Tyler Smith.

Diez. ¿Por?

Diez... ¡Diez! Es un buen número, no muy exagerado pero tampoco algo muy alejado de la realidad. Si voy hacer esto, tengo que conseguir odiarlo en diez pasos. Papá siempre me dijo que si no se podía amar, la gente solo escogía odiar. Siempre me pareció un sentimiento malo, no es bueno el odiar pero tampoco creo que sea bueno amar. Ya lo viví. No puedo volver a pasar por eso. Tomo el cuaderno y el bolígrafo.

Diez Maneras de odiar a Tyler Smith.

1- ...

Ya tengo un titulo, ahora solo me falta conseguir los defectos en Tyler. No puede ser toda sonrisa amigable y perfección, algo tiene que tener. Algo tengo que odiar; quizás odie toda su perfección. Su perfección lo hace extremadamente imperfecto para mí.

O estoy buscando excusas baratas.

- ¡Solo necesita salir de mí cabeza! –Resoplo hablando sola.-Mejor nos dormimos Rocco. –El cachorro se acomoda ciñendo su pequeño cuerpo al mío y yo apago la lámpara.

La música sigue sonando afuera pero no me importa, creo que es mejor. Así puedo dormirme tarareando cualquier canción de la lista o solo no pensar demasiado hasta dormirme.

Esta mañana tuve que traerme a Rocco al trabajo no creo que Riley sea amante de los animales porque de ser así ¿Cómo es que todavía no tiene uno? Quiero en serio que Rocco se quede conmigo aunque eso implique romper el contrato con ella. Sonrío al verlo caminar feliz por la calle, no parece molestarle el frio, cosa que causa un efecto contrario en mí. Nos estamos acercando a la puerta del trabajo así que lo alzo y lo meto en mi bolso.

Estoy lista para las preguntas y las miradas de lastima. Tomo un poco de aire por la boca y atravieso la puerta de vidrio. Por suerte y por mi manía de llegar temprano, aun no hay nadie, solo está Samantha quien se levanta de su puesto al verme.

- Alaska, ¿Cómo estás? –Pregunta rápidamente acercándose a mí.

- Bi-bien. –Titubeo. Esta es la peor parte de que me den crisis en público.- Siento lo de la otra noche.

- Oh no, por favor. –Sacude la cabeza- De no ser por Tyler, seguramente hubiese pasado una desgracia o algo. Tenías las pulsaciones un poco bajas cuando te encontró.

- ¿Él me encontró? –Asiente suavemente

- Vio salir a Juliet de la galería, así que asumió que algo andaba mal cuando no te vio. –dice encogiéndose de hombros- Supongo que es porque sabe lo que es capaz esa mujer.

¿Lo que es capaz? Arqueo mi ceja y Rocco ladra muy bajito pero con el silencio ambas podemos escucharlos.

- ¿Llevas un perrito? –Asiento.

- No lo podía dejar en casa, prometo mañana dejarlo.

- No, no. –Sonríe- Por favor, tranquila. –Se ríe- Creo que le vendría bien a todos un poco de travesura de un cachorro. –Lo mira sonriente mientras Rocco mueve la cola rápidamente.- Que lindo. Si quieres, lo puedo tener yo en mi oficina.

- Ay, ¿No sería demasiada molestia?

- No, no. –Sonríe- Así las demás no hablan. Y yo tengo algo de compañía.

- Bueno, me agrada la idea.

- Voy a llevarlo.

Le doy mi bolso pero no sin antes darle un beso a Rocco. Samantha sube las escaleras hasta su oficina. Yo voy a la mía y me acomodo encendiendo la computadora, Tyler atraviesa la puerta de vidrio y se sorprende o ¿asusta? Al verme. Sonríe de costado y saluda con la mano. No le sonrió de vuelta, solo tomo un poco de agua e ignoro su presencia.

Diez Maneras De Odiarte.Where stories live. Discover now