Es ahí donde tú estas mal

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Había tenido un sueño.

Un sueño que consideró irreal por estar lleno de luz. ¿Luz? Pero no hubo tal cosa. 

Recordaba una habitación oscura, creyó estar completamente solo hasta que escuchó unos pasos rechinando la madera del piso. Al tener la mirada sobre el piso notó que traía unas botas, un detalle curioso sabiendo que él no solía usarlas. Volteó a ver a la persona que se acercaba a él pero unos brazos lo rodearon antes de voltear. Era una persona más alta que él, pudo observar la ropa que traía, conocía ese uniforme, aquél que utilizaban los Exorcistas que conoció recientemente. 

Las manos que lo apretaban fuertemente, sin lastimarlo, se le hacían muy familiares. Esas manos eran de...

Escuchó un murmuro sobre su oreja derecha, un escalofrío recorrió todo su cuerpo. No quiso creer lo que escuchó, no quería creer que había alguien que temiera perderlo. Por eso cerró sus ojos, negándose a seguir escuchando, negando el abrazo que recibía. Y es que era tan cálido, maldición, ¿cómo es que ese idiota insensible le estaba brindando ese calor? 

Llevó sus manos hacia su rostro para impedir que lágrimas se mostraran. Notó que podía mover ambos brazos así que desprevenido las miró, traía unos guantes blancos, y sobre el espacio de la manga y el guante pudo ver el color rojo de su brazo izquierdo. ¿Eso aún estaba ahí? Un uniforme, la misma que poseían los demás con Inocencia, ¿por qué él traía puesto uno? Acaso, será que... No pudo reaccionar rápido al percatarse que unas lágrimas necias estaban recorriendo sus mejillas. 

No era él, Red no podía identificarse apesar de estarse mirando, de ser capaz de sentir a través de ese cuerpo. Sabía quién era, su futuro, pero aunque sus emociones salieran a flote, aunque sus pensamientos llegaran a considerarse suyos, tenía la sensación de que no eran de él. ¡El no era ese tal Allen Walker!¿¡Por qué estaba sufriendo por esto? ¿Ser abrazado? ¿Por quién? ¿Por Kanda?  

Cierto era que se sentía protegido por ese idiota afeminado de cabellos azules como la noche cuando estaba a su lado, pero no quiso pensar más en eso. Apesar de todo, pudo notar que entre ellos dos había una oscuridad de la cual no podía librarse, la razón de porque eran así, la distancia que ponían hacia los demás.  Por eso, nunca consideró que Kanda pudiera mostrar este tipo de afecto hacia alguien, al ser una persona fría jamás imaginó que se sintiera tan bien ser abrazado por el más alto. ¿Que estaba pasando en su cabeza? ¡Aquellos pensamientos no eran normales!

Se sentía tan distante apesar de estarse viendo. Sus manos, su voz, su cuerpo, todo. Era y a la vez no,  él. Sin previo aviso, el abrazo desapareció, no había nada ni nadie detrás suyo. Volteó por instinto pero realmente no quería hacerlo, no quería no encontrarse a nadie pero si reaccionaba rápido probablemente podría sujetarlo. Al parecer fue más lento de lo que pensó. 

-¡¡NOOOOOOOO!! ¡KANDAAA!

Primera vez que escuchaba su voz, una extraña voz, proveniente de él, de su 'cuerpo'

Consideró la calidez que estaba recibiendo como una luz, sin embargo, fue arrebatada sin saber como recuperarla. Al fijar su vista al piso nuevamente se percató de que habían una flores sobre el piso, ¿no se supone deben ser color rosa? entonces, ¿por qué estaban de color negro? Al intentar tomar uno la oscuridad se desvaneció dejando una estela de luz tan intensa que tuvo que cubrirse el rostro.  Cuando volvió a enfocar su mirada a su alrededor no podía creer el lugar en donde estaba.

¿Por qué le resultaba tan... terriblemente familiar? El viento soplar fuertemente, el paisaje, todo. Como un viejo recuerdo, un lugar que pareciera atraerle y llamarle, por medio del sonido del viento, y entonces le llegó un olor a cigarrillo...

Pequeño Accidente - YullenWhere stories live. Discover now