Capítulo III.

3.8K 171 3
                                    

29 de enero

Hola, diario.

¿Por dónde empezar? Hoy fue un día tan, tan... divertido. La verdad me siento mal por haberla pasado tan bien, pero ¡Dios! Las cosas sucedieron una tras otra que no supe cuando terminé donde terminé.

Estaba yo en la piscina cuando encontré a Noah mirándome desde la barda que separa nuestras casas. Me dijo hola y yo le dije hola.

-Me gusta tu traje de baño –dijo sonríendome con sus labios rosas.

-Gracias, yo amo tu playera, es tan girly.

-Oh, gracias –dijo extendiéndola frente a él, mirándola-. Cuando quieras te la presto.

-Igual yo podía prestarte algunas cosas –sonreí. No sé por qué lo hice. Un resquicio de mi cabeza se abrió y me recordó que yo odiaba a ese femboy por haberme mandado al campamento. Me acuerdo de la satisfacción que me dio darle de cascazos. Pero en ese momento no sentí ni odio ni coraje contra él. Eso sí, sentía unas ganas tremendas de hacerme su amigo. Te lo juro, diario, no sé por qué.

-Te ves lindo con esas líneas de bronceado.

-Ay, es que tenía la piel tan pálida... -eché un mechón de cabello hacia atrás de mi oreja-, por lo menos así me veo más atractiva... atractivo, perdón.

-A los chicos les encantará –dijo saltando a mi lado del patio.

-¿Qué chicos?

-A los del equipo de americano. ¿Qué? ¿No vas a ir? –lo dijo con un tono retador, lo que me hizo ponerme derecho. El suelo a mi alrededor se oscurecía con las gotas que caían de mi cuerpo.

-Por supuesto que iré. Sigo siendo el capitán, el quarterback.

-Oh, no, sólo preguntaba. No te enojes, lindo.

La palabra lindo me revolvió los nervios. Me calmó por dentro y me hizo sonrojarme.

-Perdón, no quería enojarme. Estoy bien ya. Y... bueno... -arrastre mi pie de un lado a otro frente a mí-, quería pedirte disculpas por hbaerte golpeado con el casco. Fui un estúp... un bobo.

-Ow, no te preocupes –cruzó el trecho que nos separaba y se plantó frente a mí-. La verdad hacía muchas para molestarte. ¡Eras tan lindo cuando te enojabas! Te ponías tenso y caminabas de un lado a otro como un lobo –sonrió antes de inclinar su cabeza y comenzar a enrroscar un mechón de cabello en su dedo-. Además... pensaba que en secreto te gustaba y por eso me odiabas.

-¿Y ya no te parezco lindo cuando me enojo? –pregunté para evadir su secreto. Sentía una tiebieza en mi estómago que se extendió ahsta mi entrepierna, creando un pequeño bulto en mi traje de baño.

-Un poco... quizás –contestó y dio un saltito-. Pero ahora somos como amigas.

-Pero somos chicos –contesté sin saber bien por qué.

-Bueno, tú me entiendes. Amigas en el sentido femboy. Podemos hacer más cosas ahora, no sólo que tu me persigas con un casco de aquí para allá.

-¿Qué cosas tienes en mente?

-Pues podemos pasear por el centro comercial, ver chicos lindos, ayudarnos a maquillar, vestirnos el uno al otro, hablar de cantantes sexys, ir a fiestas y ayudarnos a ligar... no sé, muchas cosas.

-¡Pero no somos niñas pequeñas!

-Alex, ¿ya te viste en un espejo? Te ves cinco años más joven –tomó uno de mis brazos y fue cuando me di cuenta de que traía las uñas pintadas de un rosa coral-, estás muy delgado, un poco más bajo, hasta parece que yo soy más alto. Veámos.

Diario de un femboy.Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin