acerco a él y le beso sin complicaciones gracias a la ayuda de los tacones, los cuales a pesar de hacerme crecer hasta hacerme medir un metro y ochenta y cuatro centímetros me doy cuenta que me faltan aún de tres a cinco centímetros para alcanzar la estatura de Harry.

—Te ves preciosa – susurra a escasos milímetros de mis labios para volverlos a besar nuevamente.

—Tu igual luces muy bien, creo que hasta me han dado celos de tus hermosos y definidos rizos – bromeo acariciando su cabello aún un poco húmedo gracias al baño que seguramente se dio anteriormente. En seguida llega mi madre con una enorme sonrisa en su rostro y una cámara entre sus manos. Nos hace una señal para que posemos así que la mano de Harry rodea mi cintura y pega mi cuerpo al suyo, los dos dirigimos nuestra vista al lente y sonreímos esperando el flash que seguramente nos ciscará.

Al final decidimos hacer varias poses; entre ellas una besándonos, otra de él cargándome en su espalda y unas cuantas haciendo muecas raras, pero mi favorita sin duda alguna fue una donde él había tomado mis dos manos y su mirada había atrapado la mía provocando una especie de brillo en nuestras respectivas pupilas haciéndola lucir más mágica y romántica de lo esperado.

Sin dejar más tiempo pasar nos despedimos de mi madre y salimos a la calle, primero Harry abre mi puerta y espera a que entre para cerrarla de nuevo, luego rodea el auto y se introduce en éste poniéndolo en marcha en dirección a la fiesta.

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