Diario de un femboy.

Capítulo XI.

Alexis se despertó al día siguiente para ir a la escuela. Se estiró entre las sábanas de su cama con una sonrisa. El recuerdo de la noche anterior aun era muy vívido y eso le hacía estremecer la piel. Entre sus piernas aun sentía un cosquilleo al recodar como Noah lo había cogido, pensar en eso le excitó de nuevo, si Noah hubiera estado ahí ambos hubieran tenido una segunda sesión y continuado lo de la noche anterior, pero se había ido a casa después de darle una nalgada a Alexis y decirle:

-Nos vemos mañana, linda.

Podía utilizar alguno de sus juegues, había comprado varios en las últimas semanas, pero entonces se le haría tarde para ir a la escuela.

Se metió y bañar y se cambió. Frente al espejo volvió a sonreír e incluso a sonrojarse. En él veía a una chica que conservaba rasgos masculinos que se trasponían como una sombra y que desaparecían y aparecían intermitentemente, según moviera la cabeza. Aquellos labios rosados a los que les daba brillo con un gloss no conservaban nada masculino, pero la quijada aun lucía un tanto fuerte, aunque nada comparado a lo que era antes del campamento. Sus grandes ojos, embellecidos por la sombra eran profundos, más que los de cualquier chico en la escuela. Su cabello caía sobre sus mejillas que asemejaban a la piel de un durazno con aquella pelusilla apenas perceptible, diferente completamente a la barba de su hermano Danny o de sus compañeros. Se ató el cabello tras la cabeza y lo dejó caer a la altura de su nuca, estaba creciendo bastante rápido y Alexis no podía evitar emocionarse al pensar en lo mucho que le gustaría hacerse un par de coletas o dejarlo lacio sobre sus hombros.

En la escuela vestía relativamente conservador, pues tanto a hombres como mujeres se les prohibía desborde el código de vestimenta. Usaba unos jeans ajustados, a veces unos shorts de mezclilla sobre el muslo y una vez llegó a usar leggings negros, el día que tenía clase de educación física. Varios de sus compañeros usaban pantalones deportivos, de esos que se usan para correr que son similares a la lycra, pero Alexis llevaba leggings aunque nadie pareció prestarle demasiada atención.

Ese día se puso, como todos los demás, unas panties tipo bikini de color azul pálido con encaje rosa. Eran dos tallas menores a la suya, pero le quedaban como un guante sobre sus glúteos y su pequeña erección, la cual, a su parecer día con día se veía más pequeña. En ese momento estaba dentro de los seis centímetros.

No le importaba, era mejor así pues podría usar el leotardo que quisiera sin tener que preocuparse por el enorme bulto que antes se le formaba.

Se acomodó los extremos de las panties sobre los huesos de la cadera, pues así era como las usaba el modelo en la tienda donde las compró. Se puso unos jeans rasgados negros y un cinturón de tela.

Había comenzado a utilizar sujetadores más a menudo. Tenía cierto miedo de usarlos pues en la escuela nadie sabía lo que había pasado en el campamento aunque era obvio que ya todos habían visto su cambio. Era imposible no hacerlo. Ese día se puso un sencillo bra de entrenamiento deportivo, le daba la apariencia de un puesto copa A que a Alexis le parecía genial para su complexión. Encima se puso una playera gris que dejaba a la vista los tirantes del bra. Pensó en cambiársela para cubrirlos, pero le parecía sexy como se asomaban sus hombros y revelaban algo que debía permanecer escondido sólo lo suficiente como para que alguien clavara la vista en él.

Unos converse blancos terminaron el conjunto, tomó su mochila y salió. Hacía tiempo que prefería tomar el autobús en lugar del coche. Llegaba antes y era más barato, pero no lo hacía por eso, sino porque en el trayecto se encontraba un tanto lleno, tanto de extraños como de chicos que iban al colegio. Al subirse siempre se quedaba en la parte posterior con el pretexto de que bajaba más rápido, pero en realidad lo hacía porque ahí los chicos de los clubes deportivos y los estudiantes en general se aceraban demasiado a él. Alexis sentía varias veces en el trayecto como el bulto de alguno de ellos rozaba sus glúteos arriba y abajo.