Capítulo I.

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Daniel manejaba rumbo a la estación de autobuses. Su brazo broneado brillaba en el borde de la ventana. Después de largos meses regresaba por fin su hermano del campamento y, aunque no quisiera admitirlo, lo había extrañado. No era que fueran muy allegados el uno al otro, pero aun así su presencia faltaba en casa.

Estacionó frente a la estación y bajó del coche. Era un poco más bajo que Alex por unos centímetros, pero en complexión eran casi iguales. Caminó hasta la zona de recepción y se sentó en una de las hileras de sillas a esperar.

Frete a él pasó un grupo de chicas que venían de algua playa, porque traían faldas de algodó muy cortas, lentes de sol y sombreros. Iban riendo y platicando.

"Vaya, ojala hubiera estado Alex aquí. Hubiera querido ver esto –pensó mirando discretamente las piernas de las chicas."

Sacó su celular y comenzó a perder el tiempo, esperando.

-¡Hola! –dijo una voz frente a él. Estaba a punto de voltear pensando que era Alex, pero la voz era muy aguda como para ser de chico. Seguramente era una turista pidiendo instrucciones.

-No spanish –contestó Dani sin inmutarse a levantar la mirada.

-¿No... spanish?

-No. Sorry.

-¡Soy Alexis!

Fue entonces cuando Dani miró hacia arriba. Sus ojos no daban crédito a lo que veía. Parpadeó un par de veces, pero no, ahí seguía ese... afeminado frente a él, argumentando ser su hermano.

-¿No me reconoces? –preguntó Alexis dejando sobre el suelo su maleta que parecía a punto de explotar.

-No... no es que no te reconozca... -guardó silencio unos segundos-, ¡No! La verdad es que no te reconozco. Estás muy delgado –tocó uno de los brazos de hermano. Había perdido toda la masa muscular... y el vello. Incluso parecía que se había hecho unos tonos más blanco-, ¿Qué les pasó a tus músculos? ¿No tomaste proteína en el campamento?

-Sí, sí lo hice –contestó Alexis con un tono angustiado-, ¿Por qué? ¿Me veo feo estando tan delgado?

-¿...feo?

-Pues me ves con cara de ew.

Dani sacudió la cabeza como tratando de entender. Respiro un par de veces con los ojos cerrados y continuó:

-Güey, ¿estás jugando, cierto?

-... Sí, Dani. Obvio –Alexis engrosó la voz un poco, pero aún así se escuchaba fingida-, sólo te estoy tomando el pelo.

-¡Lo sabía! Hermano, no hagas eso. Pensé que te habían hecho mariquita en el campamento. Aunque de verdad estás muy delgado –se acercó unos pasos a su hermano-, e incluso un poco más bajo. Te fuiste siendo más alto que yo y ahora me llegas a la nariz. ¿Qué onda con eso?

-Es... la altura. Ya sabes, allá estabamos a la altura del mar y la presión atmosférica y todo esa mie... esas cosillas. Ya sabes.

-Bueno, espero que no sea permanente.

Junto a ellos pasó un chico bajo, de tez morena. Llevaba unos pants ajustados que se le cenían a la cintura y delineaban perfectamente su trasero espectácular. Iba hablando por celular mientras se acomodaba una mochila de una lado para otro. Su playera era demasiado corta y, a cada paso, se le levantaba dejando a la vista su ombligo.

-¿Es en serio? –preguntó Dani mirando con asco al chico que se perdía entre los pilares de la estación.

-Ya sé, se le ven nefastos esos tenis. No combinan con nada. Aunque el pants es lindo –Alexis se había acostumbrado a estar tanto tiempo con Sam en el campamento que había adquirido varias ademanes suyos, el mayor de todos era ver chicos, porque ¡Dios mío! Vaya que en el campamento había chicos lindos. Y el otro era a juzgar la ropa. No se había dado cuenta de la cara de su hermano hasta que este le golpeó el brazo en broma.

Diario de un femboy.Where stories live. Discover now