Capítulo VI.

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Alexis regresó a su casa. No se quitó el leotardo ni se cubrió con alguna sudadera o chamarra. En la calle varios automóviles le tocaron el claxón y alguno que otro hombre le silbó al ver sus piernas depiladas cruzar la acera. Eso excitaba a Alexis, quien, aunado al recuerdo del sexo oral qur tuvo en el automovil, se sentía casi en celo. Quería llegar a su casa para tocarse en la tiand el baño o en la cama o donde fuera. Y cuando por fin llegó, sintió que había tardado horas.

Subió corriendo los escalones hasta su habitación. Su hermano seguía en el entrenamiento de baseball y tendría la casa sólo para él.

Se acercó a la maleta que había traído del campamento y abrió el cierre frontal. Sacó una pequeña cajita y se la llevó a la cama, donde se tendió con las piernas abiertas. El leotardo se amoldaba a la perfección a su cuerpo, como una segunda piel. La puerta de su closet estaba entreabierta, y en ella podía verse reflejado en el espejo. Se veía femenino, sumiso. Cambió la pisición y se puso en cuatro, como una perrita.

"Como la perrita que soy" pensó y sonrió a su segundo yo en el espejo.

Miró el reloj y vio que su hermano no llegaría hasta en una hora. Entonces decidió llevar las cosas un nivel más arriba.

Se puso lipstick color rosa. Sus labios brillaban con la diamantina que éste tenía y se veían identicos a los de las chicas de su escuela.

Una vez que estuvo listo, colocó su celular frente a él, recargándolo sobre la cajonera. Una lucecita roja parpadeaba cada pocos segundos, mostrando que estaba grabando.

Alexis se tendió sobre la cama entonces y abrió la cajita. De ella sacó un plug de color morado. Cualquiera hubiera pensado que era demasiado grande, incluso él lo pensó cuando se lo dio Sammy en el campamento, pero ahora, a sus ojos, se veía como una cosa de nada.

Como no tenía lubricante y se sentía demasiado caliente como para ir por algún tipo de crema, comenzó a chuparlo como si estuviera dando sexo oral.

Se lo metió por completo a la boca mientras miraba a la cámara con una sonrisa. Pasaba la lengua por todo el diametro del juguete mientras sonreía y cerraba los ojos. A su paso, sus labios dejaban una estela de brillantes.

Lo curioso es que el mismo plug era un brillante, pues en la base tenía pegado un diamante de fantasía del mismo color morado pero rodeado por un anillo de color plateado.

La cámara grababa cada segundo.

Cuando la saliva de Alexis era suficiente, decidió insertarlo dentro de sí. Se volteó y se puso en cuatro de nuevo, dándole la espalda a la cámara.

Cuando sintió el plugo abrir sus paredes, comenzó a gemir. Le gustaba hacerlo, se había dado cuenta que los gemidos prendían muchísimo a los chicos, y más si decías su nombre. Eso le dio una idea a Alexis que comenzó a gemir:

-¡Sí! Noah, cógeme, cogéme rico. Hazme tuya, soy tu gatita. ¡Ah, sí! Márcame como tuya.

Sus delicados dedos metían y sacaban la punta del plug que se deslizaba con facilidad, tanto por la saliva como por la flexibilidad adquirida de Alexis.

-Sí, eso se siente rico. ¿Te gusta como aprieto? Necesito que me la metas completa, quiero tu erección dentro de mí. Cógeme como a una niña.

Alexis tenía los ojos cerrados. Se imaginaba al receptor afeminado del equipo, el mismo que se vestía de chica, el que tenía pósters de Justin Bieber en un cuarto rosa y el mismo que usaba panties debajo del uniforme de football.

Se imaginaba siendo la perrita del chico más mariquita y afeminado que conocía. Ser su sumisa, sentir su pequeña erección entrar y salir, como dos chicas cogiendo y eso lo hizo casi eyacular. Era lo más humillante que podía ser: el pasivo de un femboy.

Para no eyacular pero seguir sintiendo placer, Alexis comenzó a tocarse los pezones sobre la lycra del leotardo. Los sentía tan sensibles que en un instante se le pararon. Los pellizcaba con suavidad, con su dedo índice y su pulgar mientras el plug entraba más y más.

-Sí, Noah. Hazme tuya. No soy más que tu gatita –siguió gimiendo y maulló un par de veces-, quiero lechita tibia, por favor. Lléname con tu semen, quiero sentir su tibieza en mi piel, escurriendo por mis muslos o por mis labios, por favor.

Empujó más el plug y éste, con un sonido húmedo, se insertó dentro de él. Alexis gritó por la sorpresa.

Dejó de tocarse los pezones y jaló sus gluteo a los lados para dejar expuesto el diamante del plug frente a la cámara.

Se veía tan putita...

Su agujero había sido remplazado por un diamante morado. Tenía que jalar la tela del leotardo para que este no cubriera el secreto de Alexis.

Después de mostrar a la cámara un rato su diamante, se recostó sobre la cama. Subió los pies a la pared y comezó a masturbarse con su diminuta erección frente a su cara. Quería sentir el semen de nuevo en su cara, como lo había hecho esta tarde.

Su erección no era una ereción per sé. Su miembro estaba flácido, pero sentía el mismo placer que sentía cuando se tensaba por completo. Quizás tenía que ver con las proteínas que le había dado Sammy en el campamento.

Sintió pulsaciónes que venían desde sus muslones hasta su pecho. Como olas de placer que lo golpeaban a cada sube y baja que deba a su miembro.

Comenzó a hacerlo más rápido, apretando los guteos para sentir el plug en su interior, expandiéndo sus paredes.

-Soy tu puta, Noah, lo soy. Haz conmigo lo que sea, que todo el mundo sepa que tu eres mi dueño. Tú eres un verdadero hombre, yo sólo tu esclavo –decía mientras imaginaba a Noah con sus tatuajes de Slut y Littl Girl sobre sus muslos.

Entonces Alexis llegó al orgasmo. Sintió como sus músculos perdían fuerza y como su cuerpo se retorcía de placer.

Gimió más fuerte que antes y se mordió los labios que le supieron a cereza.

Pero el disparo de semen no llegó a su cara. Es más, ni siquiera salió de su miembro.

Comenzó a preguntarse cual era la respuesta, cuando por su mente cruzó, como un rayo el pensamiento que le decía:

"Es porque eres una chica, un marica, y los maricas no tienen semen, sólo se mojan. No son verdaderos hombres, ellos tiene semen".

Pero tan rápido como apareció fue como se fue.

"Bueno, así no tengo que limpiar el desastre, aunque me hubiera gustado probar un poco más" pensó Alexis.

Se quitó el leotardo y puso la pierna sobre el colchón para quitarse el plug, pero otro pensamiento cruzó su cabeza y la excitación que éste le produjo le hizo bombear el corazón fuertemernte.

Se dejó el plug dentro. Se puso unos boyshorts deportivos, unas calcetas que le llegaban a los muslos con la punta abierta que dejaba expuestas sus uñas brillantes y una playera hokgada rosa de tirantes que le quedaba larga, casi como un vestido.

Caminó por su habitación sintiéndo el plug moverse dentro de él y eso lo volvió a excitar.

De verdad que estaba en celo, podría hacerlo de nuevo.

Escuchó la puerta abrirse en el piso inferior y el inconfundible sonido de la mochila de su hermano caer al suelo junto con el bat metálico.

-Ya volví –gritó Danny.

-Ya bajo –gritó en respuesta Alexis quien tomó el celular, guardó el video y se lo envió a Sammy, su amigo del campamento. Pero en la opción de AGREGAR CONTACTOS, puso el nombre de Noah y envió el vídeo.

"Ojalá lo haga viral en la escuela" pensó culposamente y sonrió. Lanzó el celular a la cama y le gritó a su hermano:

-¿Tienes hambre, Danny? Espera, déjame hacerte de comer, tú vienes cansado y mereces descansar –salió de la habitación y comenzó a bajar las escaleras-, deja esas cosas para mí. Te daré una cerveza, tú descasnsa. 


Diario de un femboy.Where stories live. Discover now