Capítulo VIII.

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3 de febrero

Querido diario, he vuelto.

Puf, eso estuvo muy intenso. Ultimamente me he dado cuenta que mis pezones están muy, muy sensibles. ¡No tenía ni idea que podía llegar al orgasmo con sólo masajearlos! Me di cuenta el mismo día que estaba relatando hace unos momentos. Noah me dio la idea porque él mismo comenzó a hacerlos mientras Kai lo embestía.

Su cara era de puro placer. Tenía los ojos cerrados y yo estaba sintiendo lo mismo que él, quizás a un diferente ritmo, pero lo mismo: estar siendo cogido por un alfa y sirviendo a un hombre de la mejor manera.

Duramos bastante, casi media hora. Afuera se escuchaban los clavados en el agua y los silbatazos del entrenador. Por suerte ese era un vestidor en desuso, pues hacía no mucho habían construido unos nuevos con duchas personales en el ala este.

El primero en "venirse" por así decirlo fue Noah. No dejaba de masajearse los pezones hasta que comenzó a gemir cada vez más y más fuerte. Yo me excitaba con ver su cara y el abdomen de Kai entrando y saliendo de él.

Más temprano que tarde comenzó a arquear su espalda y a comprimir su abdomen. Pronto, de su erección (tan discreta como la mía en comparación a la de Kai y Levi) salieron gotas de pre-semen que cayeron al suelo, haciendo largos hilos transparente. Al parecer él también se venía como yo, de una manera femenina.

Conduje mi mano a mi erección, pero Levi me la sostuvo en el camino.

-No te puedes tocar hasta que yo termine -me dijo. Se veía tan sexy con un mechón colgando en su frente y las marcas de la pintura negra en las mejillas-. No tienes ese derecho, marica, debes esperar a tu hombre, ¿me escuchaste?

-Sí, señor -le dije y, la verdad, siendo honestos, diario, yo no quería tocarme. Me sentía excitado, sí, pero me sentía más feliz de complacer a un chico tan guapo como Levi y Kai como si para eso estuviera destinado. En ese instante Noah me había jalado hacia sí para seguir besándonos. Era tan erótico. Éramos como dos amigas.

Mi sorpresa fue grande, no, ENORME, cuando descubrí, al mirar hacia arriba que Levi y Kai se estaban besando también.

"No es gay si somos amigos" pensé que diría Kai, pero estaba tan ocupado con la lengua de Levi dentro de su boca que no podía ni hablar.

No tardaron en venirse y llenarnos a ambos. Yo sentí como la tibieza subía dentro de mí, disparo tras disparo. Por la fuerza de las últimas embestidas, Kai y Levi (sin dejar de besarse) nos empujaron a Noah y a mí más cerca. Nos tomamos de las manos y presionamos aun más nuestros labios.

-Que buenos femboys son ustedes dos, hasta comparten la saliva -dijo Kai después de recuperar el aliento. Comenzó a subirse las fundas y a vestirse de nuevo como si nada hubiera sucedido.

-Espero que nos veamos de nuevo, putito -me dijo Levi antes de darme una nalgada y vestirse de nuevo.

En fin, Noah y yo nos quedamos juntos un rato sólo besándonos. Fue extraño: no nos dijimos nada, no hicimos nada, sólo nos besamos. Y ni siquiera pienses que fue de una manera extremadamente pasional, fue muy lindo. Habíamos compartido algo muy especial y eso, creo yo, nos unió más. Éramos... aunque me sienta raro al escribirlo (porque al escribirlo se siente real), como mejores amigas.

En fin, Diario, nos quedamos de vernos el sábado en el centro comercial. Estoy muy emocionado por eso, no sé que cosas puedan suceder.

Te quiero, Diario.

Alexis.

**

Alexis no usó nada complejo para ir al centro comercial. Se conformo con un simple pants entubado y unas Uggs negras, una sudadera rosa pastel con la palabra PINK impresas en el frente en negro y su collar. Había atado su cabello en una pequeña cola de caballo sobre su cabeza, la cual caía hasta donde indicaba el cuero cabelludo. Era muy brillante y suave, tanto que Alexis no dejaba de acariciarlo con sus manos.

Diario de un femboy.Where stories live. Discover now