-         Alaska. –Repite mi nombre con resignación.

-         Voy a salir. –digo acercándome a la puerta- Pero espero ni una sola palabra de esto. Odio los vestidos, odio sentirme un bicho raro y odio tener que exponerme ante las personas ahí afuera que no conozco ¿Está bien?

-         Está bien. –Repite. Casi puedo sentir que sonríe del otro lado.

-         Lo usaré por una hora y me iré ¿Está bien?

-         Está bien, Alaska.

Suena a mí madre pero más joven. Abro la puerta al mismo tiempo que dejo de respirar y sus ojos bajan por los míos hasta el vestido de color azul que hacen ver mis largas piernas.

-         Ni una palabra. –Advierto en el momento que la veo sonreír.

-         Está bien. –Se ríe y camina a mi lado para ir hasta el jardín.

La decoración es alucinante.  Hay una fuente de mármol blanco en el medio del jardín, me parece que es un ángel el que está escupiendo agua, esté tipo de cosas siempre me han parecido extremadamente ridículas, además de causarme gracia. Me detengo en el marco de la puerta con Sam, analizo cada una de las personas del lugar, están en su mundo, ni siquiera notan que puedo estar entrando o no, soy una invitada más. Las mesas están repletas de gente con vino caro y risas que acompañan el lugar, hay música también pero no reconozco a quien sea que esté cantando. Puedo observar a Grace con un chico que no puedo distinguir quién es, mi corazón se detiene unos segundos porque automáticamente pienso que puede ser Tyler con quien se está riendo tan a gusta pero al mismo tiempo, mi mente aparta ese pensamiento de mí. Lo bloquea.

Y en el caso de que fuese Tyler no debería de molestarte en absoluto, Alaska.

-         ¿Te vas a quedar aquí? –Pregunta Sam interrumpiendo mi escaneo minucioso del lugar.

-         No, no. –Respondo muy bajito dando un paso hacia adelante junto a ella.

La mamá de Tyler está en un lado del jardín hablando con una de las personas que vi en la inauguración de la galería de Luke, a quien no veo ahora mismo es a Tyler y juro que si huyo, su celular recibirá un mensaje poco cortes de mi parte.  Me acerco a Grace y le sonrío muy a mí manera una vez que estoy junto a ella.

-         Hey, -sonríe- Que linda. –Mira al chico enfrente de ella y toma su brazo mirándome. –Él es Harry, mi novio. –Dice orgullosa y por razones que sigo desconociendo me alegra saber que tiene novio.

-         Alaska. –Le digo estirando mi mano hacía él.

-         Harry. –Sonríe  ampliamente. Tiene de esas sonrisas encantadoras de las que no puedes huir, sin embargo para mí no es la gran cosa.

-         ¿Te quedas con nosotros? –Pregunta con cierto interés y yo asiento sin mucho más para decir.

No soy buena con las relaciones sociales, sin embargo estoy tratando de cambiar ese mal hábito. Grace me agrada, Riley me agrada y Tyler también me agrada. Creo que serían personas con las que puedo mostrarme de alguna manera sin tener miedo a que me juzguen. Son diferentes. 

La música se detiene y las puertas se abren nuevamente entrando Luke de la mano de Juliet haciendo que mi corazón se paralice nuevamente, mi respiración rápidamente se agita y solo tengo estás increíbles ganas de salir huyendo de ahí, pero no lo hago. Solo estoy estática, siempre me pasa lo mismo; cuando mi cuerpo debería de reaccionar, me falla. A su lado, Tyler con un traje elegante pero sin corbata que adorne su cuello. Todos prestan atención a las palabras de la mamá de Tyler que acaba de subirse a una mini tarima para dirigirse a su público.

Diez Maneras De Odiarte.Where stories live. Discover now